Crónicas
Lion Rock Fest con Gotthard, H.E.A.T, Eclipse, Crazy Lixx, Be For You y 91 Suite: El rock melódico reclama su lugar
«La excelente primera edición del festival leonés ya nos tiene soñando con una segunda que confirme a Lion Rock Fest entre los grandes eventos del rock del viejo continente»
4 noviembre 2023
Palacio de Congresos y Exposiciones, León
Texto: José Luis Martín. Fotos: Iñigo Malvido
Fuimos testigos de la primera edición de Lion Rock Fest, un festival que apuesta los sonidos melódicos en la provincia de León y que intenta poner en el mapa a esta tierra como región con vocación dinamizadora para la organización de eventos musicales internacionales tras la consolidación del Z! Live en la colindante provincia de Zamora.
El encomiable trabajo realizado por la promotora leonesa Artisti-k Producciones, con Jesús Marcos al frente, en colaboración con el Ayuntamiento de León, que juntos lograron un acuerdo con Renfe para obtener un descuento para aquellos que compraran la entrada y viajaran en AVE o larga distancia, fue refrendado por la gran asistencia de público, que llegó desde todos los puntos de España y desde otros países.
El festival que contaba con un cabeza de cartel como los suizos Gotthard, un trío sueco abanderado por H.E.A.T, Eclipse y Crazy Lixx, y dos agrupaciones españolas como los murcianos 91 Suite y los locales Be For You. Esto conformaba un menú muy apetecible para los amantes de un género que no es precisamente mayoritario pero que sí cuenta con unos seguidores muy fieles. El nexo común de todos ellos era expresarse en la lengua de Shakespeare para transmitirnos sus líricas. Y aunque la totalidad de grupos es bastante frecuente verlos por nuestras tierras, pues suelen venir con cada gira, había ganas de disfrutar de un festival donde el hard rock melódico y el AOR fueran sus protagonistas, y sin salir de nuestras fronteras.
Hubo una jornada previa con las actuaciones de los madrileños Strangers y los leoneses Torque, y el sábado, en una sesión matinal, también se pudo disfrutar de otra banda local como Sunset Boulevard, como más adelante se incluye con el relato de nuestro compañero Iker Vicente.
El horario de los grupos no era el que estamos acostumbrados a ver por estas localidades, en el que las bandas de aquí abren o cierran habitualmente los festivales, consiguiendo que fueran vistas por un mayor público y que se mezclasen con naturalidad con el resto de formaciones, algo que, para un servidor, fue un gran acierto.
Crazy Lixx fueron los encargados de abrir el festival en el escenario de menor tamaño, situado enfrente del escenario principal, y con gran presencia de público desde el primer momento. El cuarteto de Malmö, que cumplió veinte años de existencia el pasado 2022 y que ya cuentan con siete discos en su haber, está inmerso en el "Street Lethal Tour", nombre tomado de su último trabajo, que data de 2021, acompañando a H.E.A.T en su gira peninsular, denominada "Iberia by Force".
Considerados como pioneros de la denominada New Wave of Swedish Sleazy Metal junto a Hardcore Superstar o Crashdïet, han sabido actualizar un sonido muy ochentero con canciones muy coreables, como la inicial “Whisky Tango Foxtrot”, “Hell Raising Women”, una potente “Rise Above” o “21 Till I Die”.
Aunque el sonido no fue todo lo bueno que deseábamos en los inicios, después de los primeros temas fue bastante mejor, pudiendo disfrutar de esta propuesta que mezcla muy bien los sonidos del hard rock, el glam metal y el sleazy como mostraron en una fantástica “Silent Thunder”, una de sus canciones más clásicas, con un entregado Danny Rexton a la voz, que en “XIII” utilizó un micrófono cuchillo y una máscara a lo Jason Voorhees en "Viernes 13", y que junto con el batería, Joél Civera, son los miembros originales de la banda. “Never Die (Forever Wild)” puso punto final a su actuación, dejando al público listo para lo que vendría después. Qué buena forma de empezar una velada.
A los pocos minutos teníamos en el otro escenario, procedentes de Estocolmo, a la banda de hard rock melódico Eclipse, nacida en 1999, que lleva facturados nueve trabajos de estudio y uno en directo. Liderada por el vocalista, multi-instrumentista, compositor y productor Erik Martensson, al que hemos podido disfrutar en proyectos como W.E.T., Nordic Union o Ammunition, son una banda muy querida entre los aficionados al hard rock.
