LO ÚLTIMO

Entrevista a Juan Deive: “Ojalá tuviera la repercusión de Arde Bogotá”

Con un amplio universo sonoro que abarca desde Elvis hasta Soundgargen, Juan Deive, venezolano de nacimiento afincado en Madrid desde 1997, intentó labrarse camino en formaciones como El Ruido Maldito o L4 Red, este último proyecto junto al histórico batería de Héroes del Silencio, Pedro Andreu. No ha sido hasta su primer trabajo en solitario, ‘Invierno Rubí’, cuando ha podido expresarse en plenitud, sin cortapisas de ningún tipo. Confiesa que lo que le mueve es la emoción, la honestidad o “el poder de una canción para tocar una fibra”. Con semejante presentación, Alfredo Villaescusa no se resiste a mantener una interesante charla con este descubridor de melodías y rimas de palabras.

Antes de sacar este primer disco en solitario ya contabas con una trayectoria previa en otras bandas, ¿verdad?

“Sí, el primer contrato discográfico fue con Locomotive Records, cuando estaba en El Ruido Maldito, del 2006 al 2008 aproximadamente. Luego he colaborado también con editoriales y estuve en la primera formación de la banda de Pedro Andreu, L4 Red, en el 2013. Colaboré también poniendo banda sonora a documentales, el último que hice era sobre un pintor cubano ya fallecido que era amigo de Andy Warhol, Waldo Díaz-Balart. También hubo proyectos para la productora Tus Ojos y ahora retomo un disco que era independiente de lo independiente” (risas).

¿Influyeron todas esas experiencias en la elaboración de ‘Invierno Rubí’?

“Supongo que el hilo conductor de todas esas facetas es la honestidad a la hora de componer, siempre mirando cosas que me rodean o de mi propia experiencia. Cuando reviso las canciones de El Ruido Maldito veo algunas compatibles con ‘Invierno Rubí’, hablando del tiempo, la memoria, melancolía…”.

¿En qué momento saltó la chispa que te incitó a componer un trabajo en solitario?

“Pues mira, dos años después de la pandemia, “Desconociéndonos” ya estaba escrita, aunque tenía otros comienzos, había más material del que está ahora en el disco. Me surgió el gusanillo de grabarlo como pensé que se merecían esas canciones. Paralelo con eso, le comenté a un amigo común: “Oye, quería grabar estas canciones pero no dispongo de muchos contactos en Galicia”.  Y me dijo: “Bueno, Juan de Dios está aquí”. Yo pensaba que estaba de vacaciones, porque sé que vivió como 9 años en Estados Unidos y yo le hablé cuando estaba allí. Parece ser que se vino, por lo que la pandemia nos unió. A partir de ahí empezamos a grabar canción a canción en su estudio de A Coruña, reuniéndonos una o dos veces por semana, probando y ensayando sin ningún tipo de presión”.

¿No te planteaste el formato clásico de banda?

“Conformar banda es un problema, pero la verdad es que cuando me vine a Galicia no tenía intención de seguir con la música, por lo que no he tenido mucho entorno musical. Ahora sí que he empezado, gracias a Juan, a rodearme de compañeros en la música. Todo mi entorno lo tenía en Madrid, por lo que pensé que era más fácil comenzar y grabar el disco entre los dos que reunirme con una banda. Imagínate, si los matrimonios son complicados, los grupos de cuatro personas un poco más (risas). Echo de menos una banda, ¿eh? Porque en una banda bien llevada reman todos hacia al mismo lugar. Uno solo se va haciendo complicado, porque si no das una serie de conciertos, es muy complicado formar una banda, cada uno hace su historia… Estoy ahora en ese momento en el que cuando encuentro un guitarra el bajista me dice que tiene que tocar con no sé quién, se empieza a poner complicado en la segunda fase...”.

Foto: Nacho Arias.

¿Qué quiere decir exactamente el título ‘Invierno Rubí’?

