Crónicas
Crónica del Download Festival Madrid 2018 (28 de junio)
«Habrá que ver cómo resisten el envite Ozzy, Halford y compañía, pero lo cierto es que bandas como A7X se han ganado encabezar festivales como el Download. Y yo que me alegro.»
28 junio 2018
Caja Mágica, Madrid
Texto: Sergio Julián (@sergio42). Fotos: Alfonso Dávila
Madrid se viste de negro por segundo año consecutivo para recibir a algunas de las bandas más deseadas de este verano. ¿Quién iba a decir que en Madrid íbamos a reunir en el mismo evento a Guns N’ Roses, Ozzy Osbourne, Judas Priest, Avenged Sevenfold, Volbeat, Marilyn Manson, A Perfect Circle o Bullet For My Valentine, entre muchas otras bandas? ¡Así da gusto!
Ambientazo, un buen número de stands para suplir todas las necesidades y llamaradas impresas por doquier nos conducen a la explanada general, repitiendo el esquema de la edición del año pasado. Desde la entrada me sorprenden especialmente dos detalles: en primer lugar, que las pulseras son las mismas del año pasado. Llamadme friki, pero a mí me encanta eso de guardar en mi casa las de todos los festivales en las que he visitado. Por otro lado, a lo largo de todo el festival podemos ver un cartel con normas cívicas que refuerzan la protección de la mujer frente al tan frecuente abuso, machirulismo y acoso por parte de los hombres. La idea es fantástica, pero cuando abandonas el recinto a las 2 de la madrugada y pico, y ves que el punto morado está cerrado, te preguntas la efectividad real de la iniciativa.
No está mal estrenar cualquier festival con Backyard Babies, una rendición punkarra que se manifestó en su intro con la interpretación del "Friggin’ in the Riggin" de los Pistols y en la outro con Sid Vicious y su “My Way” (por no hablar de ese corte llamado “The Clash”). Su actuación se hizo corta, pero dio tiempo para que cayera algún clásico como “Grand New Hate”. Sorprendió la recepción de la más moderna “Th1rt3en or Nothing”, y de regalo, como “España es el mejor sitio para estrenar una canción” según Nicke Borg, cayó “Shovin’ Rocks”. Menos mal que se quitó su chaleco al final de este tema, porque daba angustia verle con el sol de cara. Pero sobrevivieron.
Estrenamos el escenario principal con el solvente y, en ocasiones anodino, metal de Arch Enemy. La agrupación sueca reprodujo con acierto el setlist que llevan haciendo toda la gira, basado especialmente en su último ‘Will To Power’: sonaron de lujo “The World is Yours”, hímnicas “War Eternal” y “The Eagle Flies Alone” (tremenda en estas últimas las armonías de Michael Amott y Jeff Loomis); y el cierre con “We Will Rise” y “Nemesis”, esta última de su notable ‘Doomsday Machine’ de 2005, seguro que fue capaz de captar a una nueva legión de fans. Y venga, seamos positivos: si el papel de Alissa White-Gluz en esta banda es el de repetir todos los tópicos habidos y por haber de un frontman / frontwoman, se estaría ganando el sueldo cada noche. Entra con un salto a escena, alude continuamente al público, pide palmas, nos pregunta si es la primera vez que los vemos… Clava tanto el ABC de los cantantes que su personalidad se diluye, ¿Se está emocionando con los temas que canta? ¿Realmente le está sorprendiendo el público o está en piloto automático? En cualquier caso, su desempeño vocal es incuestionable, no tanto su estatismo en escena, replicado por sus compañeros.
La portada del ‘Gods of Violence’ de Kreator nos recibe dispuesta a enmarcar la que posiblemente sea la banda de thrash metal más en forma de todo el panorama europeo. ¡Lástima que no sea reconocida como se lo merece! Su estatus sigue siendo de banda de “La Riviera” a lo sumo, y acompañada de unos cuantos teloneros que inviten a los más duditativos a participar a la fiesta.
