4 de Copas: Intensidad y entrega

Desde primeras horas de la tarde ya se podía ver al respetable haciendo cola para poder estar en primerísima fila y ver de cerca a su artista preferido. Tras seis horas de espera para muchos, las puertas del recinto se abrieron a las 20.15 horas y las carreras hasta la primera fila cerca del escenario no se hicieron esperar: la gente quería ver de cerca a Juan Magán y Carlos Vives, pero antes tendrían una buena dosis de distorsión.

4 de Copas, grupo icónico del rock en Cantabria, presenta una formación de músicos más que solventes en directo. El sonido, perfecto, resultó apabullante y vital en una anoche en la que sonó también la versión más rockera, si cabe, del “No dudaría” de Antonio Flores. Fue cantada, literalmente, por las nueve mil personas allí presentes que acompañaron a la banda, produciendo nuestra piloerección; una respuesta ambivalente que pareció dejar satisfechos a todos, encima y debajo el escenario, ante una audiencia mayoritariamente femenina. Pero todo comenzó antes.

A las 21:00, las dos grandes pantallas situadas a ambos lados del escenario anunciaron el inicio del ritual con imágenes de la banda. Como marco, la sinfonía “Carmina Burana”, la brillante cantata escénica de Carl Orff.

No tardaron mucho tiempo en meterse al público en el bolsillo a base de sus temazos de rock, arrancando potentes con “Avísame”. Goyo Cueto hizo de maestro de ceremonias con una imponente voz llena de colores con la que puede transmitir gran variedad de sentimientos. Así, la banda fue clavando temas como “Una noche por la que brindar”, “Volveré” o “Dónde, cómo, cuándo”, todas ellas de su último disco, y a ritmo de los guitarrazos de Javier Andrés y Mario Fernández. El quinteto se mostró bastante activo en un escenario bastante amplio; unas pantallas permitían seguir las evoluciones de los músicos.

Las luces resultaron solventes y siempre en segundo plano, solo para subrayar lo realmente importante: la música y las canciones. El grupo se centró en su repertorio más actual con un par de rescates del pasado, pivotando sobre una sección rítmica apabullante formada por Fernando Mier a la batería y Miguel Revuelta al bajo. Mario Fernández, con la camiseta de club de fútbol de la ciudad de Torrelavega, tocaba con mucha intensidad y no paraba de animar al público desde el lado izquierdo del escenario. Esta formación da mucho juego y está más compenetrada que nunca.

El público estaba de su parte y ellos disfrutaban cómodos frente a la multitud. El meridiano del concierto se acercaba de la mano de un clásico, la pegadiza “7 pecados”: Goyo lo goza cantando este tema. El riff de Javier sonó poderoso y es que es un lujo ver tocar con tanto sentimiento la guitarra. Sin apenas descanso, continuaron con una melancólica “Mírale”, “Culpable” y “Nada, si no estás aquí”.

4 de Copas es un grupo valiente que lo da todo en el escenario. Tras la previamente mencionada versión de “No dudaría”, cayeron dos cortes más de su nuevo y más que solvente disco: “Cuenta conmigo” y “Camino”. Cerraron su apoteósico concierto con “Madre cerveza”.

En definitiva, fue una actuación muy buena, más intensa de lo habitual; una hora de rock que convenció a todos en cuanto a sonoridad, actitud y entrega del grupo.

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