Crónicas

Vargas Blues Band: Australia bien merece un blues

«Los que estuvimos en la sala esta vez sí que pudimos ver todo su potencial; esperemos que no tengamos que esperar demasiado para volver a disfrutarlo»

28 mayo 2025

Sala Villanos, Madrid

Texto: Iñaki Aguirre de Cárcer. Fotos: David Torrecillas

El guitarrista Javier Vargas no necesita muchas presentaciones, porque indudablemente es uno de los más grandes nacidos en este país. Pocas personas pueden fusionar tan bien el blues con el rock, el flamenco y los ritmos latinos. Es fundador y líder de la Vargas Blues Band, que lleva en activo desde 1991, una formación con la que ha grabado ya una veintena de discos en estudio y tres en directo, como también un par de trabajos de homenaje al rock argentino.

Javier emigró a Argentina a los cinco años, y vivió en las ciudades de Mendoza y Mar del Plata. Su historia con la guitarra comenzó a los doce, cuando su padre le regaló una Faim, una guitarra fabricada en Argentina. Ya en la adolescencia, la música marcó su rumbo de forma definitiva. A los 16 años viajó a Estados Unidos para estudiar inglés y arquitectura, y fue en Nashville donde se empapó del rock sureño y conoció a grandes figuras del género.

Un par de años después llegó a Los Ángeles, un lugar en donde era todo diferente y en donde estaba todo el panorama musical mundial. Allí incluso llegó a formar parte como guitarrista del legendario grupo de boogie tan querido por todos Canned Heat. También tuvo tiempo para ir de ruta por el Caribe y aprender del reggae.

Cuando Javier Vargas regresó a España desde Estados Unidos, se reencontró con un Madrid vibrante y lleno de energía en plena transición. En ese contexto, colaboró con Miguel Ríos en tres discos entre 1979 y 1981, componiendo juntos temas emblemáticos y con gran carga simbólica y mucho mensaje, como es el caso de “Un caballo llamado muerte”, incluido en el álbum ‘Los viejos rockeros nunca mueren’, publicado en 1979. Por entonces yo tenía 14 años, y esa canción (como muchas otras) me marcó gracias a mi hermano y a un vecino de enfrente, que tenían veintipicos años ya, una diferencia de edad que entonces parecía enorme. Ellos compraban muchos discos de estilos diversos que yo escuchaba. ¡Cuánto les debo!

Durante los 80s, Javier también formó parte de la Orquesta Mondragón y trabajó como músico de sesión viajando a Londres, París, NYC... Más tarde cosechó nuevos éxitos como compositor, entre ellos “Sangre española”, una canción que escribió junto a Manolo Tena y que se convirtió en un clásico tras su publicación en 1993. Después de esta breve introducción retrospectiva, centrémonos en su nuevo proyecto, el que está presentando en sus conciertos. Javier acaba de regresar el mes pasado de una gira por diversas regiones de la vastísima y fascinante Australia, un país increíble donde ha pasado un par de meses dando conciertos, entre marzo y abril. Esta experiencia le ha servicio de fuente de inspiración, gracias a sus paisajes mágicos y su rica cultura.

Fruto de todo ello es su próximo disco, ‘Down Under Blues’, grabado entre Memphis y Madrid y mezclado en Figueres, que verá la luz en breve y que viene acompañado además de seis videoclips y un documental, contando con colaboraciones de alto nivel, como es el caso de Glenn Whitehall, cantante y compositor fundador de la banda australiana de roots rock Sacred Crows, quien ha compartido escenario con grandes nombres y participa en la canción “Sydney Street”.

Además, en “Tasmanian Blues” destaca la aportación de Reese Wynans con esa maravilla de órgano, el Hammond G3. Wynans es conocido por haber tocado en la banda de rock progresivo Captain Beyond de Los Ángeles y, especialmente por su paso por Double Trouble, el grupo de Austin (Texas) liderado por el legendario guitarrista Stevie Ray Vaughan.

En cuanto a la actuación de Javier Vargas en la sala Villanos de Madrid (la antigua Caracol) fue un excelente tributo a aquella tierra lejana, casi en nuestras antípodas, “allá abajo…” Acompañado por una banda sólida y perfectamente compenetrada –con Luis Mayo al bajo, Peter Kunts a la batería y Bobby Alexander como vocalista-, Javier contó con un respaldo de primer nivel que potenció todo el concierto.

Durante una hora y tres cuartos, los asistentes disfrutamos de un repertorio variado que recorrió toda su trayectoria, incluyendo varios temas de su nuevo álbum, como “Rumble”, “Sydney Street” -donde compartió su experiencia en Australia comentando que, al final, todas las ciudades se parecen (aunque en mi caso debo de decir que Sídney me pareció fascinante)-, “Down Underground”, “Long Way From Home” y el que da nombre al disco, “Down Under Blues”.

Destacó la potente “Sin City” con un magnífico solo de bajo de Luis Mayo. A mí, personalmente, me gustó mucho. Como invitada especial, se unió la donostiarra Karen Ortiz de Guinea al acordeón en una emotiva interpretación de “King of Latin Blues”, con un gran solo de Javier. También rindió homenaje al legendario Flaco Jiménez -a quien tuvimos el placer de conocer en alguna inolvidable juerga madrileña- con la canción “México City Blues”. Karen volvió a aparecer en otro tema dedicado a todos los clubes, “Blues Local”.

El concierto culminó con los bises “Blues Pilgrimage” y “Texas Tango”, de su disco de 1995, poniendo el broche final a una noche de blues memorable.

Resultaba inevitable sentir cierta tristeza al comprobar, una vez más, cómo el blues sigue siendo un género de minorías, eclipsado por fenómenos de masas como el reggaetón. Basta con comparar: mientras artistas como Bad Bunny son capaces de llenar un estadio en Madrid durante diez noches consecutivas y vender más de 600.000 entradas en menos de 24 horas, conciertos como el de Javier Vargas, pese a su calidad, no reciben la atención que merecen. Sin embargo, Javier sabe muy bien lo que es tocar ante multitudes. Lo hizo junto a Carlos Santana en varias ocasiones entre 1996 y 2000, y más recientemente como telonero en el impresionante e inolvidable concierto de los Rolling Stones cuando abrieron su gira europea “Sixty” en Madrid en junio de 2022.

Recuerdo que, pocos meses después de aquel bolazo, me encontré con Javier en un concierto de Band of Friends, la excelente formación liderada por el entrañable y simpático Gerry McAvoy, bajista de toda la vida del gran Rory Gallagher, le pregunté por su experiencia teloneando a los Stones, y me habló con cierta melancolía: una mezcla de orgullo y frustración, por no haber podido ofrecer todo su potencial debido a las inevitables restricciones de sonido impuestas a los teloneros.

Los que estuvimos en la sala Villanos esta vez sí que pudimos ver todo ese potencial; esperemos que no tengamos que esperar demasiado para volver a disfrutar del directo de Javier Vargas, un guitarrista excepcional que desde muy joven supo que su camino estaba en el rock and roll y el blues.

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Esta entrada fue escrita por Redacción

1 comentario

  • Juandie dice:

    Pedazo de resumen hacia el gran concierto que ofreció el gran y veterano JAVIER VARGAS con sus buenos músicos de LA BLUES BAND presentando su último ante ante los seguidores madrileños.

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