Entrevistas |Micah Morris (Fast Eddy)

«Nos gusta romper las reglas de lo que se supone que debería ser el punk rock»

Por: Alfredo Villaescusa

Las enseñanzas del viejo catecismo escandinavo de The Hellacopters, Gluecifer y Turbonegro gozaron de gran predicamento en Europa durante el comienzo del nuevo milenio, pero su popularidad no fue tan desmedida al otro lado del Atlántico. Estos héroes de Denver contagiados por el espíritu punk de The Dead Boys y los grupos antes mencionados se ponen reflexivos en el álbum ‘To The Stars’, un viaje sónico a través de grandes planicies, las Montañas Rocosas y otros elementos icónicos del suroeste norteamericano. El vocalista y guitarrista Micah Morris hace un alto en su camino para atender a Alfredo Villaescusa.

¿Cómo surgió el título de ‘To The Stars’?

“Es una expresión que aparece en la canción “Steppin’ Stone”, que ese era el título del disco al principio. Nos pareció que sonaba tan potente que decidimos reservarla para dar nombre al álbum. En esta ocasión no quería tener ningún tema con el título del disco, ya que eso sucedió en el anterior trabajo ‘Take A Look’ y la gente tiende a prestar más atención a esa canción que a las otras”.

Creo que esta vez tenemos una especie de viaje sónico por el suroeste norteamericano, ¿no?

“Todo surgió de casualidad, ya que no teníamos previsto realizar un álbum cohesionado ni nada de eso, pero nos dio por escribir letras más oscuras y sinceras. Pasamos por una pandemia y pensamos que el mundo ya no podía ir a peor de ninguna manera. Esto sin embargo no implica una negatividad desmedida, sino más bien subrayar lo que sucede en el mundo y tratar de poner remedio.

En “Steppin’ Stone”, por ejemplo, queda claro que no vamos a ir hasta las estrellas ni más allá, sino más bien abogamos por cavar una zanja y meter ahí al viejo mundo que hemos fastidiado para poder crear otro nuevo en cualquier otro lugar. Al final del disco, con “Grey Day”, todo ha sido reducido a escombros, pero han quedado diferentes semillas plantadas por ahí que pueden resultar muy inspiradoras. Son semillas que simbolizan la esperanza”.

Justo te iba a preguntar por “Steppin’ Stone”, que critica la actitud de cerrar los ojos ante los problemas que amenazan al planeta…

“Sí, eso es. La música siempre ha sido una manera de distraerse de nuestros problemas cotidianos, por lo menos para mí. No me llama nada ese tipo de canciones que intentan ponerte de buen humor cuando lo estás pasando mal, pero llega un momento en el que tienes que aceptar la realidad y darte cuenta de que no puedes estar eternamente huyendo de los problemas”.

¿Qué hay acerca de “In Too Deep”(ndr: demasiado adentro)? Quizás sea el tema más melódico a nivel musical…

“Esa es la típica canción en la que mi esposa me dice que deje claro a todo el mundo que no estaba escribiendo sobre ella (risas). La verdad es que cuando la compuse no estaba pensando en nadie en particular, sino más bien en las relaciones humanas en general y en lo complicadas que resultan. Trata de esas situaciones en las que te sientes bloqueado, cuando estás atrapado en una situación y no sabes cómo salir de allí.

En lo musical, creo que la has descrito bastante bien, tiene un toque pop en el estribillo, y es bastante melódica, sí…”.

En “The Rapture”, por el contrario, exploráis el estilo stoner. ¿Eres aficionado?

“Pues en realidad esa no era la intención. Creo que el estribillo tiene un aire al “Sonic Reducer” de The Dead Boys, es un guiño a los fans del punk rock de los setenta, pero al mismo tiempo me gusta emplear diferentes escalas y tonalidades, al igual que al resto de los miembros de la banda. Nos gusta romper las reglas de lo que se supone que debería ser el punk rock, por eso nos preguntamos en esta ocasión cómo sonaría si la tocáramos como si fuera un canción de metal.

No es que sea excesivamente técnica, pero sí tiene cierto halo de metal oscuro. Quería en realidad que sonara parecida a “Paint It Black” de The Rolling Stones, con la batería entrando a todo trapo. Nos hacía falta un ambiente oscuro que reflejara la corrupción eclesiástica de la que habla la letra”.