Su falta de alcance no se nota en la voluntad de ofrecer un show redondo, sino en las limitaciones escénicas de su propuesta: sí, tiran confeti, pero el confeti blanco no pega ni con cola al tiempo que suena “Enemy of Blood”. Qué menos que los papelitos sean de color rojo. Pero bueno, sí, es barato, al igual que los minitubos de aire comprimidos que usan en “Satan Is Real”, aunque lo que se merece el tema son unas llamaradas que quemaran el pelazo a Mille Petrozza. Se agradece la intención.
En cualquier caso, lo cierto es que no es necesario ningún aditivo a su thrash, representado en cañonazos como “Civilization Collapse”, “Phobia” o “Hordes of Chaos (A Necrologue for the Elite)”. Lástima que la respuesta del público fuera tibia: a pesar de que el frontman provocaba al respetable y lo animaba a hacer moshpits y walls of death, la gente se quedó a gusto con su mini en mano, que para algo valían 9€. Además, el calorazo que reinaba en el ambiente tampoco acompañaba al respetable a involucrarse. No obstante, las condiciones climáticas no afectaron al desempeño de la formación alemana. De hecho, fue casi divertido ver a Jürgen Reil empapado en sudor al segundo tema. ¡Es lo que hay!
Creo que la mayor parte del público del Download nos hicimos una pregunta a las puertas del concierto de Marilyn Manson. ¡¿A quién demonios se le ocurre ponerle de día?! El reverendo se merece que su homilía sea ejecutada en la mayor oscuridad, para que así destaque su interesante juego de luces y, al fin y al cabo, su música. Si habéis seguido su trayectoria, habréis visto que la provocación de sus dorados noventa, con su correspondiente parafernalia, ha pasado a transformarse en un escenario limitado en la que prima el simbolismo. En este caso, únicamente preside sobre las tablas un atril de discursos, a medio camino entre el speech de “Ciudadano Kane” y los actos del partido nazi; y varias lonas, destacando su particular versión de la bandera americana. En cuanto a su desempeño, se caracteriza por un erratismo extremo. De esta forma, “Irresponsible Hate Anthem” abre mostrándonos una versión de Manson fanegas, arrastrando sus palabras: como recién despertado de la siesta pero con gritos, tónica repetida con “Angel With the Scabbed Wings” o “Kill4Me”, donde subió a tres chicas y a un chico con bandera peruana al que le hizo quitarse la camiseta de Avenged Sevenfold. “SAY10” comienza a capella para dejar que él conduzca una línea de voz como le place, mientras que “Antichrist Superstar” es más de lo mismo, con el añadido de otras dos chicas que se subieron a bailar y a adorarle frente a su desdén. Entre largas esperas, acaba balbuceando desde el suelo la letra de “The Beautiful People”. Puede parecer, en parte, un despropósito, pero es imposible dejar de mirar: Manson es un accidente con ambulancia en una autopista, una discusión entre dos personas en un lugar público. Desagradable, hipnótico, abrumador. Eso sí… ¿solo una hora? ¡Venga ya!
Rise Against arrastra a mareas y lo cierto es que su punk rock suena de lujo, pero prefiero sumergirme en los bosques daneses con el black metal de Myrkur, quien sale a escena vestida completamente de blanco cual criatura etérea, acompañada de guitarra, bajo y batería ocultos bajo unas discretas sudaderas negras. Un ramo de flores le acompaña en este recorrido tenebroso, unido a su logo formado por runas y una bandera de Dinamarca con la “cruz” apuntando hacia abajo. Tampoco estamos tan lejos de la escena del inner circle.
Su voz nos abruma y nos transporta: desliza y alarga sus frases, influenciada ampliamente por l el folkclore escandinavo. El sonido es de diez y composiciones como “Onde Born” de su primer largo o “The Serpent” consiguen transportarnos a latitudes más gélidas. A mí me jodió particularmente la prueba de sonido de Hummano en el escenario contiguo, una provocación que Amalie Bruun respondió desde la elegancia de la ignorancia. La canción noruega medieval “Villemann og Magnhild” cerró su show, cantada por la también actriz con su sami, un tambor frecuentemente usado en la música popular de la zona. De 10.
