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Entrevista a Deseo Mara: “No busco encajar en nada, sino expresar lo que llevo dentro con total libertad”

Tras más de tres décadas alejado del panorama musical, Frank Mara “Escuálido” regresó con un proyecto que lleva marcada su impronta en cada detalle. Hablamos, por supuesto, de Deseo Mara, cuyo primer álbum ‘Lágrimas’ llegó hace pocas semanas. Pero la cosa no se podía quedar así, por lo que nuestro colaborador Kike Marcos lanza unas preguntas a la principal cabeza pensante de esta nueva aventura.

Han pasado muchos años desde tu etapa en Escuálidos. ¿Qué te llevó a dar este paso y volver con un proyecto tan personal como Deseo Mara?

“Escuálidos fue una escuela de vida, juventud y mucha energía. Después me centré en mi trabajo y me desconecté bastante de la escena, pero la música nunca dejó de estar en mí. Deseo Mara, como ya dije alguna vez, nace de la rabia, el coraje, la necesidad y la desesperación por encontrar la manera, probablemente la única, de combatir toda injusticia, aunque solo sea cantando. Es un proyecto más personal, porque ahora no busco encajar en nada, sino expresar lo que llevo dentro con total libertad”.

El título del álbum, ‘Lágrimas’, suena muy intenso. ¿Qué significado tiene para ti y cómo conecta con el concepto general del disco?

““Lágrimas” representa la emoción desnuda, sin filtros. Algo que jamás pude, o no supe, compartir con nadie. Siempre me sentí diferente y nunca encontré a la persona que escuchara de verdad lo que siento. Son lágrimas de rabia, de dolor, de impotencia, pero también de esperanza y de liberación. El disco recorre muchas sensaciones oscuras, pero siempre con esa idea de catarsis, que lo que duele, también te construye. Para mí, las lágrimas son un símbolo de que estamos vivos, de que sentimos, y todo el álbum gira en torno a eso, a transformar la vulnerabilidad en fuerza”.

El disco abre con “El despertar” y cierra con “Caída libre”. ¿Buscaste que hubiera un recorrido narrativo, como si el álbum contara una historia de principio a fin?

“Sí, totalmente. No es un disco de canciones sueltas, tiene un viaje. Empieza con “El despertar”, que es como un golpe de realidad, una llamada a reaccionar. Y termina con “Caída libre”, que es aceptar que a veces hay que soltarse, caer y reconstruirse desde abajo. Entre esos dos extremos se desarrolla todo un recorrido de lucha, introspección, tentación y búsqueda. Es casi como un libro con principio y final, quería que quien lo escuche pueda sentir que ha atravesado un proceso completo”.

El single “Deseo” aborda la falta de comunicación y la necesidad de mostrarse sin máscaras. ¿Qué situaciones te motivaron a escribirlo?

“Bueno, he de decir que esta letra la escribió mi compañera de vida, Yola, la mujer a la que amo y que me mantiene a salvo en este planeta. Habla de un problema que todos vivimos, la dificultad de mostrarnos tal cual somos, sin disfraces ni poses. Nosotros hemos superado todo esto, la confianza es ciega y no dudamos ni tememos decir lo que pensamos en todo momento, aunque a veces sea doloroso. Es una canción que no se esconde, que pone el foco en lo esencial, un canto a vivir el presente intensamente. La canción refleja ese momento de vulnerabilidad y de encuentro auténtico con otra persona, dejar atrás lo negativo, abrirse al otro y compartir emociones sin temor”.

Canciones como “Amanecer vacío” o “Shangri-la” tienen un aire más introspectivo, mientras que “Al límite” o “Caída libre” muestran toda la fuerza del rock más directo. ¿Cómo encontraste ese equilibrio entre crudeza y reflexión?

“Para mí, era clave que el disco tuviera las dos caras. La vida no es solo fuerza ni solo introspección, es una combinación constante de ambas. “Amanecer vacío o “Shangri-la” nacen precisamente de eso, de momentos de reflexión, de mirar hacia dentro, mientras que “Al límite” o “Caída libre” son puro instinto, esa necesidad de soltar toda la rabia. El equilibrio se dio de forma natural porque yo mismo soy esas dos cosas, alguien que piensa demasiado, pero que también necesita gritar y desbordarse”.