“No More Neon Lights” no deja lugar a dudas acerca de vuestras influencias, con las bandas escandinavas en una posición destacada…

“Sí, nos encantan grupos como The Hellacopters o Turbonegro, aunque tampoco sean demasiado conocidos de EE UU, salvo en el ambiente más rockero. A cualquiera que le hables de Turbonegro probablemente no entienda ni el nombre, lo cual ya es de por sí toda una ofensa (risas). Y The Hellacopters solo son populares entre gente muy metida en la escena. Por desgracia, en EE UU el rock ya no es una fuerza dominante como lo era el pop antaño. Los tipos que todavía tocan rock quizás sean los últimos de su estirpe, fans acérrimos”.

“Grey Day” sorprende por su acercamiento al indie rock y a grupos tipo Arctic Monkeys, ¿te va ese rollo?

“Sí, me gustan Arctic Monkeys, pero prefiero bandas como The Hives, The Strokes y otras de esa época de comienzos del 2000, algunos dicen que son indie rock, por lo que si en la canción que mencionas hay algo de eso, tampoco hay ningún problema”.

Habéis pasado el último año en la carretera por diversos puntos de EE UU. ¿Cómo fue la cosa?

“Estuvimos girando con un grupo escandinavo llamado  The Dahmers, no sé si has oído hablar alguna vez de ellos… Nosotros éramos bastante fans suyos, así que en la última gira unimos fuerzas. Hicimos un tramo considerable con ellos y luego me convertí en su tour mánager para el resto de las fechas”.

También coincidisteis con todas unas leyendas como Dead Boys…

“Sí, varias veces, e incluso los intenté traer a un festival que suelo montar aquí en Denver cada año, pero al final no fue posible. Creo que el cantante que tienen ahora, Jake Hout, hace un gran trabajo a la hora de trasladar toda la energía y actitud de Stiv Bators. El guitarrista Cheetah Chrome todavía puede tocar de manera increíble para la edad que tiene”.

¿Cuáles son vuestros planes de gira?

“Pues estuvimos en la costa este haciendo promoción del álbum, por lo que sería ideal que nos saliera alguna cosa en la costa oeste, pero no lo veo posible… Lo que sí tenemos confirmado es una gira por Japón para el próximo mes de abril, que eso sí que será un salto grande. Teníamos pensado ir a Europa justo antes de sacar este disco, todo el dinero que habíamos reunido era con ese propósito, pero la gira no terminó de cuadrar bien, había promotores que no hacían nada o no les preocupaba demasiado la banda. Seguimos con la intención de acercarnos a Europa y fue entonces cuando nos surgió lo de Japón, pero a no ser que ganemos bastante dinero, no somos capaces de compatibilizar dos esfuerzos económicos de esa magnitud, por lo que seguramente no tendremos oportunidad de ir allí hasta 2025”.

¿Has pasado alguna vez por la península?

“Sí, estuve tocando la guitarra con The Whips, un grupo de Kansas City, y pasamos como unos once días en España, fue increíble”.

En 2022 vuestra canción “Take A Look” fue incluida en el programa de Little Steven Underground Garage, imagino que sería todo un subidón, ¿no?

“¡Fue un gran honor para nosotros! Little Steven probablemente sea uno de los últimos vikingos del rock n’ roll que queda en la radio, por lo que fue un placer inmenso”.

Este año habéis cumplido una década sobre los escenarios. ¿Cuál sería el balance?

“Ha habido grandes momentos, pero también épocas realmente duras para nosotros. En los comienzos éramos como bestias, bebiendo mucho alcohol y todo eso, pero llegados a cierto punto eso empezó a provocar muchos conflictos. Lo que está bien de esta banda que nos distingue de otras similares es la capacidad que tenemos para hablar las cosas entre nosotros y ese sentimiento de hermandad nos incita a encontrar una solución para los problemas. Somos de verdad una familia”.

¿Existe algo parecido a una escena en Denver o en Colorado?

“Por esta zona hay grupos de punk muy buenos, eso seguro, pero tengo la sensación de que quizás seamos el único grupo tocando este estilo. Hay un par de bandas similares, pero tienden más hacia el glam o el punk del 77. Podríamos ser realmente los únicos que estén tan influenciados por el sonido escandinavo que mencionábamos anteriormente”.

¿Y de dónde sale el nombre de Fast Eddy?

“Si lo cuento, me castigarán (risas). Cuando formamos la banda había un tipo que se llamaba así al que se solíamos pillar sustancias ilegales, era muy delgado y se suponía que tenía un servicio de taxis, que en realidad no era tal. Probamos varios nombres para el grupo y algunos eran tan disparatados que prefiero no acordarme. Lo gracioso de todo esto es que mucha gente piensa que mi nombre es Eddy, aunque en verdad sea una cosa similar a Thin Lizzy, por ejemplo. Estamos además bastante influenciados por ellos, así que no nos importa que sea algo parecido”.

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