Con ‘Masquerade’ Thomas Raggi decide quitarse todas las etiquetas y enfrentarse por fin a un proyecto que lo muestra sin filtros, sin sombras y sin depender del ruido que lo ha rodeado en los últimos años junto a Måneskin. Este debut es un gesto valiente, un álbum que le permite reafirmarse como compositor y guitarrista, pero también como creador de un universo propio. Y lo hace respaldado por un aliado tan poderoso como Tom Morello, que ejerce de productor, guitarrista adicional y brújula creativa, aportando ese nervio eléctrico que solo él sabe encender.
Lo primero que sorprende en ‘Masquerade’ es su carácter: un disco directo, breve, pero cargado de intención. Es un álbum que respira rock con naturalidad, sin ese artificio que a menudo ensucia los debuts en solitario. Las guitarras de Raggi suenan afiladas, con un tono que mezcla elegancia y suciedad en la medida justa. El trabajo de Morello añade textura, caos controlado y ese lenguaje tan suyo que convierte cada riff en una pequeña, pero inconfundible, explosión.
Las múltiples colaboraciones funcionan como piezas de un mismo engranaje y no como invitados para inflar un cartel. Nic Cester (Jet) aporta descaro en “Getcha!”. Kasabian dejan su marca en “Cat Got Your Tongue”. Incluso la revisión de “You Spin Me Round (Like a Record)” de Dead Or Alive con Alex Kapranos de Franz Ferdinand logra escapar del cliché para convertirse en un guiño eléctrico, algo decadente y lleno de actitud.
A medida que avanza el álbum, el resto de invitados refuerza esa sensación de conjunto bien engrasado. En “Keep The Pack”, la batería de Matt Sorum (ex-Guns N' Roses, Velvet Revolver o The Cult) aporta un pulso firme y áspero, mientras que “Lucy” encuentra un equilibrio singular gracias a la mezcla entre la voz de Upsahl, el bajo preciso de Hama Okamoto y la energía inconfundible de Chad Smith (Red Hot Chili Peppers). Momentos como “For Nothing” vuelven a apoyarse en la contundencia de Sorum, mientras “The Ritz” gana un brillo glam gracias a la interpretación de Luke Spiller (The Struts). El cierre con “Fallaway”, impulsado por la voz profunda de Maxim, introduce un tono más sombrío y cinematográfico que amplía el espectro emocional del disco. Son colaboraciones diversas, sí, pero siempre al servicio de una misma visión que Raggi dirige con mano firme.
La verdadera sorpresa llega cuando el disco baja la guardia. Entre los riffs y la electricidad aparecen matices que delatan a un Raggi maduro, emocional, capaz de buscar ambientes y colores sin perder contundencia. No hay pretensiones, sino una exploración honesta de lo que quiere ser como artista más allá de su trayectoria previa.
‘Masquerade’ no pretende cambiar la historia del rock, pero sí devolverle una dosis de autenticidad, ganas y personalidad. Es un debut que pisa firme y no se esconde tras ninguna máscara. Raggi quiere un camino propio donde desafiar sus propios límites. El futuro dirá hasta dónde quiere llegar, pero este primer golpe demuestra que tiene las herramientas, la actitud y la ambición necesarias.
Un disco que no busca gustar a todos, pero que suena a verdad. Y eso hoy ya es una victoria.
Thomas Raggi es uno de los protagonistas de la portada del número 477 de La Heavy junto al líder de Megadeth, Dave Mustaine, Scorpions, a propósito de su 60º aniversario, los suecos Avatar, que se pasarán el próximo mes de febrero por nuestro país, o el apoteósico doblete de Helloween en Madrid en el marco de su gira 40º aniversario, entre otros contenidos destacados. Puedes hacerte con la revista en nuestra tienda online por 6€, envío incluido, y muy pronto en kioscos y puntos de venta de todo el país por 5€.
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