Entrevistas |Antonio Postius
«La instrumentación importa, pero el mensaje y la emoción es mi prioridad absoluta»
Por: Pau Peñalver
Las inquietudes musicales de Antonio Postius no encuentran barrera alguna, y si con Barg lo tenemos tras la batería aportando su granito de arena a esa poderosa descarga de hard rock, con su proyecto personal nos topamos con una colección de canciones más íntimas y cargadas de emociones. Esto ha quedado reflejado en un nuevo EP como ‘Dejando entrar el dolor’, que se pone sobre la mesa como centro de conversación entre el propio Antonio y Pau Peñalver.
Felicidades por ‘Dejando Entrar El Dolor’. Este es tu disco más íntimo y en español. Cuéntame por qué en Spotify salen cinco pistas. ¿Piensas sacarlas en vinilo?
“(Risas) Eso fue un malentendido a la hora de sacarlo. No tengo muy claro el porqué; pero cuando salió el EP, apareció cada canción durante unos meses como “Disco 1, 2…”. Ahora ya aparece todo correctamente como tracking del mismo disco”.
“La orilla” es muy triste, pero resulta la banda sonora perfecta de la portada. ¿No crees?
“Estoy de acuerdo en que es la canción con más carga melancólica. La portada, soy yo de pequeño en el 2001 o así; y también es la canción que más conecta con mi vulnerabilidad. El resto de temas, son temáticas más de mi vida adulta”.
“El abogado del diablo” tiene como protagonista el discurso de Al Pacino en “Pactar con el diablo” (el título original y la traducción en Latinoamérica es “El abogado del diablo”). ¿Por qué?
“Lo puse como preludio a “Venganza”. En él, John Milton (Al Pacino), revelando ser el diablo, expone de manera dramática a Kevin Lomax (Keanu Reeves) el porqué él es el verdadero amigo del hombre. Que Dios no es más que un sádico que solo trae al hombre a frenar sus placeres y voluntades para una recompensa cósmica que nunca llega. Con eso, yo doy la entrada a la temática de “Venganza”, que es en esencia: “¿Para qué me he esforzado en ser bueno?””
“Venganza” me parece desgarradora. ¿Hablas de una ruptura o tienes la crisis de los veinte?
“La crisis de los veinte, ya fue… este año hago 30. Hablo de ese malestar que te dejan las discusiones con gente cercana. Agotamiento físico y mental o el insomnio que a muchos nos viene después. Y que pesa aún más cuando se da el caso que eres el culpable. Y bueno, también refleja el pensamiento de “¿he hecho todo lo que quería hacer, y cómo lo quería hacer?” Y desde luego, a siete meses de cumplir 30, es una pregunta que me hago frecuentemente”.
“Si quieres venir” es un audio de Whatsapp. Cuéntame el motivo.
“Esa nota, la uso como preludio a “Hoy ten miedo de mí”. Es una nota real que le envío a alguien real… Y abre el estado de ánimo de esa situación en la que te encuentras cuando alguien, por protegerse así mismo, se aleja de ti. Y de manera no impositiva, tiras una última bengala para que esa persona no te eche de su vida. Obviamente, no digo ni diré nunca nombres ni nada por supuesto, pero me crié también con discos y artistas que ponen a medias o abiertamente, su “personal business” en los discos”.
¿Cómo fue el concierto de la sala Slow-Boite en Barcelona?
“Muy bien, quiero pensar. El público estuvo muy atento y acogedor. Y muchos se unieron conmigo al “...yo siempre esperé” de “La orilla”, algo que casi me saca las lágrimas”.
¿Irás al concierto de reunión de Madee?
“Mmmm… no. No seré yo quien esté arriba en la batería cuando salgan al escenario. Grabé con ellos tres discos “pre” y “post” pandemia y taché de mi lista haber formado parte, brevemente, de una banda de culto para muchos en nuestro país. Y en la que los cuatro discos que los llevó a donde llegaron las baterías fueron grabadas por mi primer profesor y productor desde hace más de una década, Lluís Cots (productor y técnico de muchísimos artistas de aquí).
