Keith Richards (The Rolling Stones) cumple 80 años: Sus diez historias más increíbles

18 diciembre, 2023 3:29 pm Publicado por  1 Comentario

La ciencia estudiará su cuerpo el día que no esté entre nosotros para entender cómo ha podido sobrevivir a décadas de alcohol, drogas y vida salvaje. Su figura, su actitud, su historia y todo lo que ha significado en el mundo del rock le ha convertido en una leyenda viviente, que es en sí mismo pura historia de nuestra música. Mariano Muniesa, amplio conocedor de las aventuras de Keith Richards, recopila aquí diez momentos inolvidables de su trayectoria.

1. Estuvo a punto de morir electrocutado durante un show en California

Por diversos motivos y en muy diferentes circunstancias, Keith ha estado en más de una ocasión muy cerca de la muerte, pero, indudablemente, las más espectacular y la más peligrosa que reconoce haber experimentado se produjo durante una actuación en directo de los Stones. El 3 de diciembre de 1965, mientras tocaban "The Last Time" frente a 5.000 fans en el Memorial Auditorium de Sacramento, California, su guitarra tocó accidentalmente el soporte del micrófono, que parece ser que justo en ese instante había sufrido una sobrecarga de corriente eléctrica. Al producirse el contacto se desencadenó una aparatosa explosión con una espectacular llamarada de fuego, y el guitarrista cayó inconsciente por la sacudida.

El promotor del concierto, Jeff Hughson, pensó que a Richards le habían disparado, y el asistente Mick Martin dijo: "Literalmente, vi a Keith volar hacia atrás por el aire. Pensé que estaba muerto. Me horroricé, al igual que todos. Todos lo estábamos". Le sacaron con tubos de oxígeno y le llevaron de urgencia al hospital más próximo. Más tarde, Richards se rió al recordar haber escuchado a un médico en el hospital decir: "Bueno, ¿éste se despierta o no?".

Muy probablemente, Keith sobrevivió gracias a las gruesas suelas de sus zapatos de gamuza Hush Puppies, que detuvieron la descarga eléctrica. Fue dado de alta el 4 de diciembre y regresó al escenario la noche siguiente.

Obviamente, cuando alguna vez ha dicho que le gustaría morir sobre un escenario, no sabemos si bromea o no…

2. La primera vez que fue detenido fue… ¡en Barcelona en 1967!

Pocas semanas después de que la policía hiciera un registro en su casa de Redlands el 12 de febrero de 1967 en el que se encontraron en un cenicero restos de hachís, por lo que fue procesado y encarcelado en junio de aquel mismo año junto a Mick Jagger, Keith pasó la primera noche de su vida en unos calabozos en nuestro país, concretamente la noche del 7 de marzo de 1967 en las dependencias de la comisaría de policía de la calle Mallorca de Barcelona.

Para liberarse de la tensión de las reuniones con abogados, las denuncias, el acoso de la prensa y evadirse de todo aquel ambiente, Keith Richards, Brian Jones, Anita Pallenberg y su amiga Deborah Dixon, acompañados por el asistente del grupo y chófer Tom Keylock – años más tarde uno de los testigos de la muerte de Brian- decidieron tomarse unas vacaciones viajando en coche, en el famoso Bentley de Keith, desde Francia a Marruecos, recorriendo toda la costa mediterránea española. Brian enfermó y se quedó unos días hospitalizado en Toulon, con lo que Keith y el resto de la troupe siguió viaje, parando para hacer noche en Barcelona.

Habían cambiado poco dinero en la frontera y el poco efectivo que tenían en pesetas lo gastaron en la cena que hicieron en un restaurante de la Vía Layetana, de manera que cuando se fueron a tomar unas copas a la discoteca Bocaccio de la capital catalana, al ir a pagar, Keith intentó hacerlo con su tarjeta de crédito Diner's. El camarero le dijo, imaginamos que en una suerte de surrealistas malentendidos, puesto que ni el empleado de hostelería hablaba inglés ni ellos español, que no podía aceptar esa tarjeta sin que le mostrase su pasaporte.