“Lo asemejo a una metáfora. Lo de la estación está referido al letargo, en invierno todo se detiene, ¿no? Siempre escribo, pero dar forma de canción a todo era algo que hacía mucho tiempo que no hacía. De ese letargo me pareció sacar algo positivo como el disco o las canciones, lo mejor que podía hacer, digámoslo así”.

Has calificado este álbum como una travesía emocional, ¿en qué sentido?

“Realmente la persona que me acompañó en todo este proceso fue Juan de Dios Martínez, el productor. Creo que ambos nos encontramos en la misma situación profesional de haber pasado una pandemia, tener que volverse de Estados Unidos lo dejó un poco desubicado, como tener que empezar otra vez de cero. Empezamos a probar canciones desde 2023 a 2025, que es cuando se terminó de mezclar y masterizar. Atravesábamos esos estados anímicos de seguir con esto y terminarlo, pero con altos y bajos. Nunca pensé que lo iba a dejar una vez empezado el proyecto, pero doy las gracias a Juan, porque cuando yo tenía pocas ganas, él sí las tenía, y viceversa, nos reatroalimentamos (risas).

Crear un universo propio es complicado, porque ya te digo, no tenía discográfica, estaba alejado, todos los medios los tenía en un home estudio y luego lo llevaba donde Juan. Navegaba entre sensaciones muy contradictorias, en plan, ¿esto para qué sirve? Pero sí me servía emocionalmente, a la gente que escribe normalmente le sirve para sanarse, creo que era algo de eso”.

A veces parece que podría tratarse de un disco conceptual ¿hay algo que unifique todas las canciones?

“El tiempo y la memoria. ‘Invierno Rubí’ forma parte, si Dios quiere, de un proyecto de cuatro piezas. Va a haber las cuatro estaciones, ya estoy trabajando en la siguiente. El hilo conductor en estas canciones diría que ha sido mirar hacia adentro y sacar lo que mejor pudiera para esta ocasión”.

Hay mucha influencia de grupos como los argentinos Soda Stereo, Héroes del Silencio o los mexicanos Caifanes. ¿Hasta qué punto te han marcado?

“Crecí con todos ellos. Al ser mi familia española, veníamos todos los veranos a España, prácticamente desde que tenía 2 años, a ver a los abuelos. Crecí con el pop rock español y latinoamericano, por lo que muchos grupos están en mi cabeza, pero sin ser consciente, sí es cierto que están ahí y salen de manera espontánea. También influye el timbre de voz, en el caso de Soda Stereo o Enrique Bunbury, hay modificaciones en los rangos, pero tal vez sí hay algo en la voz que nos pueda identificar”.

Te has atrevido incluso a incluir una versión de “Llorarás” del cantautor venezolano Oscar D’León…

“Es una canción de salsa, en realidad. La hicimos como reto, porque es una canción que me encanta y una vez en el estudio la toqué y canté a mi manera. Pensé que la podríamos hacer bien oscura y profunda, así que empezamos a probar y dijimos, venga, para el disco. Hay también otra versión, “Los jóvenes mueren antes de tiempo”, de Xoel López, que la hago también más densa”.

“Ciclón”, por otra parte, se acerca al sonido clásico del rock americano tipo Tom Petty…

“Me compré un resonador, que es lo que toco con slide al principio. Empecé a estudiar afinaciones abiertas y me encantaba. Cuando fuimos al estudio nos dimos cuenta de que esa canción nacía con el riff que hacía con el dobro (ndr: guitarra resonadora con un cono metálico que amplifica el sonido), pero en realidad nada es intencionado, luego pasa lo que dices tú, que ese sonido te lleva hacia otro lugar… También parece un poco Beck, ¿no? ¿Te acuerdas de ese disco mítico en el que utilizaba unos dobros? Es muy americano, en verdad. Le metimos muchos loops para llevarlo a otro sitio, pero suena muy americano, sí”.

Foto: Nacho Arias.

Se nota que otorgas bastante importancia a los textos, ¿eres un gran lector?