El peso de su actuación iba a caer, lógicamente, sobre su excelente y reciente trabajo ‘Megalomanium’, del que nos ofrecieron auténticos hits como “Got it!”, “The Hardest Part is Losing You”, el coreadísimo “Anthem”, “Hearts Collide”, el magnífico “Children of the Night” o “High Roads”, con el que cerraron el repaso a su nuevo disco, que realmente parece un "grandes éxitos".
No se olvidaron de ‘Momentum’, que principalmente se dejaron para la parte final, con un gran “The Down Fall of Eden” o el adictivo “Never Look Back”, incluso se permitieron homenajear a Black Sabbath con un fragmento del famoso “Heaven and Hell”, entrelazándola con “Black Rain”.
La capacidad y el buen gusto que tienen para crear melodías que te entren a la primera, es una gran virtud que muchas agrupaciones no conseguirán durante toda su existencia. Para completar su actuación tiraron de dos de sus canciones más comerciales, si es que el resto no lo son, y que en directo levantan al público, como “Twilight”, con su guiño al himno de la alegría, y la edulcorada “Viva la Victoria”.
Aunque Eclipse son siempre muy disfrutables en directo, desde luego no fue la mejor actuación que hemos visto de ellos, y creo que los problemas que tuvieron con la logística, que hizo que se quedaran sus instrumentos en Barcelona, tuvo algo que ver en que no se les viera cómodos sobre el escenario. Sin sus instrumentos, H.E.A.T les prestaron los suyos, pero entre tema y tema se demoraban un poco para lograr la afinación adecuada. Por cierto, el batería, Philip Crusner, fue sustituido a las baquetas por el músico de The Cruel Intentions Robin Nilsson.
Era el turno después para Be Four You, B4U de forma abreviada, que jugaban en casa y sabían que eso suponía una gran responsabilidad para ellos, aunque debemos decir que supieron estar a la altura, como ya nos lo demostraron en la fiesta de presentación del Festival en la madrileña sala Moby Dick.
A pesar de ser desconocidos por el gran público, pues seguro que antes de anunciarse su participación en el festival eran muy pocos los que conocían su existencia, llevan tocando juntos desde 2006 y tienen dos discos en el mercado. El último, ‘The Things I Never Told You” , ha sido masterizado y mezclado por el omnipresente Alessandro del Vecchio, existiendo dos ediciones, una que sacó el propio grupo y otra posterior a través de sello italiano Volcano Records.
El sello danés Lions Pride Music, que con ese nombre debería aportar alguna de las fantásticas formaciones que edita para la próxima edición, se encargará de su próximo lanzamiento, ‘Waking the Fire'.
“Nothing Last Forever” fue el elegido para comenzar su show, que sufrió un pequeño recorte para ajustar los horarios por un leve retraso, siguiendo con “The Lesson” y “Those Sundays Are Gone”, ambas de su segunda obra, ‘The Things I Never Told You’. El aderezo lo pusieron con su personal versión del famoso tema de Foreigner “Heart Turns to Stone”, que adelantaron hace poco en formato digital y que les quedó francamente redondo.
Canciones como “Light” o “April Rain” y “Love & Compassion”, estas dos últimas pertenecientes a su primer trabajo y que se han regrabado recientemente, sonaron de forma espléndida, con un vocalista como Ángel, que se mostró muy cómodo, dándolo todo, sabiendo que había muchas miradas puestas en ellos. Mostraron una gran solidez como banda. Se nota que, a pesar de no tocar demasiado, se curran muy bien los temas en los ensayos.
La hora estelar era para Gotthard, el grupo que crearon en 1992, en Lugano, el fallecido y añorado vocalista Steve Lee y el guitarrista Leo Leoni, tomando su nombre del Paso de San Gottardo (Gotthardpass en alemán), situado en Los Alpes, y contando con el mayor poder de convocatoria para que el festival fuera un éxito.
Quiero dejar claro en primer lugar que la actuación de Gotthard fue impecable en cuanto a ejecución, sonido, puesta en escena, y con un vocalista como Nic Maeder, que canta mejor cada día, alejado ya de las inseguridades de su etapa inicial. Dicho esto, es una cuestión personal, pero no consiguen emocionarme como durante la etapa con Steve Lee al frente, a pesar de haberlos visto con frecuencia en los últimos tiempos.
