Lo primero, ¿cómo se forma el grupo? ¿Tuvisteis claro lo de ser un trío desde el principio?

(M) “Chemosphere se formó en 2014 como un proyecto paralelo a otras bandas en las que estábamos en ese momento. Queríamos explorar nuevas ideas que nos hicieran sentir más realizados como músicos. En ese sentido, nuestro punto de partida fue el metal progresivo instrumental. Empezamos como trío, pero a lo largo de varios años, tratamos de incorporar teclados, un vocalista, incluso otro bajista para que Javi se dedicara solo a las voces. Sin embargo, acabamos donde empezamos, ya que consideramos que no sumaba a la idea inicial de la banda”.

‘Atropos’, más que un primer disco, parece el resultado de muchos años de experiencia. ¿Fue complicado alcanzar ese punto?

(R) “Tener una banda de metal siempre es complicado. Aunque hemos tenido regularidad, el grupo siempre ha sido algo que hemos hecho de forma paralela a nuestras vidas, nuestras familias y nuestro trabajo. Sin dedicarnos a tiempo completo a Chemosphere, el proceso ha sido lento, pero creemos que esa regularidad ha ayudado a madurar el producto final. Más que dificultad, se podría decir que este primer disco ha necesitado paciencia”.

(M) “Evidentemente, nos gustaría poder dedicarnos al grupo a tiempo completo. Al final, esa es la aspiración que toda banda tiene”.

¿Por qué elegisteis el título ‘Atropos’?

(J) “Las letras del disco no siguen una unidad temática, pero cuando nos pusimos a pensar el nombre del disco, nos dimos cuenta de que había un hilo conductor que estaba presente en todas las canciones. Todas ellas hablan de cosas que se acaban, de finales, de la muerte… Por eso le dimos el nombre de una de las moiras de la mitología griega, Atropos, que es la que corta el hilo de la vida de los hombres. Nos pareció una buena síntesis de lo que se encuentra en las letras de los temas que componen el disco”.

La impecable producción es uno de los aspectos más destacados del disco. ¿Os llevó tiempo conseguir ese resultado?

(M) “En este sentido, como en la parte puramente musical, también tratamos de trabajar con otras personas, pero al final siempre hemos tenido que confiar en la experiencia y el conocimiento que hemos ido adquiriendo con el paso del tiempo”.

(J) “Como músicos, intentamos expresar lo que llevamos dentro a través de lo que hacemos, y por eso es difícil encontrar a alguien de fuera que encaje con el concepto del grupo. Eso ha hecho que hayamos aprendido a mezclar, a editar los diseños… En general, todo lo que necesita un grupo más allá de su música. Y en ese sentido, estamos contentos con el resultado obtenido”.

(M) “Por supuesto, en un futuro sería un placer colaborar con alguien que siga expandiendo lo que queremos plasmar en nuestra música”.

Parece que sois personas con una importante cultura musical, pues diría que entre vuestras referencias podría caber desde metal progresivo hasta death metal. ¿Es así? ¿Qué nombres destacaríais?

(R) “La verdad es que somos cada uno de un padre y una madre. Lo que sí tenemos todos en común son los grupos de rock y metal progresivos que hemos escuchado a lo largo de los años”.

(M) “Por mi parte, en el mundo del rock, mis influencias son bastante amplias, desde clásicos como Led Zeppelin o Black Sabbath hasta las bandas actuales más punteras como Leprous, Soen o Riverside”.

(R) “Pues por mi parte señalaría el rock duro, el thrash metal y heavy metal de toda la vida, de los setenta y los ochenta. Mis bandas de referencia serían Slayer y Metallica”.

(J) “Yo aporto la parte más relacionada con el metal extremo. Siempre me han gustado los grupos que proponen algo particular, y en ese sentido, diría que los británicos Akercocke son una de mis bandas favoritas”.

Diría que uno de los cortes más ambiciosos es “The Laws of War”. ¿Cómo surgió? ¿Y qué hay de ese solo de clarinete?

(M) “The Laws of War” es uno de los temas más antiguos del grupo. Empezó siendo instrumental, pero cuando incorporamos las voces a la banda, decidimos añadírselas en lugar de dejarlo a un lado. Nos parecía que todos los estados de ánimo que recorre la canción, desde la pena hasta la rabia, reflejaban lo que uno siente cuando se pone a pensar en cómo está el mundo actualmente, el poco valor que se le da a la vida del ser humano, siempre poniendo la religión, la economía o cualquier otra cosa por delante”.

(J) “El solo de clarinete lo incluimos porque es el instrumento que toco desde pequeño, y nos pareció que a ese pasaje le quedaba muy bien para reflejar la melancolía que intentamos expresar”.

La portada me parece también impresionante, tiene un aire al ‘One Second’ de Paradise Lost. ¿Quién la hizo y cómo surgió la idea?

(M) “La portada se la encargamos a un artista independiente australiano. Sinceramente, la elegimos porque nos pareció impactante y llamativa, aunque evidentemente también tiene un significado más simbólico, al mostrar un rostro humano que se rompe, lo que encaja bastante bien con el contenido de lo que expresa el disco”.

¿Habrá fechas en directo para presentar el disco?

(J) “Por supuesto. Nuestra intención es empezar a movernos y llegar a todos los sitios posibles para que la gente pueda conocer lo que hacemos”.

(R) “Después de tantos años, tenemos muchas ganas de mostrar el trabajo en directo”.

Creo que una propuesta como la vuestra podría tener aceptación en otros países europeos. ¿Habéis explorado esa vía? ¿Es algo que se contemple en un futuro?

(M) “Esa idea siempre ha estado detrás del proyecto. La decisión de cantar en inglés la tomamos para poder acceder a ese mercado, para llevar nuestra música más allá de nuestras fronteras. Nos gustaría ser un grupo de metal progresivo europeo que provenga del sur, al contrario que muchas bandas del género, que suelen provenir del norte de Europa”.

(J) “Eso no quita que nos encantaría ser escuchados también en nuestra tierra”.

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Alfredo Villaescusa

Eclecticismo en vena. No hay nadie que no dispare el viernes por la noche, ni hay quien esquive los disparos.

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