Habían dejado los pasaportes en el hotel, y Keith insistió que en Francia no le habían pedido el pasaporte para poder pagar. Según se dice, la discusión subió de tono y el episodio terminó con la policía entrando en la discoteca, deteniendo a Keith y llevándoselo a comisaría. Gracias a que Anita Pallenberg hablaba italiano, pudo a duras penas entender lo que estaba pasando. Se fue con Tom Keylock al hotel, recogió los pasaportes, los entregó en comisaría y, tras largas gestiones, finalmente Keith fue puesto en libertad a las siete de la mañana, tras pagar una multa de 1.500 pesetas.

El viaje pasó a la historia por otro motivo… Al día siguiente, mientras iban camino de Valencia, Keith y Anita iban en el asiento trasero del coche y, como bien dijo nuestro hombre en el documental ‘25x5: The Continuing Adventures Of The Rolling Stones': “Bueno, ya sabes…  a veces en el asiento trasero de un coche pueden suceder cosas increíbles”. Y sucedieron…

Foto: Mark Sellinger

3. Viajando en ácido con John Lennon

Antes de meterse en la heroína en 1969, tal y como explicó en sus memorias, entre 1967 y 1968 Keith experimentó ocasionalmente con drogas psicodélicas, fundamentalmente ácidos. Pero hubo un viaje con LSD en particular que consideró siempre verdaderamente especial.

Después de reunirse con John Lennon, un día, la pareja se embarcó en lo que el guitarrista de los Stones describió como un "viaje por carretera impulsado por ácido" en el transcurso de dos o tres días, que los llevó a las ciudades inglesas de Torquay y Lyme Regis.

Basándose en gran medida en la memoria de Kari Ann Moller, quien más tarde se casó con el hermano menor de Jagger, Chris; Keith Richards recordó haber conducido en círculos – lo que no recordaba era si lo había hecho conduciendo él el vehículo o con chófer- y haber visitado la casa de campo de Lennon, donde asegura que saludaron a Cynthia, la primera mujer del Beatle. Años más tarde, cuando Lennon y Richards se encontraron en Nueva York, Keith recuerda que el exBeatle preguntó: "¿Qué pasó en ese viaje?"

4. Hizo de niñera durante cuatro días en Melbourne a cambio de cocaína farmacéutica

Durante la gira por Australia y Nueva Zelanda de los Rolling Stones en 1973, Keith alternaba el consumo de heroína con el de cocaína, pero no de la coca vulgar con la que se traficaba en la calle. En 1970, había descubierto lo que se conoce como cocaína farmacéutica, una sustancia que tiene idénticos efectos a los de la cocaína digamos “normal”, pero que no produce adicción, no deja bajón psicológico, es mucho menos dañina y es tan potente sobre el sistema nervioso que se dice que incluso atenúa a niveles casi imperceptibles los síntomas del mono de caballo.

Nunca ha querido contar cómo lo consiguió, pero logró contactar con una mujer de Melbourne que le podía proporcionar cocaína farmacéutica. Esta mujer era madre soltera y Keith se instaló con ella en su apartamento durante los “days-off” de la gira.

"Vivir en los suburbios de Melbourne durante una semana con una madre y su hijo era un poco extraño", recuerda en sus memorias. "En cuatro o cinco días, era como un auténtico anciano australiano: “Sheila, ¿dónde está mi puto desayuno?”... Era como si hubiera estado allí desde siempre. Y me sentí genial". Según Keith, incluso cuidaba al bebé cuando su madre estaba en el trabajo. "Hay alguien en un suburbio de Melbourne que ni siquiera sabe que yo le limpié el trasero y le di de comer sus papillas".

