Robe
Se nos lleva el aire
El Dromedario Records (2023)
Por: Javier Pérez
9
‘Se nos lleva el aire’ es menos Extremoduro que ‘Mayéutica’, y menos Robe que ‘Lo que aletea en nuestras cabezas’ y ‘Destrozares: Canciones para el final de los tiempos’. ¿Entonces? Pues entonces es una nueva bendición musical para el planeta, únicamente al alcance de los genios tocados por la varita.
Puedes consultar las fechas de la gira 'Ni santos ni inocentes' de Robe en este enlace.
El señor Iniesta sigue con las ideas a flor de piel y, afortunadamente para los que babeamos por cada nueva nota que compone y besamos el suelo que pisa cada disco que se saca de la manga, ha tardado poco en desempolvar los instrumentos y regresar a lo más alto del Olimpo armónico, aquél que él mismo poseyó y abandonó a su antojo, cuando hace apenas dos años lanzó la que hasta ahora resultaba ser su última entrega completa.
Hacer lo que le sale de los mismos, o de donde le salga, le permite estirar sus paisajes vibrantes hasta confines que, si lo hace cualquier otro, corre el serio riesgo de encontrar el acantilado y despeñarse. Sin embargo, nuestro hombre del día es un mago de la palabra y la melodía, de su unificación; sus creencias jamás quedan maquilladas, y donde dice Diego… dice Diego. De ahí que la adoración general le llegue desde horizontes que se desmarcan de los que por aquí gustamos y, por supuesto, embelese a los de siempre.
“El hombre pájaro” se lleva por delante la angustiosa espera en la que nos rebozábamos desde que se anunció la fecha de este alumbramiento, con calma tensa, de abajo arriba; con soltura y sofisticación. Los pelos de punta al imaginar la que nos va a caer. En la segunda de la lista te agarras los machos que viene cruda. “Viajando por el interior” es una pieza de rock duro aderezada con un sinfonismo que no es nuevo y, aún con todo, sorprende su ágil conjunción. La que oficialmente sirvió de adelanto, “Nada que perder”, se erige con soberanía entre lo mejor de lo mejor. De lo mejor. Tremenda maravilla que va y viene, que cae y levanta; finura brillante entre acordes y líricas que te mecen.
“A la orilla del río” también la conocíamos, aunque, si no me equivoco, únicamente los que le hayamos visto en directo en los últimos periplos. Si no es tu caso, vas a mendigar más de esto en los próximos meses. Otra, y ya van unas cuantas, brutalidad compositiva que se desenvuelve con alegría y gracia. La presteza y claridad que la modelan te conducen hacia un estribillo variable y eficiente.
Los más de nueve minutos que ocupan “El poder del arte” les permite explayarse sin trastornos; cabe todo y desenfundan con temeridad hacia el correteo, echando el freno sin mirar atrás cuando creen que es conveniente… Guapísima.
Con “Haz que tiemble el suelo” tengo más dudas; tiene recovecos que entusiasman y aspectos que quizá no me han cuadrado tanto. Me cambia rápido el gesto al sonar “Puntos suspensivos”, porque regresan al estrado la compleja facilidad que gastan cuando Robe golpetea las teclas adecuadas.
“Ininteligible” no esperaba yo que fuera a aparecer por aquí; no sé porqué, en mi cabeza rondaba la idea de que fue un sencillo que salió por ahí desperdigado y que se iba a quedar en eso. Es bien recibida, por supuesto, pero en su momento me desilusionó algo viniendo de donde veníamos, y sigo con el mismo runrún.
Tras estos rugidos pegan un nuevo giro de guion en “Adiós, cielo azul, llegó la tormenta”; de nuevo recubren la sinfonía con destellos de claridad que arropan una letra con cierta decadencia raramente positiva. Para la liquidación se guardan “Esto no está pasando”, una de esas extrañas concepciones que a Robe siempre le ha gustado colar en las desembocaduras de algunos álbumes, como pudiera ser “Me estoy quitando”, “Estado policial” o “Villancico del Rey de Extremadura”. Un corte con una lírica directa, repitiendo a modo de estribillo trasero y de manera constante “no me jodas”; más frenética que sus precedentes y bastante resultona.
Robe no sabe hacer otra cosa que publicar barbaridades. Por poner alguna pega, y es algo que entiendo como muy particular, diría que en ocasiones me sobra el revestimiento con el que se ha forjado su carrera en solitario; pero, amigo, ¿qué sé yo? Sigue siendo el jefe del universo.
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2 comentarios
Pedazos de temas por parte de ROBE y sus buenos músicos pertenecientes a este nuevo álbum.
Es un 9 porque Mayéutica es dios, si no hubiese parido semejante obra de arte éste disco nos parecería redondo.
Se nos Lleva el Aire es un resumen de su evolución musical desde la ley innata, entra desde la primera escucha y poco a poco se va haciendo más grande.
Grande Robe.