Entrevista a José Ignacio Lapido: "La felicidad no es un estado permanente, hay que estar preparado para lo peor"

Entrevistas |José Ignacio Lapido

«La felicidad no es un estado permanente, hay que estar preparado para lo peor»

Por: Valle

Foto: Nacho García González

'A primera sangre' es el título del nuevo disco de José Ignacio Lapido, protagonista de nuestro rock tanto en las filas de los legendarios 091 como con su aclamada carrera en solitario. Nuestro compañero Valle tuvo ocasión de compartir agradable conversación con el artista alrededor de esta reciente creación.

Creo que no soy un buen fan de José Ignacio Lapido. A ver, es el artista musical al que más admiro, tengo sus nueve discos en solitario, lo sigo desde que empezó con su banda, los míticos 091, y voy a todos los directos que puedo… pero, comparado con otros seguidores del maestro, siempre hago el ridículo.

Resulta que, al igual que los cinéfilos necesitan comentar una buena peli después de verla, tras un concierto o evento del “Poeta Eléctrico”, los “Lapidoadictos” terminamos juntándonos para hablar sobre él. Hace poco, durante la firma de su impresionante último disco, 'A primera sangre', en el FNAC de la calle Goya de Madrid, tuve la oportunidad de hacerle esta breve entrevista que transcribo y, como es habitual, luego, me uní a las disertaciones de un grupo de admiradores.

Saben tanto del maestro que yo, simplemente, me callo. Hablan de sus referencias musicales, de sus recursos literarios, de su excelsa filosofía y, aunque me encanta escucharles, uno no puede evitar sentirse torpe y superficial. Mientras que ellos podrían operar el corazón de Lapido porque conocen cada válvula, yo sólo intuyo sus latidos poéticos.

Mientras analizan las profundidades de su pensamiento y los recovecos de su alma, a mi me llega la belleza externa de sus canciones y poco más. Sí, me siento tan frívolo como mirar el escote de Teresa de Calcuta cuando está rezando. Además, para colmo, siempre hay una inoportuna amiga a mi lado que me señala con su dedo acusador y dice: “¡Éste lo conoce! Ha hablado con él varias veces y le ha hecho alguna entrevista”. De repente, todos me miran esperando que diga algo. Algo sublime, algo que explique o aclare, algo nuevo. Entonces, busco una salida airosa, pero es imposible escapar de esos tentáculos y, al final, se descubre el pastel y lo único que consigo es balbucear mi verdad: “Pues Lapido… No sé… A mi Lapido me gusta muchísimo”.

Me gusta muchísimo 'A primera sangre'. Puede que, aunque todavía es pronto para decirlo, de todos los que has hecho, sea el álbum que más me gusta. No sólo por las letras donde nos regalas unos versos bellísimos o por las melodías que vuelven a ser muy inspiradas sino porque me transmite más tu voz y creo que cada vez cantas mejor. ¿A qué se debe esta progresión? ¿Te sientes más cómodo en tu faceta de vocalista?

"Antes de responder, muchas gracias por tus palabras. Qué puedo decir… me alegro mucho de que el disco te haya encantado. Yo, si no fuera una inmodestia, suscribiría lo que dices del disco. Dejémoslo en que estoy muy satisfecho del resultado. Los discos se hacen tras un proceso largo de preparación, y a veces, al final de ese proceso te encuentras con que la cosa no ha ido por donde tú pensabas.

No ha sido así en este caso. 'A primera sangre' se acerca mucho a nuestras mejores expectativas. Y lo de mi voz… pues… todo en la vida es perceptible de mejorar. La vida es aprendizaje. Esto es un oficio, y como tal, la experiencia y la práctica hacen que uno lo domine mejor. Creo que la experiencia de cantar yo solo con mi guitarra en algunos conciertos que di durante la pandemia, que me obligó a adaptar el repertorio a un único instrumento y a una voz, hizo que perfeccionara los matices y la capacidad de modulación, cosa que cuando llevas a una banda eléctrica detrás, a lo mejor no le prestas tanta atención".

¡Qué bonito suena todo! ¡Qué bien se adaptan las influencias americanas a tus creaciones! ¡Qué vivos están los temas! ¡Cómo se lo ha currado tu productor Raúl Bernal! ¿Habéis tenido más tiempo para organizarlo todo o es que ya os conocéis tanto que sale bien a la primera?

