Para hacer música se necesita tener algo de técnica y destreza con un instrumento, pero si no eres capaz de transmitir nada con ella, lo único que vas a conseguir es hacer sonar melodías vacías sin personalidad. Eso es algo que el rock sabe desde siempre y los madrileños Kinto Kanto lo han sabido plasmar en su primer redondo, ‘Ópera Kinta’.
Venir desde el sur de Madrid, a buen seguro, les ha ayudado para que ‘Ópera Kinta’ destile sinceridad, pasión y entrega en sus once temas. Cuando un disco empieza como lo hace este con “Un tipo raro”, dejan claras sus intenciones con un punk rock vomitado desde el barrio con ganas de liarla, como ellos mismos dicen en una letra que sirve de carta de presentación.
En “Caballos sin control”, la tranquilidad de un sonido más rockero juega con el doble sentido sin llegar a desbocarse. Algo que sin duda llama la atención son las introducciones que hacen a los temas y que te descolocan, como el poema que inicia “Me da igual”, que es la única pausa que vas a encontrar antes de que pisen a fondo el acelerador.
Esa filosofía la explotan en “Crisis” o en “Instinto homicida”, donde sacan su vena más punk y aplastan en el estribillo apoyados en coros que dan aún más fuerza. Y en “Con la soga al cuello”, el inicio es un medio tiempo muy marcado, hasta que explota a toda velocidad, desarrollando durante toda la canción la historia que merece la pena degustar.
Si tienes reparos a acercarte a un trabajo de marcada influencia punk por ser demasiado lineal, no tengas miedo, porque aquí vas a encontrar un toque western en “Carne de cañón”, que tiene una cadencia muy rítmica, casi sin tiempo para respirar, o el predominio del bajo en “Noches de papel”, con un hard rock que acompaña en esa especial velada.
“Historia de un merodemente” es un cañonazo punk que destila barrio. “Guapa, tonta y borracha” tiene un toque rocanrolero, sobre todo cuando acelera al final, y se despiden con “Tan solo una vez”, que comienza tranquilo (tónica habitual en muchos temas del disco) y, cuando esperas la subida de potencia, arremeten con un medio tiempo de toque sentimental, dejando claro que hay que estar atento porque las sorpresas pueden aparecer en cualquier momento con Kinto Kanto.
- Crítica de Kinto Kanto: Ópera Kinta - 28 noviembre 2025
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