Su repertorio, no obstante, fue de una calidad suficiente para hacer las delicias de todos, aunque siempre a cada uno nos faltan canciones y nos sobran otras, con el único pero de que se excedieron de tiempo, retrasando la salida del siguiente grupo. Quizás si hubieran prescindido de un tedioso solo de batería todo hubiera encajado mejor.
Canciones como la intensa “Every Time I Die”, la coreada “Feel What I Feel” o la versión de “Hush”, canción de Joe South que popularizaron Deep Purple, sirvieron para interactuar y hacer partícipe al público, permitiéndose bromear al hacer un divertido juego de palabras con Leo Leoni en León.
Tuvieron su momento más emotivo con la maravillosa “Remember of Me”, donde Nic nos recordó los 12 años que lleva en la banda, en una canción del primer álbum sin Steve, como fue ‘Firebirth’, y con las excelentes baladas “One Night, One Soul”, que grabaron con la soprano Montserrat Caballé, o “Heaven” en plan acústico.
Canciones como “Starlight”, “Mountain Mama” o “Top of the World” siempre funcionan muy bien en directo, pero para el final siempre llegan esas dos piezas maestras como la marcial “Lift U Up”, precedida de esas percusiones pregrabadas, y la extraordinaria “Anytime Anywhere”, ambas de mi álbum favorito, que es ‘Lipservice’. Nunca olvidaré su presentación en la antigua sala Caracol, allá por el año 2005, tocando nueve de sus catorce temas en un concierto insuperable, visitándonos por primera vez.
Tras retirarse brevemente, volvieron para dejarnos una última pieza como fue “The Mighty Quinn”, de los inolvidables londinenses Manfred Mann. A pesar de todo, Gotthard siempre serán un combo muy respetado por el que suscribe.
No había mucho tiempo que perder, pues 91 Suite ya estaban esperando desde hacía unos minutos. La mejor banda que existe en nuestro país dentro de un estilo como el AOR es siempre una bendición poder escucharla en directo, y gracias a festivales como este (y también al Rock Imperium) tienen un buen escaparate para ampliar su base de seguidores en recintos de mayor tamaño.
Su actuación, que se nos pasó volando, fue un buen resumen de sus tres trabajos discográficos hasta la fecha, iniciando el set con “Time They Change”, que da título a su segundo disco, y continuando con este en “Seal it With a Kiss”. Un álbum que fue muy valorado fuera de nuestro país. De su época más reciente nos dejaron una magnífica “Starting All Over”, con la que bautizaron a su EP de adelanto del último trabajo, y una potente “All for Love”, con ese solo a lo Satriani de Iván González.
Gran trabajo como siempre a las voces de Jesús Espin, al que tenemos que darle una cariñosa colleja por enrollarse demasiado en algunos momentos, entendiendo la emoción de estar en un auditorio de este tipo, pero lastrando el ritmo del concierto ante un público que llevaba ya varias horas dentro y al que no había que dejarle que sesteara. Bonito detalle, también hay que decirlo, el regalar copias de su citado EP a los seguidores que permanecían en las primeras filas.
Recordaron su debut discográfico con “Give Me the Night”, para volver a la actualidad con la fabulosa “Perfect Rhyme”, una composición que siempre pondría para iniciar a alguien que no conoce a la banda, que refleja las grandes cualidades de 91 Suite, como son el ritmo, las melodías, los coros y el gran sonido de las guitarras.
Con “Wings of Fire” y “Hard Rain”, bajando Jesús a cantar al foso, pondrían punto final a su actuación, dejando claro el lugar que ocupan dentro del rock melódico español. A la salida adquirimos una copia de su primer trabajo, que ha sido reeditado en un espectacular doble vinilo.
Lo que suele ocurrir cuando estamos en un festival ya de madrugada es que las fuerzas están justas y una parte del público empieza a desfilar. Pero en este caso los encargados de cerrar eran los chicos de H.E.A.T, y apenas hubo deserciones, acertando plenamente la mayoría que se quedó por lo que íbamos a ver.