Foto cedida por Live Nation Spain

5. Acabó con una fiesta en la habitación de su hotel… ¡a disparos de revólver!

Durante la primera gira de los Rolling Stones con Ronnie Wood como nuevo miembro, en el verano de 1975 por Estados Unidos, Keith y Ronnie se hicieron colegas inseparables, y sus juergas en backstages, bares, clubes o habitaciones se hicieron legendarias. Pero hubo un día que la fiesta acabó mucho más abruptamente de lo que nadie podría imaginar.

En aquellos años, Keith, imaginamos que convenientemente ayudado por ese fármaco por el que hizo de niñera en Australia varios días, se sabe que podía estar más de una semana sin dormir. Pero una noche se sentía ya agotado y durante una de las clásicas fiestas en su suite, le dijo a Ronnie y a todas las groupies, camellos y demás gente que estaba en la habitación pasándoselo en grande a base de música a todo volumen, bebidas y otras sustancias, que estaba muy cansado y que quería dormir. Cerró el dormitorio de la suite y se acostó, pero Ronnie y los demás no le hicieron caso y siguieron la juerga. Keith asegura que se levantó hasta tres veces y les dijo que se callaran y se marchasen, la última vez ya muy cabreado.

La cuarta vez que se levantó, decidió acabar con la diversión de manera harto expeditiva: Sacó el revólver que colocaba siempre debajo de su almohada – Keith en esa época iba siempre armado por si las reuniones con sus dealers por cualquier motivo se volvían tensas-  abrió la puerta del dormitorio y empezó a disparar al aire con fuego real hasta que vació el tambor. Por supuesto, todos salieron de la suite corriendo aterrorizados, gritando, atropellándose y tropezando unos con otros, incluido el propio Ronnie Wood.

Keith Richards: “Después de que salieran despavoridos de allí, me metí en la cama y dormí tan profundamente que cuando me desperté, no recordaba si lo de los disparos había sido real o lo había soñado. Me di cuenta que disparé de verdad cuando vi los agujeros en el techo. Lo que no dejó de sorprenderme fue que nadie llamó a la policía ni nadie en el hotel me comentó nada”.

6. Estuvo dos horas en un disco-pub de París con dos fanáticos absolutos de los Stones… ¡y no le reconocieron!

A finales de enero de 1978, cuando los Rolling Stones estaban grabando ‘Some Girls’ en los estudios Pathé-Marconi de París, Keith recuerda que, una noche, después de haber estado ensayando, grabando tomas de guitarra, repitiendo, etc. durante casi diez horas, desde por la mañana de aquel día, “ya estaba saturado de tantas horas seguidas de estudio y decidí marcharme yo solo a donde fuera a desconectar un poco. Así que, cogí el coche, me fui a los suburbios de París y busqué cualquier garito que estuviera abierto y pareciera tranquilo a tomarme una copa y a relajarme.

Tras dar varias vueltas, encontré a las dos de la madrugada una especie de whisky-bar que estaba abierto en un barrio lleno de junkies, prostitutas, dealers y macarras de todo tipo. ¡Bingo! ¡Como en casa! Entré y, en efecto, había poca gente y parecía tranquilo. Encendí un cigarrillo, pedí una copa y cuando había dado el primer sorbo, vi cómo entraban dos tipos con camisetas de los Rolling Stones, chapas con la lengua en sus chupas de cuero y parches con la portada de 'Sticky Fingers' en sus jeans. No, por favor… Me vine abajo. Me dije: “Estos dos tipos me van a estar preguntando toda la puta noche por los Stones, y ahora solo quiero estar solo un rato”.

Se sentaron cerca de mí y se pusieron a hablar entre ellos, pero uno no me quitaba ojo, hasta que le dijo a su amigo: “Oye, fíjate en ese tipo…¡Es igual que Keith Richards! ¿No será él?” Y, para mi fortuna, el amigo le contestó: “¿Pero tú eres gilipollas? ¿Qué iba a hacer Keith Richards en este garito de mierda y en esta basura de barrio? Estará en un hotel de cinco estrellas bebiendo champagne de 500 francos. Anda, que se te ocurre cada cosa…”. Intenté reprimir la risa y di gracias al cielo”.

