Crónicas
Medina Azahara: Que no sea adiós, sino hasta luego
«Mucha vida, mucha paz, mucho amor, mucha libertad… y siempre Medina Azahara en nuestros corazones. Y pensar que todavía hay gente que les tacha de horteras, trasnochados o sencillamente “moñas”. Perdónalos, maestro Dio, porque no saben lo que dicen ni lo que se pierden.»
16 marzo 2025
Teatro Eslava, Madrid
Texto: David Esquitino Fotos: Marta G. Paniego
Es difícil decirles ni siquiera “hasta luego” a las bandas con las que hemos crecido. Sin entrar en el debate de la veracidad de los conciertos y giras de despedida, que yo no soy nadie para dudar de la palabra de una banda tan honesta y auténtica como Medina Azahara, una vez más está por ver. Por lo pronto, ya anunciaron que la gira se extenderá al menos hasta octubre de 2026, y podemos apostar a que habrá cuanto menos una gran despedida especial en un gran recinto con invitados y bambalinas tanto en Córdoba como en Madrid. Sin ser adivino ni tener ninguna información extra al respecto, podemos imaginar o suponer que así será.
Cuando llegue el momento lo contaremos y estudiaremos, pero como los propios Medina han afirmado muchas veces, el momento es ahora, y la celebración es cada día. De este modo, llegaba la tercera de las tres fechas de despedida en la capital, todas agotadas y todas de relumbrón. Yo en concreto tuve la ocasión de asistir a la tercera, en una abarrotada Joy Eslava, ahora Teatro Eslava, con la que la banda cordobesa cerraba con matrícula su periplo madrileño. Como ellos mismos dijeron sobre el escenario, en este caso en boca de Paco Ventura, Madrid siempre les acogió y trató como en casa, y que para ellos venir a la urbe siempre fue especial. Así ha sido siempre, y así volvió a ser una vez más.
Me sorprendieron varias cosas, para bien. Por un lado, el hecho de la variedad de audiencia presente, tanto de edad como a nivel estilístico, por decirlo así. Es decir, desde público 100 % generalista a rockeros, como a jóvenes y veteranos de todo tipo, que es la grandeza de este tipo de bandas, que en 45 años han conseguido calar en todos los sectores y tipologías de la sociedad. ¡Punto para ellos!
Por otro lado, que hayan elegido en esta gira un repertorio bastante rockero y guitarrero, con pocas concesiones fuera del medley de baladas, o alguna otra canción puntual como quizás “No quiero pensar en ese amor”, al mainstream o a su lado más suave. ¡Otro premio para ellos! Y finalmente, la obviedad de que, si en realidad lo dejan, lo hacen en uno de sus mejores momentos sin duda y de verdad.
Más detalles a destacar… Pese a que el protagonismo lógico, y la voz cantante literal, la llevan los tres miembros clave del grupo, Manuel Ibáñez, Paco Ventura (guitarra de flecha “modelo Rudolf Schenker” en ristre, al menos en la segunda parte del concierto) y un rejuvenecido Manuel Martínez, los dos miembros nuevos del grupo son también protagonistas tanto del sonido como de la presencia escénica. No es Medina el tipo de banda que hace de menos a sus músicos de sesión o a sus miembros menos famosos, pero me encantó comprobar esa cohesión de grupo cien por cien en directo. Compañeros más jóvenes y que en este caso pueden ser menos conocidos, pero bien por Carlos Deko, muy entusiasta y con preponderancia de sonido en el bajo, y la potencia de Fernando Prats a los bombos y desde atrás.
¡Y menudo sonidazo en directo en la actualidad de Medina! Limpísimo, duro, preciosista… demostrando por qué son una de las mejores bandas de nuestro país, en estudio y por supuesto en vivo. O expresado de otro modo, refrendando en directo la excelencia de su granado repertorio en estudio, valga “Niños” como ejemplo esta noche, ¡impresionante! Dicho esto, llegamos al punto de cómo están enfocando la gira, al menos según lo visto “hoy” en Madrid, en el sentido de cómo resumir y exponer 45 años de carrera.
Pues básicamente haciendo un repertorio de temas conocidos, de todas las épocas, pero de una manera coherente y dinámica, e incluyendo alguna curiosidad o directamente temazo tapado de su carrera que no han sido siempre habituales en sus directos, como por ejemplo recuperar dos o tres de sus cortes más duros como son “Algo nuevo”, “Favorita de un sultán” y “El vaivén del aire”, que no han sido fijos siempre en sus conciertos estos años.
