Crónicas

Red Moon Yard en Madrid: Pinceladas de rock, caricias para el espíritu

«Red Moon Yard es una banda de rock que eleva la música en directo a otro plano, demostrando que lo espiritual no es ajeno los potentes riffs, letras profundas y actitud rock»

22 diciembre 2024

Sala Galileo, Madrid

Texto y fotos: Mauro Nicolás Gamboa

La mítica sala Galileo Galilei en Madrid se engalanaba con sus mejores atuendos para recibir a Red Moon Yard y su universo de rock y budismo. El mítico recinto madrileño se presentaba excelso y los Red comenzaban una noche mágica con “Inner” y “September”, esta última perteneciente a su disco ‘Pureland’, que tantas buenas criticas ha cosechado desde que vio la luz.

“Buenas noches. Feliz navidad y gracias por venir. Dicen que somos una banda de rock budista”, comentó Marcos Fermoselle, el capitán y alma mater de este proyecto. A los Red Moon Yard se los ve cohesionados, son un motor que funciona con una precisión digna de destacar y no paran de crecer en convocatoria. Sobre el escenario hay velas encendidas y distribuidas en distintos puntos. En el centro del mismo, donde se ubica el frontman, hay una alfombra resplandeciente sobre la cual se encuentra el micrófono y el atril con khatas de color naranja. Desde allí, el cantante, que se muestra cercano y feliz, prosigue cantando piezas como “Kissing disorder”, “Paula” y “Mantra”.

Su interesantísima propuesta musical transporta nuestro ser a otro plano durante su concierto. A Marcos se lo observa conversador, agradecido con el respetable y sólido en escena junto a unos talentosos músicos que lo acompañan y entre los que se encuentran sus manos derechas Javier Schoendorff en bajo y dirección musical, y Ángel Fermoselle, su hermano, en teclados y “sonidos raros”, como lo definió el propio cantante.

“Somos una banda de rock porque tuve un compromiso con mi maestro”, comentó el cantante y siguieron con “Mantra”, la cual creó una atmósfera única. El público aplaudía y se entregaba a la propuesta. Admito que el emplazamiento del concierto también dotaba a la velada de un perfume especial. Una sala que ha sido testigo de tantos shows memorables y que se refleja en las instantáneas que hay en las vidrieras de su entrada como, por ejemplo, el héroe navarro Kutxi Romero.

Marcos reflexionaba y comentaba que “hacer el ridículo público es el mayor limpiador de karma que existe. Le doy las gracias a mi maestro budista por todo y por orientarme para este proyecto”. Arropado por el aplauso de los fans, proseguía iluminando corazones con “Samsara”, “Proud” y “Gone”. Red Moon Yard es una banda de rock que eleva la música en directo a otro plano, demostrando que lo espiritual no es ajeno los potentes riffs, letras profundas y actitud rock.  La banda es capaz de comunicar una paleta de emociones a través de sus composiciones y eso lo agradecen los presentes aplaudiendo y vitoreando cada canción. Hay una sintonía especial de emotividad en el aire, y eso se evidencia en los rostros de los fans.

Marcos se hidrata constantemente con agua, alimenta las almas de los presentes con sus canciones y realiza introducciones verbales antes de cada pieza, cuenta experiencias personales, agradece continuamente al público, da testimonio de su fe y continúa tocando su guitarra y demostrando el buen estado de forma de su voz. En “She”, el Pedal Steel tomó protagonismo y transformó la canción en verdadero fuego vital. De “Weird Song” comentó previamente que “era un muy buen ejemplo de canción de rock budista”. Y “Kappa 4” se la dedicó a todos los que no van a poder estar con nosotros en estas fiestas.

Lamentablemente, las agujas son víctimas del reloj y el tiempo se agotaba, pero antes hubo espacio para dos adelantos en exclusiva. “El 10 de enero sale nuestro próximo single que estará incluido en el nuevo álbum. Se la quiero dedicar a mi mujer”, dijo Marcos, e interpretaron “Hey Mo”. A continuación, previa dedicatoria a su maestro budista, tocaron “Lama´s Song”. Tiene pinta que el próximo álbum va a ser un discazo.

Me gustaría destacar lo que he definido como el estilo Fermoselle, que consiste en, cuando Marcos se gira levemente, tuerce la cabeza y toca las cuerdas de su guitarra de forma más punzante y les imprime más carácter aún a las notas.

Concluían un concierto sublime con su himno “Queen of my sorrows” bajo un mar de vítores. Red Moon Yard describe a cada actuación pinceladas de rock que son caricias para el espíritu.

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Esta entrada fue escrita por Colaborador

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