"No, a la primera, en este tipo de cosas, no sale nada. La preparación de un disco y la posterior grabación tienen mucho trabajo detrás. Lo primero que hicimos Raúl y yo fue hablar de música. Ver qué tipo de sonido queríamos para las nuevas canciones. Escuchamos otros discos que nos gustaba cómo sonaban para ver los distintos caminos que podíamos tomar, y luego decidir qué íbamos a hacer en concreto en cada tema.

Luego, claro está, eso había que materializarlo en los ensayos y en el estudio. Teníamos claro que queríamos que no se perdieran matices instrumentales ni vocales con un muro de instrumentos. Queríamos que el silencio tuviera presencia. Raúl ha tenido la habilidad y el talento necesarios para conseguir todo esto, y Popi y Jacinto han derrochado clase y saber hacer con sus instrumentos, así como Carlos Díaz, a los mandos técnicos de la grabación. Es un trabajo de equipo, y me siento un tipo con suerte de poder estar respaldado por estos fenómenos".

Foto: Nacho García González

Ya se publicaron fechas y ciudades de la gira. Por nombrar algunas, Murcia, Sevilla, Granada, Málaga, Madrid, Bilbao, Valencia, Zaragoza… ¿Sabes? Pienso que no se te conoce del todo como artista hasta que no se te disfruta en directo con esa súper banda que tienes. Tus canciones toman otra dimensión más terrenal y, entonces, empiezas a saber quién es José Ignacio Lapido. Me gustaría saber cómo vives tus propios conciertos. ¿Te llega la emoción y la magia que transmites?

"Muchas veces, los músicos no somos del todo conscientes de que tenemos un oficio cuya finalidad última es hacer feliz a la gente. Como cualquier artista, intentas crear belleza con los materiales que tienes. Y esa belleza suscita emociones en el que la contempla, en el caso de los artistas plásticos, o en el que la escucha, en el caso de los músicos.

Yo soy feliz cada vez que escucho a los Beatles o a Bob Dylan o a tantos otros. Mi espíritu se eleva cada vez que esa música llega a mí. Y en ese sentido, si mi música consigue algo parecido en mi público, daría por bueno todo el esfuerzo que hago para dar con las notas justas y las palabras adecuadas cada vez que grabo un disco. En el caso de los conciertos esa forma de comunicación es inmediata, lo ves en la cara de la gente, y la gente lo ve en tu cara, puesto que ambos lo estamos experimentando en ese mismo instante. Es una emoción de ida y vuelta".

Me parece injusto que, a veces, te tachen de autor atormentado o triste porque, la verdad, junto a la belleza poética y a la filosofía de tus dudas, yo siempre he encontrado razones para seguir luchando en tus canciones.

Lapido y Valle durante su encuentro en Madrid

Además, en este disco, enumeras motivos para brindar en “Curados de espanto”, te sube la libido en “Malos pensamientos”, no te crees lo bueno que está pasando en “Creo que me he perdido algo”, te bajas del pedestal de la derrota en “Uno y lo contrario” y hay una hermosa reconciliación con la vida en “Antes de que acabe el día”. Ya me imagino que te sientes satisfecho por el trabajo realizado, pero… dime una cosa, maestro, ¿estás feliz o algo parecido? ¿Es éste uno de los mejores momentos de tu vida?

"(Risas) Creo que la felicidad no es un estado permanente. La vida te enseña que hay que estar preparado para lo peor, y que vas a tener algunos días buenos y muchos malos. Eso es así. Pero creo también que, cuando hay uno bueno, hay que disfrutarlo al máximo. ¿Te has fijado cómo las lagartijas se quedan quietas en una piedra mirando al cielo los días que el sol sale después de una temporada de lluvia? En su inmovilidad aparentan una expresión cercana al éxtasis. Pues eso… después de este disco me he quedado como esa lagartija. Como dice la canción: "Antes de que acabe el día veremos si la belleza hace ese trato con la melancolía". No queda mucho para comprobarlo. Mientras tanto, afinaremos las guitarras por lo que pueda pasar".

¡Vaya! La verdad es que a mí la vida, en ciertas ocasiones, me pilla con la guitarra desafinada y, encima, al contrario que la lagartija, a veces no me entero de cuándo sale el sol. Como mis amigos “lapidoadictos”, sé que debería aprender más del maestro, pero, bueno, ya lo sabéis, creo que no soy un buen fan de José Ignacio Lapido.

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