El festival no estaba lleno, ni mucho menos, lo cual nos permitió disfrutar sin agobios de ningún tipo de la espectacular propuesta de Avenged Sevenfold. “Back In Black” de AC/DC abre su actuación y ellos irrumpen con “The Stage”, dejando claro que lo suyo es un metal moderno que no se olvida de los clásicos (¡cómo suenan esas armonías entre Zacky y Synyster!) y una voz de M. Shadows al límite que consiguió solventar con nota todo el show. En cuanto a la escenografía, a por todas: pantalla gigante, una realización visual particular, un hinchable de una calavera gigante y llamaradas por doquier. “Pensabamos que nos ibais a ignorar por haber pasado de vosotros durante el tour de ‘The Stage’”: algo así comentó Shadows, quien se mostró estupefacto por la respuesta del respetable antes de introducir la bestial “Afterlife”, seguida de unas coreadas “Hail to the King” y “Welcome to the Family”, con la que dieron la bienvenida a todos aquellos que disfrutaban de su directo por primera vez. Tras repasar el cartel y alabar a Ozzy (les flipó su show cuando le vieron hace unos días), “God Damn” se inicia con unas proyecciones espectaculares y la habilidad a la batería de Brooks Wackerman; la composición sobrevivirá a la gira, seguro.
Tamibén saben acojonarnos: las llamaras se desbordan en “Buried Alive”. No sé qué tipo de efecto usaban, pero daba la sensación de que el escenario se estaba quemando ante la estupefacción de los allí presentes, a quienes se nos vino de inmediato la tragedia del año pasado en el Mad Cool 2017. El homenaje a The Rev y al recientemente fallecido Vinnie Paul llega con “So Far Away” y la promesa de nunca olvidar su música. En este punto, los convencidos están entregados y los indecisos, abrumados por su propuesta. Da igual que el doble bombo del estribillo de “Nightmare” se cargue el sonido sobresaliente que estaba teniendo todo el concierto o que decidan escoger “M.I.A.”, “nunca antes tocada en España”, para representar el ‘City of Evil’ en vez de “Beast ant the Harlot”, la gran ausente del tour.
La cita de Dr. Johnson “He who makes a beast of himself gets rid of the pain of being a man?” (la misma que aparecía en el videoclip) introduce una fantástica “Bat Country” con la que se despiden hasta la llegada de los bises: “Shepherd of Fire” y “Unholy Confessions”. En medio de los dos, Matthew nos cuenta que le importa una mierda que le echen la bronca, pero que el concierto está siendo bestial y que quieren añadir “una canción que nunca han tocado en festivales”: “A Little Piece of Heaven”, una “historia de necrofilia y amor” que en realidad es una de las mejores composiciones del grupo. Si no la habéis escuchado, corred a Youtube, pero es como si su particular metal oscuro se fusionara con las películas de Tim “el tuercerramas” Burton. Habrá que ver cómo resisten el envite Ozzy, Halford y compañía, pero lo cierto es que bandas como A7X se han ganado encabezar festivales como el Download. Y yo que me alegro.
