“Lemmy y yo nos llevábamos bien la mayor parte del tiempo, pero teníamos nuestros momentos. Estar en Motörhead era una locura las 24 horas al día”

Una leyenda del calibre del añorado Lemmy Kilminster pudo coincidir con muchas personalidades relevantes a lo largo de su trayectoria. Ya señalamos lo “desanimado” que estaba el guitarrista Slash (Guns N’ Roses) por no tenerle en el mundo de los vivos o lo que pensaba de él Ozzy Osbourne, que lo consideraba el “metalero definitivo”. Pero hubo también otro músico con el que se llevaba bien la mayor parte del tiempo, aunque este también asegurara que “Estar en Motörhead era una locura las 24 horas al día”.

El guitarrista Brian ‘Robbo’ Robertson se unió a Thin Lizzy en 1974 a los dieciocho años y ahí formó tándem con Scott Gorham, otro maestro de las seis cuerdas, y juntos dejaron su impronta en álbumes como ‘Jailbreak’ o ‘Live And Dangerous’. Robertson abandonó la banda de Phil Lynott en 1978 y más tarde trabajó con Motörhead o Wild Horses, entre otros.

En una entrevista para Loudersound, el hacha recordaba cómo fue en concreto su experiencia con Lemmy: “Unirme a Motörhead fue algo extraño. El mánager de Lemmy, Doug Smith, me llamó por teléfono y envió a una chica en medias y tirantes a mi casa de Fulham con una botella de whisky. Ni que decir tiene que se cerró el trato (risas). Me dio todos los discos de Motörhead, pero no los escuché porque no era mi tipo de música”.

Lo siguiente tampoco resultó muy normal: “Tenía que volar a Nueva York a la mañana siguiente para reunirme con la banda, pero por alguna razón acabé en Toronto. Llamé al técnico de iluminación de Rush, Howard, y por suerte me reservó un hotel. Al día siguiente volé a Nueva York en medio de una tormenta. Me recogieron en el aeropuerto y fuimos directamente a la sala de ensayo de Motörhead”.

Robertson no tardó en congeniar y adaptarse al ambiente del grupo: “Estuvimos allí 10 horas seguidas, con un montón de esto (hace el gesto de esnifar algo), así estaba yo en la banda. Luego subimos al autobús de la gira y volvimos directamente al puto Canadá. Recuerdo que a Lemmy le hizo mucha gracia. Él y yo nos llevábamos bien la mayor parte del tiempo, pero teníamos nuestros momentos, digamos. Estar en Motörhead era una locura las 24 horas del día”.

PARA LEER MÁS:

• David Ellefson (ex-Megadeth) dice que Lemmy Kilmister (Motörhead) tocaba el bajo “como una guitarra acústica” 
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