¿Hay algún tema de los diez que consideres especialmente personal o difícil de terminar, ya sea por lo que transmite o por el proceso creativo que tuvo detrás?

“Sí, “Prisioneros” fue probablemente la más dura para mí. Al escribirla me vi obligado a mirar de frente a recuerdos y emociones que pesan mucho, la sensación de estar atrapado en un pasado que no se puede cambiar, de cargar con culpas, secretos y despedidas que nunca se dijeron como deberían. Cantarla no es fácil, me emociona siempre, porque cada verso me conecta con ese dolor. Al mismo tiempo, tiene algo liberador, poner esas heridas en palabras y música me permitió transformarlas y compartirlas. Creo que es una de las canciones más sinceras del disco, porque muestra la fragilidad y la condena que todos sentimos en algún momento”.

El sonido del álbum es muy cuidado, pero mantiene una energía cruda y orgánica. ¿Cómo fue la grabación y qué buscabas a nivel de producción?

“Quería un sonido honesto, sin artificios innecesarios. Cuidamos mucho los detalles, pero siempre evitando pulir en exceso, la imperfección también tiene alma, y si la pules demasiado, acabas destruyéndola. Buscaba un equilibrio entre claridad y crudeza, que sonara potente, pero real. Por supuesto, siempre de la mano de mi gran amigo Alfonso Espadero (mezclas), quien sabe mejor que yo lo que busco y auténtico responsable también de todo esto”.

Vienes de una raíz punk muy marcada con Escuálidos. Aunque ‘Lágrimas’ se mueve en un terreno más elaborado, ¿qué queda de ese espíritu inconformista en estas nuevas canciones?

“Mucho. El punk me marcó para siempre, no solo como estilo, sino como actitud. Esa rebeldía, ese no aceptar lo impuesto, sigue en mí. ‘Lágrimas’ es más elaborado musicalmente, pero la esencia inconformista está intacta. Hablo de lo que duele, de lo que nos engaña, de lo que nos encierra. La diferencia es que ahora tengo más herramientas y más experiencia para expresarlo, pero creo que es más punk que nunca”.

Además de músico, eres un luthier reconocido con tu marca Black Wolf. ¿De qué manera influye tu trabajo con instrumentos en el sonido y en la manera en que entiendes tus propias composiciones?

“Ser luthier me ha dado una conexión muy especial con el instrumento. No solo lo toco, lo construyo, lo entiendo desde dentro. Eso me hace muy consciente de cada matiz, de cómo una guitarra respira, cómo responde al ataque, cómo vibra. Todo ese conocimiento técnico lo aplico a mi música, buscando siempre el tono exacto que exprese la emoción de la canción. Para mí, el oficio de luthier y la creación musical son dos caras de la misma pasión”.

Has editado el disco en vinilo rojo de doble carpeta y también en CD, con un diseño muy cuidado. ¿Qué importancia le das al formato físico en una época tan digital?

“Principalmente lo he querido hacer para mí. Sé que es un lujo y un capricho, pero es mi capricho. El formato físico es un objeto que puedes tocar, mirar, coleccionar; es parte de la experiencia. En esta época digital, donde todo se consume tan rápido, tener un vinilo o un CD es como devolverle dignidad a la música. Para mí no es solo el sonido, es la portada, el libreto, el gesto de poner el disco en el tocadiscos. Quería que ‘Lágrimas’ se viviera así, como una experiencia completa, no solo como un archivo en el móvil”.

Después de este debut, ¿qué planes tienes para Deseo Mara? ¿Habrá gira, presentaciones en directo o incluso nuevas canciones a corto plazo?

"La intención siempre ha sido llevar a Deseo Mara al directo. Debutamos en mayo en una sala de Badajoz; gran concierto, por cierto, y ahora, a finales de septiembre, estaremos en nuestro primer festival. Me gusta estar ahí arriba; necesito que me escuchen y, sobre todo, que me entiendan. Estoy buscando a alguien que le mole el proyecto y quiera movernos sin fijarse únicamente en nuestros seguidores en redes. Queremos conciertos con sentido, no tocar por tocar. Preferimos calidad a cantidad y apuntar a festivales o salas que respeten la propuesta. Al mismo tiempo, sigo trabajando y ya hay temas nuevos, aunque mi trabajo no me deja demasiado tiempo, la composición nunca se detiene. ‘Lágrimas’ es solo el inicio del camino".

Redacción

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