Trago Mortal

Paranoia

Autoeditado (2025)

Por: Alfredo Villaescusa

9

Los grupos de hard rock siguen siendo más necesarios que nunca. Son guardianes de las esencias, por un lado, pero también poseen la capacidad de conectar con unos tiempos modernos en los que algunos dicen que ese estilo pertenece al pasado. Una falacia que se puede combatir enseñando la cantidad de bolos con entradas agotadas que han logrado recientemente Los Zigarros o Sexy Zebras, entre otras bandas destacadas de rock n’ roll patrio. Y eso sin remontarnos a auténticos tótems del rollo como Burning o M-Clan, cuyo descomunal poder de convocatoria está fuera de toda duda.

Por convertirse, junto con el punk o el black metal, en uno de los pocos reductos de lo políticamente incorrecto que nos queda en una sociedad timorata y acomplejada debería alabarse siempre esa labor a contracorriente. Estos oriundos de Talavera de la Reina ya nos dejaron gratas sensaciones con el EP ‘Sin sentido’, una sensación que vuelven a repetir con un primer larga duración con todas las de la ley que quizás no sirva para cambiar el mundo ni para sentar las bases de un nuevo estilo, aunque vale más que de sobra para pasar un buen rato sin excesivas pretensiones.

“Mala impresión” inicia este entretenido trabajo con una marcada influencia del “Mr. Brownstone” de Guns N’ Roses, sobre todo en el riff que nos da la bienvenida y en ese estribillo que censura la hipocresía de la sociedad y de los que solo se fijan en la apariencia. “No es tan fácil olvidarla” llama la atención de primeras por el uso de un talk box que enseguida nos evoca a Bon Jovi, Gotthard y otros grandes el género, pese a que tampoco tenga mucho que ver con estos últimos, sino más con el rock urbano a ras de callejón acodado en la barra de un garito.

“Dócil” no se despega del legado de la banda de Axl Rose, pero sin renunciar a aportar sus señas de identidad, que a estas alturas ya han quedado lo suficientemente consolidadas. A nivel textual, resaltar el colosal retrato costumbrista que realizan en la letra de cierto tipo de espécimen social. No desvelamos nada. Que cada cual lo escuche. Y no hay que ser tampoco catedrático para adivinar de qué trata “Consume”, todo un dardo contra el materialismo exacerbado que está presente en la mayoría de rincones de nuestra sociedad.

No aflojan el pistón en la macarra e incisiva “Relatos rotos”, de los mejores cortes del conjunto, al igual que “Nunca te calles”, otra pieza para agitar cabellera y disfrutar en un recinto reducido en el que se pueda sentir hasta el sudor de los asistentes. Con “Sin tiempo” llegamos ya cerca del final y sus gloriosos guitarrazos nos siguen levantando del asiento, no en vano se trata de uno de los cortes más frenéticos del álbum, mientras que “Ya ves” adopta un agradable poso blusero con la clásica armónica del género antes de electrificarse a lo Led Zeppelin o Aerosmith y legarnos una letra descarada de las que falta hacen en la pacata época actual.

Ponen el broche con “No te quedes sin hablar” destilando autenticidad y mala leche, al tiempo que nos preguntamos cómo han podido pasar tan rápido poco más de cuarenta  minutos. De hecho, si tuviéramos que señalar alguna pega de este lanzamiento, sería que se escucha volando, y hasta te quedas con ganas de más.

En suma, tal vez no se aprecie una importante evolución desde su anterior trabajo, pero en realidad a nadie le importa eso cuando de lo que se trata es de demostrar agallas, un reseñable talento para lograr letras efectivas y un sonido con influencias americanas que ya podríamos considerar propio de ellos. Un torrente de electricidad para revolcarse en el suelo cual gorrino sin miedo a mancharse.

Alfredo Villaescusa
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