7. Adicto a las drogas… y a los incendios

Al menos en tres ocasiones Keith Richards ha salvado milagrosamente la vida en los incendios que se han producido en sus casas. El primero, cuando en 1973 la famosa casa de campo de Redlands, en West Wittering, donde se produjo el triste registro policial de febrero de 1967, se incendió durante una noche mientras Keith, Anita y sus hijos estaban durmiendo, quedando parcialmente destruida, aunque se pudo reconstruir. ¿Motivos del incendio? Anita Pallenberg asegura que un cigarrillo mal apagado que se le cayó a Keith al quedarse dormido prendió fuego a la moqueta, aunque éste dijo que había sido un cortocircuito.

Sin embargo, la casa, sobre la que pareciera que existía una maldición, volvió a arder por los cuatro costados el 2 de septiembre de 1982 por razones desconocidas, y a pesar de que sesenta y cinco bomberos trabajaron más de seis horas para controlar el incendio, esta vez todo el inmueble quedó reducido a cenizas.

Durante la gira americana de los Rolling Stones de 1972, el editor propietario de la revista Playboy, Hugh Heffner, invitó al grupo a una fiesta privada en su mansión de Chicago.“Bobby Keys y yo estábamos simplemente sentados en el suelo del baño, un baño cómodo y agradable y estábamos colocándonos de puta madre. Estábamos hablando sobre la niebla en Londres y Bobby dijo: “Keith… hay humo aquí”. Las cortinas estaban ardiendo. Se oyeron golpes en la puerta, abrimos y empezaron a aparecer camareros y tipos con trajes negros trayendo cubos de agua. No tengo ni idea de cómo sucedió”.

Seis años más tarde, Keith estaba saliendo con la modelo sueca Lil Wergilis en 1978, cuando ella le alertó sobre otro incendio mientras se hospedaban en una propiedad de alquiler en la famosa zona de Laurel Canyon en Los Ángeles. Escaparon antes de que parte del techo se derrumbara y salvaron la vida saltando por la ventana.

8. Mandó a la cárcel a un fan y después pago la fianza para ponerle en libertad

Momento histórico recogido en video. Diciembre de 1981: Los Rolling Stones están dando el último concierto de la etapa estadounidense de su gira ‘Tattoo You’ en el Coliseum de Hampton Roads, Virginia. Es el cumpleaños 38 de Keith y la banda está rematando la velada con una versión exultante de su clásico “(I Can't Get No) Satisfaction”. Mick Jagger está envuelto en una capa con la bandera británica y estadounidense y de pronto caen centenares de globos sobre el escenario a modo de fin de fiesta.

Y entonces, de la nada, irrumpe un intruso en el escenario. Una toma desde el fondo del stage muestra un movimiento inesperado y fugaz, y cuando la cámara vuelve a un primer plano de Jagger y Richards, el guitarrista ya se está quitando la guitarra y la eleva dispuesto a estrellarla en la cabeza de ese pobre diablo.

"La única razón por la que lo hice fue porque la seguridad no estaba en su sitio", dijo Keith más tarde. "Estaban dos pasos atrás. Estoy vigilando la espalda de Mick, hace un año que han matado a John Lennon en la puerta de sus casa y de pronto aparece este tipo viniendo hacia nosotros. No lo dudé ni un segundo, una telecaster puede ser una buena arma”.

La seguridad le atrapó y fue detenido, pero el propio Keith Richards pagó su fianza, lo que significa que ni siquiera pasó la noche bajo llave. "Aún me debe 200 dólares", bromeó Keith unos meses más tarde.

