Han pasado más de cuarenta y cinco años desde que Buzzcocks irrumpiera en la escena punk británica, pero Steve Diggle no da señales de parar. Vive en Londres, sigue escribiendo canciones —14 solo en el último diciembre— y prepara un nuevo álbum que, si todo va según lo previsto, empezará a grabarse esta misma semana. El título ya está decidido: ‘Attitude Adjustment’.

“La pandemia fue un gran parón, pero también un momento de introspección. ‘Sonics in the Soul’, nuestro último disco, nació de ahí, de ese deseo de encontrarte a ti mismo. De conectar con el alma”, comenta Diggle. “La lluvia de Manchester de la que hablo en la canción no es solo literal. Es una metáfora del momento en el que tu espalda está contra la pared, cuando tienes que decidir quién eres”.

Esa reflexión, sin embargo, no lo ha detenido. Al contrario: su actividad se ha intensificado. Tras años de giras constantes y discos aclamados, Diggle asegura sentirse como al principio: “¿Demasiado mayor para esto? Para nada. Me siento como si estuviera empezando. Cada show es distinto. Esa es la magia de seguir en esto”.

Un nuevo disco en camino

Aunque ‘Sonics in the Soul' salió hace ya tres años, Buzzcocks no han dejado de trabajar. El nuevo álbum está en marcha y Diggle ha escrito más de una decena de temas en solo unas semanas: “En Navidad escribí catorce canciones, y en enero seguí componiendo. Estamos ensayando con la banda y este domingo empezamos a grabar. El disco se llamará ‘Attitude Adjustment’”.

La formación actual de Buzzcocks —Steve Diggle, Chris Remington, Danny Farrant y Manny Parazzoli— lleva años funcionando como un bloque sólido. Y aunque el legado de Pete Shelley sigue muy presente, Diggle prefiere mirar hacia adelante: “No se trata solo de tocar los grandes éxitos. Lo bonito es seguir creando. Que la gente venga a verte y escuche algo nuevo que les sorprenda”.

El legado punk y los vínculos con el grunge

La historia de Buzzcocks está llena de momentos míticos, muchos de ellos compartidos con otras leyendas de la música. Desde Joy Division, “tocaron con nosotros cuando aún nadie los conocía”, nos comenta; hasta Nirvana y Pearl Jam. “Kurt era un gran fan. Estuvimos juntos de gira y hablamos mucho. Tocó “Harmony in My Head” en su autobús. Decía que para lograr ese sonido vocal hacían falta veinte cigarrillos”, recuerda entre risas.

La conexión con el grunge es evidente. “Siempre digo que el grunge es punk a media velocidad”, señala. “Compartimos actitud. Por eso nos entendimos tan bien”.

Dos libros para entenderlo todo

Además de músico, Diggle es también autor de dos libros: “Harmony in My Head” y “Autonomy”, este último publicado recientemente. “El primero tiene ese punto de sexo, drogas y rock and roll”, nos describe. “”Autonomy” es más una biografía real. Habla de las calles donde crecí, de cómo empezó todo, de la muerte de Pete... Es una historia de vida”.

Ambos títulos han tenido buena acogida y han permitido a los fans conocer el lado más íntimo del artista, que nos sumerge en su segundo libro, que “empieza con la llamada en la que me dicen que Pete ha muerto. A partir de ahí se reconstruye toda mi historia. Es emotivo, pero también esperanzador”.

Del Azkena Rock a América Latina

Buzzcocks están inmersos en una gira internacional que los llevará a festivales como el Azkena Rock en el País Vasco, una cita que Diggle espera con ganas. “Nunca hemos tocado en ese festival, aunque sí hemos estado en el País Vasco”, recuerda. “Y siempre ha sido increíble. El público español es eléctrico. Pura emoción”.

Tras su paso por España, vendrán fechas en Texas, Canadá y Sudamérica. “Estamos intentando volver más a Europa, especialmente a España e Italia. Hay muchas ganas”, nos informa.

El pasado como impulso, no como ancla

Aunque reconoce que ‘Serious Contender’, su disco en solitario, cumplirá 20 años pronto, Diggle no es especialmente fan de las giras conmemorativas. “No me gusta hacer un tour solo para celebrar un álbum”, confirma rotundamente. “Prefiero mezclar lo mejor de todos. Elegimos las canciones que funcionan en directo, sin importar de qué disco sean”.

También evita recrear el pasado por nostalgia. Cuando se le pregunta por Howard Devoto, con quien empezó Buzzcocks, responde con claridad que “Howard se fue. Hizo diez conciertos y se marchó. Nunca quiso volver. Así que no, nunca le propuse regresar”.

Mirando hacia adelante

Sobre el futuro, Diggle es optimista. “El nuevo disco está en marcha”, comienza a contar. “Hay fechas cerradas y el público está entusiasmado. Eso es lo que importa: seguir conectando. Seguir sorprendiendo”.

Y aunque la industria ha cambiado, como ilustra al comentar que “ya no elegimos a las bandas teloneras, ahora lo hace el agente”, la esencia sigue siendo la misma. “Cada noche es única. Puede ser un club pequeño o un festival gigante. Siempre hay magia”.

Cuando se le pregunta por la banda más infravalorada de la historia, no duda en señalar a “The Clash. Sé que son famosos, pero para mí siguen estando por debajo de lo que realmente fueron”.

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