La vida puede llegar a dar muchas vueltas. Que se lo digan a Manolo Rock, antaño gurú del underground en Valencia que llegó a ser representante de bandas emergentes, programador de salas legendarias como Gasolinera o Garage y hasta mánager de grupos como Surfin’ Bichos o Comité Cisne, estos últimos de cuando Carlos Goñi (Revolver) era gótico. Con ese bagaje a la espalda, surgió la propuesta original de Huevos Duros, una suerte de proyecto autosuficiente que fue definido por su propio creador como “punk-melódico-doméstico-industrial-lsd”. Toma ya.
Tras una larga hibernación, regresa esta aventura con la incorporación de Gerard Fletcher, un joven inglés residente en Torrevieja que se ocupa de las guitarras y voz al que descubrieron tocando por las calles. Obviamente, esta inclusión condiciona por completo el sonido de ‘Emotional Intelligence’, a caballo entre el post punk contemporáneo, el post rock de ínfulas épicas o el indie rock más oscurillo en la senda de Interpol.
El resultado es una obra sublime, con infinidad de detalles que probablemente no se perciban en la primera escucha, un auténtico festín para aficionados al rock gótico, el industrial de verdad o la cara más sombría del rock alternativo. De esta manera, “Nightmares In My Mind” es un soberbio in crescendo, con la cadencia y el rollo hipnótico del “Angel” de Massive Attack, un descenso a los infiernos no apto para melifluos. Podría incluso ser la banda sonora de alguna película de corte tenebroso o tal vez codearse con el material de Trent Reznor (NIN), lo cual no es decir poco.
“You” se eleva con una dignidad propia del “Sugar” de Editors, diría además que la voz de Gerard Fletcher no se encuentra en realidad muy alejada de la del competente Tom Smith. Una faceta más amable, pero no por ello menos fantasmagórica. “Between Madness and Sky” evoca de inmediato a los mejores Depeche Mode, los de la época de ‘Violator’, por supuesto. No desentonaría para nada esta pieza en cualquier lista de reproducción después de “Policy of Truth” o “World in My Eyes” de los de Dave Gahan.
Cierto aire marcial y maquinal contagia cada rincón de “Into The Hole” y en esta ocasión no puedo evitar acordarme del “Lady Shave” de Fad Gadget, Francis John Tovey siempre en la memoria. Y no conviene desdeñar ese importante ramalazo NIN que posee esta impresionante composición, de lo más logrado del redondo, en un mundo justo reventaría las pistas góticas. Este enfoque industrial lo replican en “Silent Steps” y les queda muy natural, nada forzado, quizás con un poco más de luminosidad que en la canción anterior.
“Life With You” parece haber sido compuesta con la intención de asaltar discotecas indies o alternativas, pero sin descuidar esa pulsión rockera que permanece a lo largo del trabajo por muchos sintetizadores que suenen. “Rider In My Head” ralentiza algo el ritmo, aunque en este género lo importante nunca fue la velocidad sino las emociones que se consiguen transmitir, a un servidor hasta le hizo pensar en Peter Gabriel en la época de “Sledgehammer”. Seguro que otros oyentes se topan con atractivos diferentes.
La rutinaria secuencia de “Work, Home, Drink, Sleep” vuelve a servir de excusa para aminorar las revoluciones, pero eso provoca que la pieza se asemeje al “Wicked Game” de Chris Isaak, un corte de esos envolventes que te va atrapando poco a poco hasta sumergirte en su manto nocturno. El acompañamiento ideal para esos cigarrillos echados en penumbra en un sofá con un tocadiscos de fondo.
“Show Me Your Deepest Secret” insiste en el rock industrial de poso noctívago, con la voz de Fletcher alcanzando probablemente una de sus cotas interpretativas. “Lies Move The World” cierra este encomiable esfuerzo con percusión tribal y una frase muy cierta que se repite cual mantra entre ritmos casi metálicos y guitarras hirientes que se cuelan sin pedir permiso, un broche espectacular.
Hay algunos artistas o bandas a los que no les gusta el calificativo de retro y prefieren sustituirlo por el de atemporal, a pesar de que por sus referencias tengan tendencia a mirar por el retrovisor hacia décadas pasadas. Tal es el caso de este retomado proyecto, que picotea de aquí y allá, por lo que podemos encontrarnos tanto elementos vintage como contemporáneos en un equilibrio muy difícil de conseguir. Es un paseo por Los Ángeles en un descapotable junto a Trent Reznor, Lana del Rey o Dave Gahan, entre otras personalidades. Un viaje apasionante, en definitiva.
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