Cuando Alice Cooper conoció a Elvis Presley: “Yo estaba en el suelo y tenía su bota en mi cuello”

20 mayo, 2025 8:24 pm Publicado por  1 Comentario

Las historias del rock and roll son tan grandes como lo son sus protagonistas, y tener en un mismo relato a Alice Cooper y al legendario Elvis Presley ya hace pensar que no espera una tarde de té con pastas. Pero a esto se le suman nada menos que Liza Minnelli, Chubby Checker y la emergente por entonces estrella del cine para adultos Linda Lovelace. “Yo estaba en el suelo y tenía su bota en mi cuello”, recuerda Cooper sobre aquel encuentro del que no dudaba en bromear sobre lo que pensó mientras subían los cuatro en el ascensor: “Recuerdo que pensé que tres de nosotros íbamos a volver a bajar esta noche y uno se iba a quedar ahí arriba. ¿Quién va a ser?”

El relato que primero ofreció el maestro del shock rock a Geoff Barton de Classic Rock, situando la escena en algún momento de 1974, más tarde llegaría a la televisión con la anécdota plasmada por el propio Cooper en el programa de la BBC “Never Mind The Buzzcocks”. El hotel Hilton de Las Vegas, con Elvis rodeado por todo su séquito, es el escenario al que nos lleva Alice Cooper, que no duda en describir a Elvis como “un personaje increíble” y “un tipo muy divertido”.

“Subimos, y nos registraron en busca de armas”, inicia Cooper. “Lo cual era un poco estúpido, porque había armas por todas partes una vez que entrabas”.

La presencia de Elvis parece que era suficientemente impresionante: “Cuando entró en la habitación, él era Elvis, no era el Elvis gordo, era Elvis. Él dijo: “Hey amigo, tú eres el tipo de la serpiente, ¿no es así?” Yo dije: “Sí”, y él dijo: “Eso es genial, amigo, desearía que se me hubiera ocurrido, es genial””.

La anécdota se centra ahora en ellos dos y un arma cargada: “Me dijo: “Toma, quiero enseñarte algo”. Fuimos a la cocina, abrió un cajón y sacó una pistola calibre 38 cargada, me la puso en la mano y me dijo: “Te voy a enseñar cómo quitarle esta pistola de la mano a alguien”.

El músico bromea sobre la situación: “El diablillo aquí en mi hombro decía: “¡Dispárale!” Pero el angelito que tengo aquí me decía: “No lo mates, sólo hiérelo”. Pero antes de que pudiera decidir qué hacer, estaba en el suelo, y él tenía su bota en mi cuello. Yo estaba como: “Eso es genial Elvis, eso es genial”.

El cierre de la historia vuelve a la reflexión inicial con un giro inesperado: “Por supuesto, sólo tres de nosotros bajamos en el ascensor esa noche. No sé qué hizo con Chubby Checker toda la noche”.

PARA LEER MÁS:

Redacción
Etiquetas: , , , , , ,

Categorizado en: ,

Esta entrada fue escrita por Redacción

1 comentario

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *