Día lunes 22 de diciembre en la capital. Madrid se encuentra abrazado por el frío característico de estas épocas y una fina lluvia, según el barrio de la ciudad en que uno se encuentre. Por la mañana se ha llevado a cabo en el Teatro Real el tradicional sorteo de la lotería nacional, conocido popularmente el premio principal como El Gordo. Pero para aquellos que no tuvimos la fortuna de ser agraciados con ningún boleto premiado ni con un pellizquito, nos desquitamos en horas nocturnas con el gran espectáculo que ofrecieron los Red Moon Yard, primera banda de rock and roll budista del mundo, en la mítica sala Galileo Galilei, la cual se encuentra celebrando sus primeras cuatro décadas de vida.
Tras los saludos correspondientes a varios amigos y a algunos de los músicos protagonistas, nos detenemos unos instantes para contemplar la gran remodelación que ha atravesado la emblemática sala. Un recinto que es sinónimo de cultura y lugar de encuentro desde 1985 en Madrid para artistas de todo el orbe.
Cuando las agujas del reloj cruzan las 21:15 horas, las luces bajan su intensidad, el humo va tomando posición y el murmullo de la gente, confirma la gran expectación que había en el ambiente, para escuchar ver en vivo, como son interpretadas las piezas de 'Intineri', el flamante nuevo trabajo de estudio de Red Moon Yard.
El stage luce resplandeciente y la gran pantalla que lo atraviesa de costa a costa está alistada. Una invocación de rezos, un llamado de mantra y las sedas, símbolo tradicional y sagrado del budismo, va tomando vida sobre un atril. Ingresa la banda ante una lluvia de aplausos y se puede ver el logo del combo en la mencionada pantalla, la cual, va a transformar el directo en un concierto inmersivo, al reflejar las letras, a medida que van siendo interpretadas las canciones. 
La primera caricia sonora llega con “You and I”, siendo recibida con el pecho al descubierto por el respetable y desde los instantes iniciales del show, se evidencia el buen estado de forma del combo. Si ya en su anterior álbum 'Pureland', mostraban como banda un directo pulcro, con mucha madera y de altura, en la velada del lunes pasado en Madrid, añadieron además una buena dosis de crudeza. En recitales de este gran nivel, es una lástima, que haya parte de los asistentes que estuvieran hablando en algunos pasajes, pero parece ser que había algunos agraciados del sorteo de la lotería y ya se sabe, el alcohol desinhibe y suelta la lengua a veces, en exceso.
El sexteto va tejiendo una telaraña emocional desde las tablas con piezas como “Inner”, “She”, la cual cuenta con una gran versión de estudio junto Álvaro Urquijo, líder del popular grupo español Los Secretos, “Lia´s shout” y “Lama´s song - la canción del Lama Zopa Rinpoche”. Se percibe muy buena recepción de los seguidores de la banda tras cada interpretación de las canciones nuevas y pertenecientes a 'Intineri', su segunda placa de estudio. Los aplausos se van sucediendo con naturalidad a cada ejecución.
Marcos Fermoselle, corazón del proyecto, compositor, guitarra y voz de la primera banda de rock and roll budista del mundo, indica dirigiéndose a la platea que “traemos un mensaje adentro de la música. Nuestro show va a ser intenso. Aquí no hay máquinas”. Al frontman se lo ve completamente entregado y compenetrado con sus compañeros de carretera. El sonido que transmite la banda en vivo es limpio, envolvente y certero.
Las trabajadas visuales se van apoderando de la pantalla y el que aparezcan las letras en ella, ayuda a que sean coreadas las nuevas canciones por el público que había agotado las localidades.
En “Hey Mo”, el baterista pasa al cajón peruano y hacen una interpretación excelsa de la misma y en “Samsara”, perteneciente a su anterior placa 'Pureland', hacen que las emociones ericen la piel. Marcos sostiene que, “siempre estamos corriendo y el presente se va achicando y achicando” y acto seguido, afrontan la rítmica “Run”, la cual se mete como inyección en la sangre y hace vibrar los esqueletos.
El directo mantiene el pulso de las noches grandes en todo momento y traspasado el ecuador del mismo, llega la primera canción compuesta en castellano por los Red Moon, la descriptiva “Un mundo sin final”. Tras la misma, se suma un saxofonista para apoyarlos e imprimirle otras texturas a “This Year Is Gone” y “Queen Of My Sorrows”. Canción a canción, acorde a acorde, concierto a concierto, van forjándose un camino sólido en la industria, con una trabajada propuesta, la cual, suma cada vez suma mas adeptos, a eso de unir perfectamente el mundo de la espiritualidad y el del rock and roll.
Lamentablemente, se llegaba a la recta final del show y tras agradecer con sentidas palabras Marcos Fermoselle a su familia, al respetable presente y a la compañía Get In, interpretan el himno de la banda, “Weird Song” poniendo punto y final a una gran actuación. El cantante hace una reverencia al público y juntando las palmas de las manos, se despide con el clásico saludo budista ante una gran ovación y con foto final junto al resto de sus compañeros.
Red Moon Yard, la primera banda de rock and roll budista del universo, pasó por Madrid y reconfortó espíritus a base de riffs y poesía.
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