De reyes...

Blog: Palabra de Mariskal

26 abril, 2017 12:51 pm Publicado por  Deja tus comentarios

Palmó Chuck Berry. Con su adiós el rock and roll pierde a su máximo exponente y el hard rock al icono que más influyó en tantos que lo tuvieron como referente de este movimiento.

Tuvo especial incidencia en dos combos, Led Zeppelin y AC/DC, que se codean entre los grandes vendedores de discos de la historia, donde en cabeza están los Beatles, Stones o Presley, que también le rezan cada noche, porque sin el espejo de sus riffs y letras no hubiesen podido acumular su fama y gloria en todo el planeta. Palabras mayores lo que este negro malhumorado y rebelde aportó a esta cultura urbana, que elevó al olimpo de las grandes manifestaciones populares del siglo pasado y de la presente centuria, de hecho estaba a punto de reaparecer con nuevo disco… ¡a los 90 años! Nunca mejor gritado lo de “Larga vida al Rock and Roll”. Pensar que algunos sordos lo banalizaron como un movimiento que moriría con la desaparición de la “beatlemanía” que tanto sacudió a la convulsa década de los sesenta...

Mariskal-Chuck-Berry editorial 392Si a algún artista hay que canonizar u otorgarle el trono es a Berry. Presley usurpó ese título desde la América blanca, que en aquellos tiempos aún tenía a los negros como ciudadanos oprimidos, herederos de una incomprensible y miserable tragedia de varios siglos de vergonzosa actitud humana. El rock and roll también le puso banda sonora al final de esa tiranía, principalmente desde Europa (Inglaterra y Alemania), donde estos marginados genios (en muchos casos hijos de la esclavitud) tuvieron sus primeros reconocimientos  y  aplausos por los caminos del blues, jazz y, claro, el eterno y maravilloso rock and roll del que todos los que nos dedicamos a esto somos hijos.

En poco tiempo una de cal y otra de arena: el Nobel a Dylan, que nos colocó en el escaparate de la cultura universal más allá del movimiento de caderas y melenas al viento; y la muerte del autor de himnos tan memorables y versionados como “Johnny B. Goode”, con aquello  de:

“Su madre le dijo una vez que algún día se haría un hombre.

Y que sería el líder de una gran banda.

Gente viniendo de muchas millas a la redonda

Para oírte tocar tu música hasta que el sol se ponga.

Quizá algún día tu nombre se encienda

Diciendo “Johnny B. Goode esta noche”.

Venga, Johnny, venga.

Venga, Johnny, venga.

Johnny B. Goode”.

Encendió la llama de millones de fans y discípulos que invadieron las listas de ventas, propulsando a su vez la creación de infinidad de grandes festivales y conciertos, y sobre todo, grabó a fuego y pasión con letras de platino la palabra Rock. Chuck -que es el título de su disco póstumo- siempre estará en nuestros corazones.

Inevitable mi foto con él, ya identificado el momento y lugar: Julio del 81, Campo de Fútbol de La Mina del madrileño barrio de Carabanchel, con Pata Negra y Cucharada como teloneros y arrastrando otra de sus broncas. La misma mañana, a su llegada al aeropuerto de Barajas, le había dado un puñetazo a un fotógrafo del desaparecido diario Pueblo que desoyó su deseo de “no pictures”. Por la noche, mientras los colegas del agredido y algún que otro plumilla le llamaban “negro de mierda”, en solidaridad yo me acercaba a pedirle explicaciones en el coche donde esperaba para subir al escenario y me trató con el “amor” que muestra la foto. Suerte el haber estado allí y trofeo inolvidable de veterano cronista: como la de Richards, esta no tiene precio y la comparto una vez más.

Mariskal

Etiquetas: , ,

Categorizado en: ,

Esta entrada fue escrita por Redacción

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *