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Metallica tenía “un coach de vida que formaba parte de todo”

No todo el mundo ha tenido la oportunidad de haber entrado en los engranajes de una maquinaria tan mastodóntica como Metallica. Ya pudimos ver el lado más íntimo de los hombres de negro en el documental ‘Some Kind of Monster’, que se convirtió en “una película obligatoria para la comunidad de la salud mental”. Pero gracias a las revelaciones de un bajista que pudo convertirse en el sustituto de Jason Newsted también sabemos que los de San Francisco contaban con “un coach de vida que formaba parte de todo”.

Hablamos en concreto de Scott Reeder, que en los noventa se convirtió en uno de los bajistas más solicitados dentro del metal. Tras unirse a los reformados The Obsessed, con quienes contribuyó al icónico álbum de 1991, ‘Lunar Womb’, Scott Reeder pasó a convertirse en un elemento clave en la creación de lo que muchos consideran la obra maestra de Kyuss, el monumental ‘Welcome to Sky Valley’, lanzado en 1994. A principios de los 2000, estuvo muy cerca de reemplazar a Jason Newsted en Metallica tras su salida de la banda. Sin embargo, el puesto finalmente fue para Robert Trujillo.

En una entrevista para Guitar World, Reeder relató cómo los contactos con Metallica comenzaron mucho antes: “Alguien de su organización me preguntó si estaría interesado. Dios, probablemente justo después de que Jason se fue. Estaba en medio de la grabación de un disco con Unida, y dije: “Gracias, pero tengo que terminar esto. Estamos bastante metidos en ello ahora mismo””.

Así recordó Scott Reeder el primer acercamiento de Metallica tras la salida de Jason Newsted en 2001. Aunque era una oportunidad enorme, Reeder decidió mantenerse fiel al compromiso que tenía en ese momento con Unida, optando por no dejar el proyecto a medias. Pero la historia no terminó ahí. Tiempo después, recibió una segunda llamada, esta vez de Lars Ulrich: “Recibí otra llamada, debió ser al menos un año después, de Lars Ulrich. Mi esposa y yo tenemos un rancho de 50 acres, y yo estaba afuera paleando heno mohoso en una carretilla, cuando mi esposa salió con el teléfono en la mano… pensó que era una broma”.

Había precedentes para pensar que aquello no podía ser verdad: “Solíamos recibir llamadas de broma de Maynard James Keenan de Tool. Mi esposa me dice: “Dice que es Lars Ulrich”, y pone los ojos en blanco. Agarré el teléfono… ¡y era el puto Lars Ulrich! Me dijo: “Oye, tío, tenemos que tomar una decisión. Tenemos que elegir un bajista, y nos encantaría que vinieras a tocar con nosotros unos días””.

Reeder decidió saltarse la primera audición para poder prepararse mejor y familiarizarse con el repertorio de Metallica. Más tarde, se reunió con la banda en su cuartel general, un encuentro parcialmente documentado en ‘Some Kind of Monster’. Allí vivió una experiencia inolvidable: “Tenían a su coach de vida, Phil, que formaba parte de todo. Caminamos un rato y después entramos a tocar, y fue divertidísimo interpretar algunos de los clásicos. Y al día siguiente, estaban en modo grabación, trabajando en “Some Kind of Monster”, y yo estaba sentado en el sofá junto a James Hetfield mientras grababa las voces”.

Como todos sabemos, el puesto recayó finalmente en Robert Trujillo, pero Reeder no vivió aquello como un fracaso, sino como una medalla de plata si se hubiera tratado de unas Olimpiadas. Que tampoco está nada mal.

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