Si alguien pensaba que cumplir treinta tacos en esto del rock es sentarse a verlas venir, es que no conoce a los hermanos Escobedo. Al margen de lo que nos depare este año que está por venir, el 2025 nos ha dejado un regalo bajo el árbol que apunta a producto gourmet.
El pasado 11 de enero se celebraba en la madrileña plaza de toros de Las Ventas un concierto enmarcado en la Gira XXX Aniversario de Sôber. El que más o el que menos sabe que hubo una etapa de paréntesis en la que Carlos con Manu Reyes, desarrollaron su proyecto Savia, mientras que Jorge, junto a Antonio Bernardini, hicieron lo propio con Skizoo. Por este motivo se hacía imprescindible juntar a estas tres históricas bandas para un concierto que ya está disponible para su disfrute y que, anticipo, es épico.
Sôber, la banda que enseñó a toda una generación qué significaba el metal alternativo en castellano, convirtió el coso madrileño en tres horas de proezas junto a grandes amigos y sorpresas que, si bien no encajaban mentalmente para muchos al principio, después demostraron que el juicio previo no es más que un obstáculo que impide ver la realidad desde otro prisma. Hablo de las colaboraciones de Andrés Suárez en “Blancanieve”, Ruth Lorenzo en “Paradÿso” o Antonio García y Pepe Esteban de Arde Bogotá en “Arrepentido”, artistas que, a priori, no tienen demasiado que ver con este estilo, pero que demostraron raza sobre las tablas, más teniendo en cuenta que les dieron la responsabilidad de protagonizar algunos de sus grandes éxitos.
Tampoco podían faltar a la cita Rafa Blas (Mägo de Oz) en “Naufrago”, Leo Jiménez en “El hombre de hielo”, Kutxi Romero (Marea) en “Diez años” o Duo Kie, con quienes publicaran “Sin Perdón” y que llevaron al directo de una manera brutal, momento de euforia de la que participaron también El Chojin y Ambkor.
El concierto se desarrolló en tres sets que ahora también se muestran en este trabajo, el primero bajo la batuta de Sôber haciendo un repaso a temas de todas las épocas, pero comenzando por el que fuera su primer himno, “La prisión del placer” hasta completar las primeras siete maravillas.
Llegaba el momento de reivindicar ese período de silencio que dejó a Savia y Skizoo desarrollar su propia personalidad, de ahí que quisieran compartir esta gira y adentrarse en una espiral que comenzaba con la banda de Jorge y su “Solo estás tú”. Así se fueron turnando unos y otros entre la potencia vocal de Morti o Carlos con guitarra en mano dejando un gran sabor de boca a los más fieles a todas las etapas. Fue un punto de inflexión emocional con este desfile de bandas hermanas que interpretaron himnos como “Habrá que olvidar”, “Derrotado”, “Fragile” o “Renuncia al sol”.
Sin duda, llegaba el tramo más épico en la tercera parte del show, y “Eclipse” iniciaba a piano el crescendo. Un sonido a la altura de una de las grandes bandas de nuestro país en este triple disco que te moverá a un inicio de siglo que parece no haber terminado. “Arrepentido”, “Brazos altos, caras bajas”, junto a Charly López al violín, y “Diez años”, en la que se puede escuchar al público aullar junto a Kutxi Romero, precedieron a “Naufrago”, con la que pusieron foco sobre todos los que habían hecho posible este bolazo, o esa despedida que siempre pone los pelos de punta: “Loco”.
Es emocionante ver cómo canciones compuestas por unos chavales hace treinta años han crecido y madurado junto a sus creadores sin perder un ápice de grandeza. Sôber ha sobrevivido a modas, a separaciones y a la industria gritando alto que están más vivos que nunca. Lo podrás comprobar también en el DVD que contiene el trabajo y que refleja aquel momento imborrable en un fin de gira que augura nuevos tiempos.
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