Todas las bandas en las que estuve, siempre estaré más que agradecido. Me dieron trampolín a ser visto, reconocido y sembrar un nombre como batería, pero el público solo ve la parte divertida de las bandas, el vivo. Dentro pasa de todo, y unos cometen unos errores y otros, otros… Estoy o intento estar en paz con todo el mundo”.
Las canciones las grabaste en el estudio Nautilus. Explícame toda la historia.
“Es parecido al proceso de ‘Misrepresent’. Me van viniendo ideas sin parar, me pongo con la guitarra, un papel y bolígrafo, y cuando considero que va a algún lugar, porque en este proyecto, la instrumentación importa, pero el mensaje y la emoción es mi prioridad absoluta, llamo a Víctor Valiente y Lluís Cots, mis productores por defecto y de mayor confianza con quien trabajo. Son dos genios de nuestro país. Siempre digo que las canciones son también suyas”.
“Hoy ten miedo de mí” me parece otro temazo. ¿Cómo y dónde surge?
“En verano del 2022. Estaba de vacaciones en México visitando a mis familiares, y un músico en la calle la recitó. Me quedé alucinado con las progresiones y la letra. Es una canción que desde entonces quería versionar, y cuando di con el concepto de ‘Dejando entrar el dolor’, supe que era el lugar perfecto donde ponerla”.
¿Habrá más temas así? ¿Tendremos LP de continuación?
“No sabría decir si lo próximo va a seguir exactamente la misma línea estilística. Pero lo que sé seguro es que va a seguir siendo como mi “diario personal”. Y sí, habrá LP. Sin duda”.
Ahora que Antonio Postius existe como solista, ¿qué pasará con Barg?
“Barg continúa, desde luego. El 23 de este mes (mayo), presentaremos ‘Tatuado llevo el error’ en Barcelona. Y vendrá nueva música. Tengo pendiente con ellos mucho hard rock que componer y tocar. Jamás voy a dejar de ser batería”.
¿Qué bandas nacionales e internacionales te ponen cachondo?
“Es un sinfín, pero en mayoría, todo lo que esté cargado de emoción y relacionabilidad. En cuanto a lo nacional, me siento en general más en sintonía con el hip hop, tanto la vieja como la nueva escuela, en cuanto al hablar abierta y provocativamente de temas personales en lo afectivo. En cuanto al rock, Standstill son un ejemplo de alguien que, disco tras disco, ha cuidado y pulido siempre la letra y la emoción. E internacionales voy a intentar decir otros que no haya nombrado ya cientos de veces: Ghinzu, American Football, ‘Ocean of Noise’ de Arcade Fire fue un punto de inflexión de influencia compositiva para mí. Cualquier disco de Shiner o Dry the River”.
¿En qué artista te has inspirado para hacer un disco tan íntimo?
“Justamente, para componer de la manera más limpia y personal posible, me impuse no escuchar la música que más me influye durante dos semanas, para no sentir que copiaba a nadie. Obviamente, todas mis influencias las llevo conmigo haga lo que haga, pero me esforcé en no tirar hacia lo conocido. Pero obviamente, acabo volviendo”.
¿Hay nuevos conciertos a la vista? ¿Quizás presentación en Madrid?
“Si encuentro o aparece alguien que quiera ayudar a hacer realidad un concierto, y suficiente gente que quiera oírnos en Madrid, ahí estaré, ¡sin duda alguna!”
¿Qué planes tienes para 2025, tanto en solitario como a la batería de Barg?
“Seguir. Básicamente, seguir. Hago cosas fuera de la música, pero no conozco ni querré jamás otro modo de vida. A los 10 años me regalaron mi primera batería seria, y juré hacer esto cuando me vaya bien y cuando nadie mire o escuche también. En cuanto a estos dos proyectos, llevarlo lo más lejos que esté en nuestras manos y lo que la vida quiera, que es la única que siempre tiene la última palabra”.
Escucha ‘Dejando entrar el dolor’ en Spotify:
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