Su actuación fue toda una lección de actitud, entrega y empatía con el público, que disfrutó como con ningún grupo durante todo el día. Salieron enchufadísimos con “Demon Eyes” y con un Kenny Leckremo que por momentos parecía un monitor de aerobic, con las pulsaciones cardiacas al máximo, saltando y moviéndose sin parar de un lado al otro del escenario, pero sin sufrir a la hora de cantar. Imaginamos que su preparación física debe ser importante.
Su imagen nos recordaba a Bruce Dickinson cuando entró en Iron Maiden, con sus pantalones negros ajustados y su larga cabellera. Fue un tipo muy divertido, que se ganó al público enseguida, se mostró muy cercano y chapurreó algunas frases en castellano. Realmente, la vuelta a la banda le ha sentado muy bien a él y al grupo, sin desmerecer, por supuesto, a Erik Grönwall, que ha encontrado muy buen acomodo en Skid Row.
Canciones como “Hollywood”, “Point of no Return”, “Breaking the Silence”, o “Back to the Rhythm”, pusieron al Palacio de Congresos y Exposiciones patas arriba. Ni en canciones más pausadas como “Downtown” Kenny bajaba el ritmo. ¡Qué energía la de este hombre!
Con la colección de grandes éxitos que atesoran en sus siete álbumes hasta la fecha, para la parte final dejaron “Livin on the Run”, una de las más celebradas, y “A Shot at Redemption”, que suponen un gran ceremonial en el que una banda en perfecta comunión con su público es llevada en volandas coreando y cantando cada estrofa al unísono.
Eran las dos y doce minutos cuando terminaban su actuación y el público comenzaba a retirarse, unos a tomar la última y otros buscando el reposo tras una intensa jornada.
Como resumen final, tenemos que dar al festival una puntuación muy alta por el cartel confeccionado, la fecha elegida, el adecuado recinto con área de descanso y restauración, el sonido en general y la acogedora ciudad de León, que convirtió el fin de semana en una atractiva oferta musical, gastronómica y turística que es irrechazable.
Todo evento inicial es mejorable, por supuesto, y ahí debemos señalar que las aglomeraciones para obtener las monedas del festival, los lions, deben de ser más ágiles para evitar esas interminables colas, como ocurrió también con los roperos. Lo que no acabamos de entender es esa equivalencia de un lion igual a 2,5 €. Echamos en falta esos puestos de venta de discos, además de los oficiales que lleva cada banda, y que no deben faltar en estos eventos.
Seguro que en breve tendremos confirmaciones para la siguiente edición, que será muy esperada por todos los asistentes, aunque el que escribe estas palabras confirma su asistencia desde este mismo momento, confiando en el saber hacer de las personas que están detrás. ¡Enhorabuena!
Conciertos complementarios (por Iker Vicente)
Es evidente que una fórmula muy acertada para dar la bienvenida a un festival del calibre de Lion Rock Fest es la de haber previsto varias fiestas de presentación donde, llevando días anunciadas, se nos invitaba a disfrutar de bandas practicantes todas ellas del género que a todos nos había traído este pasado fin de semana hasta Leon, un hard rock melódico de alta calidad.
El programa se desarrollaba en primer lugar el viernes 3 de noviembre en la céntrica sala Studio 54, con los locales Torque y los madrileños Strangers. Esa misma noche, la sensacional preparty se completaba con la pinchada hasta altas horas del maestro de ceremonias de esta misma casa, Jason Cenador, en la sala Black Bourbon, para, ya el sábado 4 de noviembre, en horario de vermut, poder abrir boca también con locales Sunset Boulevard en el también súper rockero garito Babylon.
Y así, la noche del viernes 3 a las 22:00 y con escrupulosa puntualidad, ponían los pies en las tablas de la sala Studio 54, Torque, un proyecto liderado por el veterano líder y carismático cantante Pedro Torque, cuya intro envolvente de teclados ochenteros nos hacía presagiar un nostálgico show de puro A.O.R.
Con muy buen sonido desde el comienzo, sonaron clásicos súper melódicos como “Neightbour” o “Here I Am”, último corte este que, en palabras de Pedro, se lo dedicaba a su amante: la música. “Emma” sonó francamente bien, un medio tiempo que evolucionaba de menos a más, pero que no hacía decaer en ningún momento un ambiente muy familiar y lleno de amigos que interactuaron con ganas en los juegos de voces que Pedro propuso en más de una ocasión.
Otras composiciones, como “I Wonder / I Want” en cambio, aportaban más frescura y un aire más divertido. También hubo momentos para grandes versiones como “Dance Macabre” de Ghost, que hicieron las delicias del público u otras canciones nuevamente de cosecha propia como “We Are One”, muy en la onda de Bon Jovi.
Se sucedieron temas de distinta intensidad como “Myadiction”, “Carolina”, “Song of Stone”, donde un joven bajista con falda escocesa introducía algún guiño gutural a la interpretación, pero todos ellos envueltos de una gran energía por parte de la banda y una actitud de altura por parte de su líder, Pedro Torque, que dio muy buenas muestras de su versatilidad vocal.
Cerraron a través de un tema con un nombre bien hilado para acabar un concierto, “Bye, Bye”, con varios invitados sobre el escenario acompañando a Torque en su despedida por esa noche. Show dinámico de principio a fin, elegancia, buena puesta en escena y, lo más importante de todo, canciones de calidad.
Turno entonces para los madrileños Strangers, combo también sumamente experimentado, con más de 10 años de carretera a la espalda desde que grabasen su primer disco en 2012, 'Emotions'. Acudíamos con ganas a presenciar por tanto un gran cuarteto que destilaban desde la apertura del show puro sonido A.O.R americano. Conocedores de que recientemente Celia Baldoz, acompañante corista hasta la fecha, tras la salida de su cantante principal, Oscar O´Brien, dio el salto cogiendo el timón no solo del micrófono sino también del escenario, rápido pudimos constatar que ese hecho se había traducido para la banda en un gran paso en cuanto a imagen y puesta en escena.
Pese a que el concierto se compuso sobre todo de temas de su último plástico, 'Brand New Start', de 2019, no faltó un repaso de sus tres discos, incluyendo 'Survival' de 2014. De hecho, abrieron con “Heroes”, del mismo redondo. A pesar que, a diferencia de Torque, el sonido no les acompañó desde el comienzo, “StarsLike Me”, donde apreciamos ciertos toques purplelianos, sonó muy cañera, para dar paso a un fabuloso corte nuevo, “Stronger Than Before”, no incluido aún en ninguno de sus redondos (recordemos que 'Whispers' será su esperada nueva obra).
Lo que sí quedó patente también es que Miguel Martín, líder del cuarteto, pese a ser el único guitarrista, copa el escenario con creces derrochando una actitud que muchas bandas querrían tener en su haber, amén de los pedazo de riffs que constantemente se marcaba. “Higher Again” precedía a un precioso medio tiempo como “Somewhere Here” para volver a coger fuelle con “Beyond Your Eyes”, tema con el que pisaron el acelerador a tope y a partir del cual comenzó a percibirse una vibra distinta no solo en el sonido sino también en la respuesta por parte del público.
Tras el final apoteósico de esta última, nos regalaron otro tema nuevo y muy fresco como fue “Echoes”, consiguiendo ya llenar bien apretadas las primeras filas del aforo de la sala Studio 54, y con “Covering My Tracks” la sensualidad elegante de Celia volvía a ponerse de relieve, demostrando una complicidad absoluta con el hacha de la banda.
La atmosférica “The Wind”, desprendía hard rock por todos sus poros, para volver a acometer con “Flames”, más eléctrica y cañera si cabe, donde el sonido ya se veía recuperado por completo.
Ya en el tramo final del concierto, la magia de esta banda, y en especial la de Celia, desprendió todas sus alas y nos mostró su máxima expresión exquisita y elegantemente ochentera con “With You”. Se despedían cerrando nuevamente con un tema de su primerísima etapa como lo fue “Never Stop Never Stop”, que sonó increíble y dejó un inmejorable sabor de boca.
Una imagen como banda de revista, actitud a raudales y grandísimas canciones serían las tres mejores descripciones que podrían definir lo que pudimos presenciar como cierre de la noche del viernes antes de acudir a la macro fiesta que, como decíamos al comienzo de esta crónica, se montó después en la sala Black Bourbon de manos del maestro de maestros de ceremonias y estrella radiofónica de esta casa, Jason Cenador, el cual amenizó la noche rockera Leonesa como solo el carisma que desprende este tío lo sabe hacer, pinchando clásicos y temas de bandas emergentes leonesas que puso en más de un momento el garito patas arriba.
