El Metalitalia Festival 2025 volvió a demostrar por qué es uno de los encuentros más especiales de la península italiana celebrando su edición más ambiciosa hasta la fecha con dos jornadas repletas de actuaciones memorables. Durante dos días, el Live Club de Trezzo sull’Adda se convirtió en un templo al que cientos de fans viajaron desde todos los rincones de Italia y el exterior para vivir una experiencia marcada por aniversarios históricos, regresos esperados y conciertos que quedarán grabados en la memoria.
La jornada arrancó con la descarga bélica de Kanonenfieber, quienes transformaron el recinto en un campo de batalla desde el primer minuto. Con uniformes, banderas y una puesta en escena cargada de historia, los alemanes ofrecieron un espectáculo tan intenso como cinematográfico. Temas como “Panzerhenker” o “Die Havarie” hicieron retumbar las paredes con un black/death tan marcial que parecía una marcha militar convertida en música extrema. Aunque era temprano, la sala estaba ya muy poblada y los pogos no tardaron en aparecer. Kanonenfieber dejó claro que este festival no se anda con medias tintas: aquí se viene a vivir el metal con el corazón en la mano.
Si Kanonenfieber fueron la oscuridad, Equilibrium trajeron la fiesta épica. Los alemanes desataron el caos más festivo con su mezcla de folk, pagan y death melódico, logrando que la audiencia coreara cada estribillo. “Blut im Auge” fue uno de los momentos más celebrados, con toda la sala cantando al unísono, mientras que “Born to Be Epic” se convirtió en un auténtico himno colectivo con saltos, choques de cerveza en alto y un moshpit tan desenfrenado como alegre. Equilibrium demostró una vez más que es capaz de mezclar brutalidad y celebración como pocos, y dejó el listón altísimo para lo que quedaba de festival.
El contraste llegó con Soen, quienes transformaron el ambiente con su propuesta profunda y emotiva. Joel Ekelöf hipnotizó al público con una interpretación cargada de sensibilidad, mientras que la base instrumental ofreció un viaje progresivo tan contundente como delicado. “Antagonist” y “Lotus” fueron auténticos himnos de introspección que arrancaron ovaciones prolongadas, y la intensidad de “Violence” retumbó como un golpe seco al corazón. La conexión que lograron con la audiencia fue total: la gente escuchaba con respeto, casi en trance, y estallaba en gritos cada vez que un tema alcanzaba su clímax. Un concierto que demostró por qué Soen son hoy uno de los grandes referentes del metal progresivo moderno.
La noche del sábado alcanzó su punto culminante con Dark Tranquillity, que ofrecieron un show a la altura de su leyenda. Mikael Stanne, siempre cercano y sonriente, se convirtió en maestro de ceremonias de un repaso histórico a la carrera de los pioneros del death melódico. “Terminus (Where Death Is Most Alive)”, “The New Build” y “The Emptiness From Which I Fed” fueron recibidos como auténticos himnos, coreados por un público entregado hasta la última fila. La energía de la banda, unida a la pasión de Stanne, transformó el Live Club en una auténtica celebración colectiva. Un cierre perfecto para la primera jornada, con esa mezcla de nostalgia y actualidad que solo los grandes pueden ofrecer.
El domingo, Skeletoon puso de pie a los más madrugadores con su power metal cargado de humor y energía positiva. Ataviados con su estética friki y sus guiños al universo geek, ofrecieron un concierto tan divertido como potente. “Nemesis” y “We Don't Need Roads” encendieron los primeros pogos de la jornada y dejaron claro que, aunque sea pronto, con Skeletoon la fiesta empieza en serio. Su simpatía y conexión con el público los convirtieron en uno de esos nombres que, aunque no sean cabezas de cartel, terminan siendo inolvidables.
De la diversión pasamos a la épica folk con Elvenking, que jugaron en casa y lo aprovecharon al máximo. El público italiano respondió con una entrega total, coreando canciones como “Neverending Nights” y “Elvenlegions” con tanta fuerza que en ocasiones casi tapaban al propio Damnagoras. El grupo mostró un estado de forma impecable, con un setlist que recorrió tanto sus clásicos como piezas de su etapa más reciente. La combinación de melodías celtas y riffs contundentes creó un ambiente mágico. Un concierto redondo que demostró por qué Elvenking es uno de los grandes embajadores del folk/power a nivel internacional.
Uno de los momentos más especiales del festival llegó con Vision Divine, que contó con el regreso exclusivo de Michele Luppi. Desde los primeros compases de “The Perfect Machine”, la banda dejó claro que esta era una ocasión irrepetible. Luppi brilló con una interpretación vocal impecable, desplegando un rango que arrancó ovaciones tras cada nota. El clímax llegó al final, cuando sostuvo una nota que fue subiendo y subiendo hasta explotar en un agudo tan épico que la sala entera estalló en aplausos. Con “La Vita Fugge” y “The 25th Hour” como joyas del repertorio, Vision Divine firmó uno de los conciertos más emotivos e impresionantes de todo el festival.
La nostalgia se transformó en celebración con Rhapsody of Fire, que conmemoraron el 25º aniversario de ‘Dawn of Victory’. No dejaron de faltar los himnos como “Holy Thunderforce”, “Triumph for My Magic Steel” y el tema homónimo, que transportaron al público a los días dorados del power metal sinfónico. Giacomo Voli se mostró pletórico, interpretando los clásicos con respeto y pasión, mientras la banda recreaba esas atmósferas épicas que han definido a toda una generación. Fue una actuación que se sintió más como una fiesta de cumpleaños compartida entre banda y fans que como un simple concierto. Uno de los puntos más altos de todo el festival, sin lugar a dudas.
El gran cierre del Metalitalia Fest 2025 estuvo en manos de Stratovarius, que ofreció un recital inolvidable. La banda finlandesa repasó su carrera con joyas como “Eagleheart”, “Black Diamond” y el infaltable “Paradise”, que hizo saltar a toda la sala como si fuera un solo coro. Timo Kotipelto estuvo magistral en la voz, y Jens Johansson, con su teclado impecable, demostró una vez más por qué es una leyenda viva. Fue un cierre luminoso, cargado de energía y emoción, que dejó a todos con la sensación de haber vivido algo único. El festival no pudo terminar de mejor manera: con miles de gargantas unidas bajo los himnos de Stratovarius.
Dos días, decenas de bandas y un mismo espíritu: celebrar el metal en todas sus formas. El Metalitalia Fest 2025 no solo ofreció conciertos memorables, sino que regaló momentos que recordaremos durante mucho tiempo. Desde la épica bélica de Kanonenfieber hasta la gloria final de Stratovarius, pasando por aniversarios históricos y regresos soñados, esta edición demostró que el festival sigue creciendo en ambición y corazón. ¡Nos vemos en la próxima edición!
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