Entrevistas |Jorge Martínez (Ilegales)

«Me impongo no acomodarme; eso aminora la tensión vital y es mejor morir que perder la vida»

Por: Mauro Nicolás Gamboa

Foto: Jorge Fuembuena

Momentos antes de producirse el encuentro oficial con Jorge Martínez en nuestra radio, el estandarte y emblema de Ilegales, tengo la fortuna de divisar al individuo, al ser humano, al artista, por los aledaños del cuartel general de MariskalRock. Agazapado, como Félix Rodríguez de la Fuente, procedo a observar su caminar, su sombra, su vestimenta completamente negra, su inseparable boina y, efectivamente, sigue como siempre. Actitud de rock.

El cantante, después del abrazo correspondiente y con su tono tan característico de voz, nos comenta que está contento de estar presentando, 'Joven y arrogante' (Warner Music), el nuevo material de estudio que con certeros disparos vuelve a conmover y llevar al éxtasis al oyente. Le doy la enhorabuena por el trabajo y bromeamos por los términos redundantes “disco redondo”. Algo que se lleva escribiendo desde tiempos inmemoriales en la música y nos comenta, con risa incluida, que “nunca ha tenido un álbum de cromos redondo”. Esa será la tónica de toda la conversación con el músico.

Se muestra distendido, con su habitual velocidad mental, su característico buen humor, su honestidad brutal y nos confiesa que está "muy contento con el resultado" y que ha sido "una especie de golpe de estado musical sobre lo primero que teníamos grabado. Fuimos cambiando las pistas unas por otras, totalmente ajenas. Creo que ha funcionado bien”. Apunta que es “ un disco bastante completo, con una colección de canciones unas ajenas a otras. No es algo conceptual, se dispara en todas direcciones. Creo que es un sello que en Ilegales utilizamos con frecuencia porque es la mejor posibilidad de tener una vista panorámica”.

Cuando le consultamos sobre su diálogo con las musas, debido a que el grupo sale a casi disco cada dos años en la última década, nos desvela que “la parte más inteligente de los humanos es la parte subconsciente. Es una parte peligrosa. Algunas de las canciones están en esa línea tangencial entre el consciente y el subconsciente. Otras, pues tengan el origen donde lo tengan, probablemente sean en estímulos recibidos desde el exterior, de todo lo que ves, funcionan como espejo. Tienen ese punto subjetivo relacionado con las interioridades del yo”.

Demostración de que el don de la palabra lo acompaña siempre, sus definiciones y apreciaciones son inmortales, como cuando nos recalca que “las composiciones proceden de todos los sitios. De las situaciones personales, del propio hedonismo, del disfrutar de la vida o padecerla a veces. No todo lo que viene es bueno, pero todo es vida”.

Le consulto, ¿vivir solo cuesta vida? Y responde, previos instantes de reflexión, que “la vida es el máximo capital que tenemos. Es el único capital digno de tener en cuenta. A veces, para vivirla, hay que arriesgarla. Hay que ponerla en peligro y sobre todo poner en peligro la propia comodidad. Me impongo no acomodarme, ya que eso aminora la tensión vital y es mejor morir, que perder la vida”.

Con su mirada honesta, nos confiesa que las canciones incluidas en 'Joven y arrogante' son todas nuevas y subraya con respecto a la creatividad que “en este momento, la fuente está fluyendo, incluso con cierta ferocidad. Es una fuente torrencial y aparecen muchas canciones constantemente. Estoy interesado en estas canciones nuevas”.

Consultado sobre el espíritu del álbum, comenta que “tiene varios espíritus. Es una hidra de cien cabezas. Tiene un espíritu cada canción. Incluso algunas canciones hasta coexisten o combaten dentro de la misma canción con varios espíritus. ¿Por qué razón? Bueno, son eco de la propia naturaleza humana en la que el guerrero y el pacifista están en la misma persona. El creyente y el materialista. Este último también cree en algo".

"Somos unos seres con una contradicción inherente a la propia naturaleza humana y eso está dentro del motor de todas las canciones”, asegura antes de que le pregunte si es por eso que humano se escribe con h, para silenciarlo o hacerlo mudo cuando nos convenga, lo que desata nuevamente la risa en nuestro interlocutor que, sigue nuestro juego afirmando que “muy posiblemente”.

En relación a la amplitud de texturas de las piezas del álbum, le describo mis impresiones de forma resumida: “Es ansiedad” es cañera, “Luminoso viento” es oscura, “Se abrirán los cielos” es reflexiva, “Joven y arrogante” es descriptiva… Entre todas, hay una que me emociona enormemente y tiene una mezcla de festiva y lacrimógena para un servidor por una cuestión natural de edad y no haber vivido los primeros años. Me refiero a “Moloko”.

Indica al respecto este prócer de la pluma, cambiando el gesto en el rostro y volviendo a reír, cosa que deduzco que es por recordar alguna historia vivida entre las paredes de la mítica sala madrileña, que es "una canción que suena como una fiesta de los años 60. Es una canción bailable. Y además es un poco reírse de uno mismo cuando tienes las esperanzas de ir a una fiesta, lo tienes todo planeado, vas ahí y al final no te dejan entrar”.

Prosiguiendo con el disco, le pido que se explaye un poco más sobre la historia de la desgarradora “Orfanato minero”. Suspira y, posterior a un largo y conmovedor suspiro, indica que son “unas reflexiones que me hacía de propia voz alguien que había nacido de una mujer con Sida. Cómo había sido la historia con su padre, cómo había vivido. Estábamos en un bar, de estos que bajas y no tienen licencia ni nada. Todo el mundo está ahí, gente peligrosa, con la que coexisto muy agradablemente, porque son mis amigos de siempre y muchos provienen del orfanato minero. Y ahí la gente hace sus cosas. Todos sin meterse unos con otros, dada la alta peligrosidad de cada uno de los individuos que puebla el local. Y ahí recibí toda la historia”.

Le comentó que veo a la banda, con su más de cuarenta años de trayectoria, más fuerte que nunca y me indica que están “en buena forma física, y eso ayuda”. A diferencia de otras artes, manifiesto que la música está a tan sólo un play de distancia, y por ende su presencia es permanente. “Claro, hombre", me confirma. "Fíjate la continuidad con la que estamos funcionando en Ilegales ahora. La fuente está dando y estamos recogiendo todo lo posible. No hay tregua. Cuando no estamos de gira en España, estamos cruzando el charco. De hecho, tengo tarjeta Platino de Iberia”, y las risas brotan de nuevo.

Tengo inquietud sobre cómo es el proceso interno para que las composiciones vean la luz. Sobre esto comenta que "esta vez hemos dado muchas vueltas. Incluso se han enfocado de manera errónea para convencer a miembros del grupo que estaban trabajando muy intensamente”.

En el ADN de Ilegales siempre está el horizonte, con perspectivas de futuro más allá del talento evidente, y al respecto me confiesa el cantante asturiano que han tenido “constantemente ese tipo de problemas. Nosotros veníamos de un grupo que era Madson. Cuando hicimos el primer disco de Ilegales había canciones muy distintas unas de otras, y se creó una controversia. Cuando hicimos el segundo, nos disfrazamos de poperos para trascender el mercado rock y llegar a un público masivo. Un disfraz pop, pero con un enunciado rock. Estás obligado a aprobar cosas nuevas, a que se produzcan avances y seguimos haciendo eso”.

Tomando como referencia la nueva canción “El fondo de la noche”, le consulto si el fondo del que hablan es el “alba cruel”. Después de reírse, afirma que sí. En relación a la extensa gira que tienen en puerta por la península y con paradas incluidas en América, Jorge afirma que van a ir “a muchos sitios y verás cómo se extiende muchísimo. Son giras que duran años. Espero tener al menos un mes para operarme de los ojos, que veo menos que un caballo de cartón”. Ante la nueva ocurrencia del músico, no puedo contenerme y ambos nos reímos.

“No me gusta el tiempo que se tarda en los aviones", continúa Jorge. "Probablemente por la ansiedad. Me gusta llegar al sitio. Me encanta el despegue con una copa en la mano porque es una maravilla. Son muchas horas a América. Estamos yendo y viniendo. Porque hay que cumplir con compromisos aquí y con compromisos en el otro lado”.

Me confiesa que Santiago Auserón (Radio Futura) estaba previsto que entrara en este proyecto, pero no  pudo hacerlo finalmente, "y ya estoy de acuerdo para cantar junto a Dean Chamberlain (Code Blue)”.

Es un artista que en sus ojos se puede ver una vida en imágenes y me indica que es “observador de la propia vida. El método es tener una memoria que en muchos aspectos se parezca cada vez más al olvido. Hay cosas que hay que olvidar. Llevo cosas dentro. Hay paisajes y músicas y robo de todo. Me parece lícito apropiarme de obras de Francisco de Quevedo, por ejemplo, un punky tremendo, o de Antonio Caldara. Puedes robar cosas de muchos sitios y son interesantes. Estoy lleno de cosas y de experiencias, claro”.

De Ilegales afirma que son “materia prima para la aventura”, mientras que de las bandas actuales sostiene que llevan “una vida monástica y se encuentran con que no tienen nada que decir”.

Al otrora pintor y desde hace casi medio siglo rockstar, le propongo dos últimas consultas. “Ningún consejo serviría”, responde sobre qué le diría el Jorge Ilegal de ahora al niño de diez años que fue, mientras que a la pregunta contraria, sobre qué le diría el niño de diez años que fue al Jorge de ahora, es rotundo con un “lo voy a hacer”. Jorge Martínez, único en su especie. Ilegales, donde habita el rock.

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Esta entrada fue escrita por Redacción

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