Todavía quedaban dos platos fuertes para la velada: A Perfect Circle y Carpenter Brut. Descartando el segundo, porque sino no tendríais esta crónica por la salud metal y física del que escribe, nos presentamos a ver la propuesta de Maynard James Keenan y Billy Howerdel. Aquello comienza raro (además de 10 minutos tarde por el regalo de Avenged): solo podemos escuchar la letra de “Counting Bodies Like Sheep to the Rhythm of the War Drums”. Oye, quién sabe, quizá sea la última extravagancia de la banda. Pero no: la PA no funcionaba y yo, que estaba bien colocadito al lado de la mesa de sonido, veo cómo el técnico se vuelve loco, con el miedo presente de ver mañana su puesto en infojobs. Fuera de bromas, probó durante 15 minutos todo lo que podía haber ido mal hasta que encontró la solución, al tiempo que todos los integrantes del grupo dieron una lección y permanecieron sobre las tablas animando al respetable para que no se sintieran tan solos ante la espera. Una vez arreglado todo, aquello fue bestial y pudimos comprobar que un desajuste técnico nos robó la mitad de uno de los conciertos del festival. Por cierto, creemos que la mesa de sonido era exclusiva de APC y no de la organización. ¿Alguien nos lo puede confirmar?
Maynard, en español, nos cuenta “okey, otra vez”, corea unos “oe, oe oe” y se lanza a ofrecernos el espectáculo visual más cuidado de la velada, con unas proyecciones acordes con su escenografía y un juego de luces emocionante. “Disillusioned” brilló a pesar de que su interludio con piano hiriera, “The Contrarian” dio mil vueltas a la versión del disco sumergiéndonos en su oscuridad y una más cañera “Thomas” mostró la otra cara del combo. No queríamos que se acabara nunca, pero sabíamos que el show estaba condenado a la brevedad: “The Doomed” alcanzó cotas épicas, precedida por ese homenaje a los caídos (y a la “Guía del autoestopista galáctico”) llamado “So Long, and Thanks for all the Fish”. “The Outsider” puso la nota final al mayor coitus interruptus de la historia del Download Madrid. Tampoco es muy largo el recorrido del festi, pero bueno, ahí queda el dato.
Hoy más. A ver qué tal se da el concierto de Guns N’ Roses con sus “teloneros” de lujo.
8 comentarios
Creo que tenéis que aclarar que para mucha gente los cabeza de cartel eran A perfect circle y que algunos hasta incluso vinieron de muy lejos para verlos exclusivamente a ellos. Me parece una vergüenza que no indiquéis que en ningún momento la organización no nos dio explicaciones tras los fallos de sonido y que tras terminar 10 min tarde los Avenged sevenfold deis por sentado que APC tienen que tocar 10 min menos y tras los fallos técnicos aún penséis que es "normal" que sólo toquen 30 min.
Es una vergüenza lo que hizo la organización ayer.
P.D: no estaría de más indicar que el festival estuvo con un olor a aguas residuales constante por la depuradora que tiene cerca, o es que acaso fuisteis los únicos que no lo olieron en todo el festival?
Bueno, y la responsabilidad de APC, no? O es que los pobrecitos vienen, cobran un pastón y se van habiendo tocado media horilla y todos contentos?
Que los de APC estuvieron todo el rato en escena esperando el arreglo? 15 minutos? Te recomiendo que te compres gafas y un reloj la próxima vez. Es una pena que nos robaran las circunstancias más de 35 minutos de concierto.
Carpenter Brut fué lo mejme de la noche
Deborah Zoombie no lo ha podido explicar mejor.
El concierto de A Perfect Circle fue chulo (lo que pudimos ver) pero una vergüenza que saliesen a tocar solo 30 min. Conozco gente que pago la entrada del jueves solo para ver esa banda y no hubo ninguna explicación por parte de la organización, ni de la propia banda sobre el escenario... ni con posterioridad en forma de comunicado.
Yo quería ir al Download por ver a "A Perfect Circle", menos mal que tenía un viaje y no compré la entrada. La verdad es que tu crónica suena muy positiva para cosas que resultan bastante indignantes. Que un grupo se pase de tiempo y el grupo siguiente tenga que reducir el suyo es una falta de respeto y una arrogancia tremenda por parte de AS. Pero lo de los problemas técnicos... y que acabaran tocando media hora. Y lo de Marilyn Manson también suena a indignante, sólo una hora? Pfff... Explota la burbuja de los conciertos señores! Esto ya no da más de sí!