El recurso de los medleys, que ellos han utilizado más veces en el pasado y les funciona, a mí siempre me ha gustado menos y en realidad prefiero una o dos canciones completas que escuchar trozos de cinco, por decir algo, pero hay que entender que si se quieren resumir estos 45 años, o se tocan tres horas (que ojo, para mí sería lo suyo en esta gira) o, si queremos abarcarlo en “solo” dos, hay que recurrir a estas cosas.
Aun así, ellos lo hacen con gusto y encanto, repartiendo en tres partes algunos momentos relevantes de su carrera como ese primer popurrí de su primera etapa, sobre todo de rock andaluz y de temas más ochenteros, como los temas título de “La esquina del viento”, “Andalucía” o “Al-Hakim”, hasta que llegó el reconocimiento ya con ‘Sin tiempo’ (1992). Después, otro de baladas a mitad del show, que quizás fue menos acertado relegando dos temas increíbles como “Otoño” o “El soldado” a un trato menor. Y finalmente, otro de canciones de los 90 y de esos temas de una de las épocas más populares de Medina, pero que por duración no cabe todo. Por ejemplo, me hubiera encantado escuchar completa “El pozo de mi sed”, pero hay que entender que es complicado.
Antes ya habíamos vivido dos de los momentos más emotivos de la noche, primero con la interpretación de “Córdoba”, uno de los temas literalmente más laureados del grupo, como nos explicó Manuel en la introducción destacando cómo consiguieron todos los Premios de la Música ese año, en la categoría rock, gracias a esa canción. Y después con el sentido homenaje a Manuel Mart, cantante de Estirpe e hijo del vocalista, quien nos dejaba hace unos años por un maldito cáncer, y de quien usaron sus pistas de voz (con apoyo de imágenes en las pantallas) para cantar a dúo con su padre la preciosa “Solo y sin ti”, que nos dejó el corazón encogido.
Pero rápido nos secamos las lágrimas y volvemos a la alegría habitual y energía de los conciertos de Medina con ese imprescindible “Velocidad”, sencilla y vitalista pero que también les funciona en directo desde que la editaron en ‘Caravana Española’ allá por el 85. Y ya al final, para cerrar a lo grande, es inevitable el momento tanto de los temas más populares, que se disfrutaron y pusieron un emotivo y alargado broche a una noche estupenda. Aún pone los pelos de punta emocionarse escuchando en directo “Necesito respirar” coreado por toda la sala y ellos realmente felices de escucharnos y vernos disfrutar.
Ya en los bises, llegó el eterno agradecimiento de “A toda esa gente” y el final extendido y alargado de “Todo tiene su fin”, que da nombre y sentido a la gira, con la presentación de los músicos, reconocimiento a los hermanos Martínez de Avispa incluido (que tan importantes han sido ambas partes en el desarrollo de las respectivas exitosas carreras tanto de grupo como de discográfica), y con imágenes de todos los músicos que han pasado por Medina, de todas las formaciones y de otras personas importantes de la carrera de la banda, como por ejemplo su mánager clásico Javier Gálvez, ya fallecido.
Comenzaron el concierto con la presentación a modo de saludos de compañeros famosos y amigos (nosotros nos quedamos con el saludo de Obús, claro) y una cuenta atrás, y terminaron con la propia mánager actual del grupo, Mónica Cuesta, teniendo que sacar literalmente a Manuel del escenario, cantando “Highway to Hell” como outro y, sobre todo, despidiéndose de su público durante largo rato dando gracias de corazón. Reverencia.
Mucha vida, mucha paz, mucho amor, mucha libertad… y siempre Medina Azahara en nuestros corazones. Y pensar que todavía hay gente que les tacha de horteras, trasnochados o sencillamente “moñas”. Perdónalos, maestro Dio, porque no saben lo que dicen ni lo que se pierden. ¡Ah!, y como reza el cántico habitual en los conciertos de la banda desde hace tantos años… ¡Eh, Medina, así no se termina!
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2 comentarios
Pedazo de resumen hacia el gran concierto que ofrecieron los históricos MEDINA AZAHARA a través de estos grandes clásicos de nuestro Rock en el Joy Slava madrileño dentro de su gira de despedida.
Hola:
Con permiso, puntualizar dos cosillas.
- "Velocidad" pertenece al álbum "... en Al-Hakim" de 1989 y no a "Caravana española".
- Yo fui al segundo de los tres días, y me imagino que tocarían las mismas canciones. No repasaron toda su trayectoria, solo la de los discos que publicaron hasta "Aixa" (que es del año 2003) y aun ahí no tocaron ninguna del "XX" (año 2000).
Aun con eso buen artículo, y lo más importante, gran concierto.
Un saludo