Pese a las altas horas en las que acabó la citada pinchada de DJ de Jason Cenador, el sábado a las 13:00 tocaba diana a la que no podíamos faltar con los también locales Sunset Boulevard en la chulísima sala Babylon.
Otra banda que lleva 10 años en la brecha y que sabe muy bien lo que se hace. Algo realmente curioso es que todas las caras conocidas con las que cerraba la noche del viernes eran con las que arrancaba el show de esta banda leonesa, que dio una muy buena muestra de su saber hacer desde el minuto uno con “Hearbreaker”, “Revenge” o “Sea of Clouds”, más templada esta última que las anteriores, pero igual de contundente.
Con puro y auténtico hard rock melódico de la vieja escuela envolvieron todo el garito de punta a punta. Nuevamente, nos encontrábamos con una mujer con mucha actitud al frente de esta interesante banda, con dos guitarristas como Jose Triskel y Luis Ruano, compañeros ambos de la escuela municipal de música de Leon, dándole un gran empaque al sonido de la banda, y un batería que desde luego también sorprendió por su versatilidad y estilo.
No tardó en llegar un tema que hizo que se nos fuese olvidando la resaca de la noche anterior, la versión de “Maniac” que tan de moda puso no hace mucho Tobias Sammet con su proyecto Avantasia. Tras la misma, “Jim Bem” sonó como una apisonadora, y nos hablaba de los estragos del alcohol en exceso casi a modo de prevención de lo peligroso que podía ser el fin de semana para alguno.
Era tiempo entonces para “Skin”, donde mediante una especie de jam session y una coreografía interesantísima por parte de su cantante, Luz García, se hizo de esta canción algo especial, yendo de menos a más y acabando con un cierre súper potente. Con “Summer Memories” nos invitaban a agarrar a quien tendría a su pareja cerca y ponernos un poco románticos, pese a que lo que realmente nos encontramos fue un tema que al principio te podía acariciar, con aterciopeladas filigranas acústicas por parte de la percusión incluso, pero que luego rápidamente te arañaba nuevamente debido a que volvía a endurecerse a tope.
“Lightouse” nos la dedicaban a todos los que tenemos peques en casa, para después acometer con otras dos versiones más, como fueron “Love Song”, en este caso de Tesla, y “Blind Man”, de Black Stone Cherry, las cuales hicieron subir notablemente el grado de ebullición de la sala.
“My Dear Friend” sonó mas desenfadada y divertida, mientras que el momento de máximo cachondeo del mediodía llegó cuando consiguieron que todos los asistentes de la sala se pusiesen de cuclillas para después ponernos a saltar con toda la euforia que ya veníamos acumulando durante el show.
Prosiguieron con dos temazos de rollo setentero total como “This is Rocknroll” o “This Ain't Goodbye”. El colofón final vino, una vez más, mediante dos versiones: “Rock and Roll” de Led Zeppelin y “Because the Night” de Patty Smith.
Caras de satisfacción generalizadas gracias al tremendo espectáculo que nos dio esta banda leonesa que, a pesar de tener un solo disco a sus espaldas, 'A New Sun Comes and Goes', de 2016, ha conseguido interesantes reconocimientos en diversos festivales, y actualmente trabajan en los temas que deberían dar forma a su primer larga duración.
Mientras tanto, siguen ampliando su implicación en diferentes actividades solidarias, como sus conciertos de apoyo al pueblo sirio, la visualización de enfermedades raras o la recogida de juguetes para niños necesitados. Otra banda que no debería pasar en absoluto desapercibida para nuestra comunidad rockera.
En definitiva, encarábamos el Lion Rock Fest del sábado habiendo degustado en las horas anteriores al arranque del macro festival unas de las mejores tapas y cervezas de León (y Madrid), a modo de auténtico aperitivo musical, y esa no puede ser mejor manera de llegar a los platos principales que nos aguardaban el sábado por la tarde en el Palacio de Congresos de León con unas de las mejores bandas del hard rock melódico, no solo del estado sino del mundo entero, como lo fueron 91 Suite, Be For You, Crazy Lixx, Eclipse, H.E.A.T y los veteranos Gotthard.
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Pedazo de resumen hacia las potentes descargas que realizaron estas grandes bandas del mejor Hard Rock europeo en la primera edición del leones LION ROCK FEST.