“Me gusta muchísimo la poesía, es sin duda el género que más leo. Soy hiperactivo con déficit de atención, por lo que las novelas me cuestan mucho. La poesía es mi gran aliada para absorber y luego interpretar las cosas que tengo en la cabeza. No sé si soy un gran lector, pero sí leo bastante poesía y para este trabajo me he pasado horas en bibliotecas, hay una justo enfrente de mi casa, descubriendo autores gallegos que no conocía y que me han refrescado rimas. Disfruto mucho haciendo metáforas, para no darle tanta literalidad y hacerlo más entretenido”.

En ese aspecto te vuelves a acercar a Héroes del Silencio o Soda Stereo…

“Antes nombraste también a Caifanes, Jaguares y esta gente. Hay como una línea de estilo en Latinoamérica que utiliza mucho la metáfora y poesía, ¿sabes? Bueno, yo creo que ya estaba antes en la música popular, en los tangos y así. Es algo que me divierte mucho porque me parece que le da fantasía al contexto de la canción. También deja el portón abierto para que la gente interprete lo que te viene a ti en ese momento. No me gusta tampoco explicar demasiado las metáforas que utilizo porque creo que son muy evidentes”.

En tu web hablas de “el poder de una canción para tocar una fibra”. ¿Hay demasiada insensibilidad en la música hoy en día?

“Creo en la necesidad como oyente y compositor de que la música nos conecte con algo íntimo, no sé si lo logro. Yo escribo canciones y las interpreto con la mayor de mis verdades. Es cierto que se ha banalizado todo, pero tampoco voy a criticar un estilo específico. Parece que todo es un fast food de música, ¿no? Hay gente que vende miles de millones y es música que no va a trascender, ¿sabes? Es una marejada en la que todo parece igual”.

Antes has comentado que estabas probando músicos, entiendo por tanto que hay planes de presentar el disco en directo…

“Sí, ya hay una fecha cerrada, que será en Zaragoza, en el Zombie Sounds Fest, un festival que se da por todas las salas de la ciudad. Estaré en la sala Zeta el día 28 de noviembre. Me parece chulo porque cierro un círculo, ya que mi último concierto con L4 Red fue en la sala Multiusos de Zaragoza, y casualmente empiezo otra vez allí, así que está bien”.

A pesar de que estás influenciado por grupos como Soda Stereo o Caifanes, también posees un toque contemporáneo, no muy alejado de propuestas tipo Arde Bogotá, ¿les conoces?

“Sí, son bastante mayoritarios. He escuchado mucho su nombre, pero no me sé ninguna canción. Tengo familia en Murcia, bueno, ellos se dicen de Cartagena, y cuando estábamos grabando y maquetando el disco, mi primo me dijo: “Acho, me recuerda a Arde Bogotá”. Fue la primera vez que escuché el nombre porque no sabía quiénes eran, pero luego me parecieron muy potentes. No conozco a fondo su música, pero vamos, ojalá tuviera la repercusión de los muchachos estos”.

Te defines como un “descubridor de melodías”. ¿En qué consiste eso exactamente?

“Sí, pero no porque yo las descubra para todo el mundo. La música ya está allí y yo la descubro, pero solo para mí. Pienso que todo está hecho. La música es finita, hay acordes, armonías o melodías, y sobre eso se compone, igual que las palabras y la forma de mezclarlas. Cuando haces una canción y dices: “Esto me suena”, te suena a  mil canciones que se han hecho con esos mismos acordes. Entonces es como si las descubriera, pero no las invento, estaban ahí y yo las descubrí para mí. Hay tanto por descubrir, es una búsqueda infinita”.

Un comentario

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

MariskalRock.com
Resumen de privacidad

Desde este panel podrá configurar las cookies que el sitio web puede instalar en su navegador, excepto las cookies técnicas o funcionales que son necesarias para la navegación y la utilización de las diferentes opciones o servicios que se ofrecen.

Las cookies seleccionadas indican que el usuario autoriza la instalación en su navegador y el tratamiento de datos bajo las condiciones reflejadas en la Política de cookies.

El usuario puede marcar o desmarcar el selector según se desee aceptar o rechazar la instalación de cookies.