9. Keith Richards le lanzó un cuchillo a Donald Trump

En 1989, muchos años antes de que Trump se postulara como candidato a la presidencia de los Estados Unidos, nuestro hombre tuvo un desagradable y violento encontronazo con él. Aquel año, tras la edición de su álbum ‘Steel Wheels’, empezaron una nueva gira por Estados Unidos y decidieron que uno de los conciertos se retransmitiera por televisión en sistema de Pay Per View. Necesitaban un potente patrocinador, y su road-manager, Michael Cohl, propuso que Donald Trump, que ya era multimillonario en ese momento, puso encima de la mesa el dinero suficiente como para llevarse el contrato, a pesar de que los Stones habían oído hablar muy mal de Trump y de sus negocios sucios.

De hecho, el contrato fue sumamente restrictivo, hasta el punto de que al propio Trump se le prohibió asistir al concierto. “Los Stones tenían tal poder en esos días que a las 6:40 p.m. el espacio en el telediario nacional de la noche iba a ser una entrevista con los Stones para hablar de la gira y promocionar el concierto transmitido por cable”, dijo Cohl a Pollstar en 2016.

“Aproximadamente a las 5:50 p.m me dicen que tengo que ir urgentemente a la sala de prensa del edificio de al lado y… ¿Qué crees que está pasando? ¡Ahí está Donald Trump dando una conferencia de prensa en nuestra habitación! Me fui para él y le dije: “Vamos, Donald, ¿qué estás haciendo? Nos prometiste que ni siquiera estarías aquí y prometiste que nunca harías esto”.

Pero el político no le hizo caso y alguien del personal de seguridad avisó a Keith de lo que estaba pasando. Montó en cólera y dijo a su seguridad: “¡Joder! ¿Para qué diablos os tengo aquí? ¿Tengo que ir allí y echarle yo mismo? Bien, eso voy a hacer”. Keith entró donde estaba Trump discutiendo con Michael Cohl, sacó de su bota un cuchillo y lo lanzó clavándolo en la pared a menos de un metro de donde Trump se encontraba. “¡Fuera de aquí, bastardo!”, le gritó. Trump, indignado y rodeado de guardaespaldas, abandonó el edificio.

Cuando se le preguntó a Keith su opinión sobre la candidatura presidencial de Trump en 2015, se quedó desconcertado. “¿Te imaginas a Trump de presidente? Sería la peor de las pesadillas. Pero podría pasar. Esta es una de las cosas increíbles que pasan en este país. ¿Quién hubiera pensado que Ronald Reagan podría ser presidente?”

10. No invitó a AC/DC a tocar con los Stones en 2003, se lo ordenó

A finales de 2003 entrevisté en Londres para Digital+ a Brian Johnson y Angus Young con motivo de la reedición en DVD de su álbum y video en directo grabado en el Festival de Donington en 1991. AC/DC telonearon algunos conciertos de la gira europea que la banda había hecho aquel verano, y Malcolm y Angus Young tocaron en algunos shows una versión de “Rock Me Baby” con la banda en el escenario.

Cuando les pregunté cómo vivieron esa experiencia, Angus Young me explicó: “Bueno… todo pasó muy rápido. De hecho, fue una orden. Estábamos en nuestro camerino como una hora antes de empezar y de pronto alguien abrió la puerta sin llamar. Era Keith, y nos dijo: “¡Hey, chicos! Me alegra veros. Esta noche vais a subiros con nosotros al escenario y vais a tocar “Rock Me Baby”. Nuestro personal os avisará y tendréis las guitarras preparadas ¿OK? Venga, luego nos vemos”. Y se marchó. ¡Tuvimos que estar hora y media ensayando “Rock Me Baby”, porque hacía años que no la tocábamos!”.

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Esta entrada fue escrita por Redacción

1 comentario

  • Juandie dice:

    Cojonudas anécdotas celebrando los 80 takos de uno de los mejores guitarristas de la historia del Rock como fue el gran y mitico KEITH RICHARDS. Felicidades FIGURA.

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