Dreadsistance

Matria

Beatclap (2022)

Por: Alfredo Villaescusa

9

Siempre he dicho que el futuro musical vendrá del mestizaje. Mezclas imposibles que nos dejarán turulatos y preguntándonos por qué eso mismo no se le había ocurrido a nadie antes. Esto no significa que no sea necesario conservar ciertos parámetros tradicionales, aunque lo cierto es que ya pulula en el panorama demasiada gente otorgando y retirando carnets de autenticidad en base a criterios puramente subjetivos. Abracemos por tanto la música sin fronteras ni dogmas. Y al que le moleste, que mire para otro lado.

La ruptura absoluta de convenciones parece presidir el brillante debut discográfico de Dreadsistance, unos cordobeses formados durante la pandemia que en apenas cinco canciones consiguen abarcar un universo impresionante de estilos y emociones. Desde el jazz al rap metal, sin renunciar a las ínfulas flamencas propias de su tierra o a leves coqueteos con el trap y eso que se llama sonidos urbanos. Y no nos olvidemos de esas letras que meten el dedo en la llaga en todo tipo de vergüenzas, con estrofas que explotan como granadas y dejan una considerable deflagración en los que las escuchan.

Este impresionante festín de talento se abre con un homenaje al sur como “Andalucía”, una particular celebración a esa comunidad que funde con notable acierto folclore andaluz con el rap y metal que caracteriza al grupo. Toda una carta de presentación para lo que se nos viene encima. “Lilit” contiene tantos elementos que casi se torna un auténtico milagro que hayan conseguido condensar aquello en poco más de cuatro minutos, pues hay guitarras contundentes, una soprano, percusión experimental y la impagable contribución de la vocalista Lasyra, con un texto incendiario que denuncia la situación de las mujeres a lo largo de los siglos. Aquí no encontrarás feminismo de salón de privilegiadas con bolsos de marca que se reúnen en torno a una mesa con pastitas, sino pura actitud inconformista ante las injusticias.

“Artemisa” sube todavía más la apuesta en este sentido con ritmos potentes deudores de Rage Against the Machine que seguramente también te recuerden al descaro políticamente incorrecto de Def Con Dos. Esta pieza debería reventar en sus directos sí o sí. Y volvemos a subrayar otra letra de denuncia contra la exclusión social que debería remover conciencias. O prenderles fuego si se quedan impasibles.

“Libertas” es un auténtico canto de rebelión de esa generación jodida que se tragó la crisis y luego la pandemia. Si esta pulsión antisistema es el futuro, que venga pero ya, algo mucho más halagüeño que esa deriva totalitaria de toques de queda y demás fascistadas que hemos soportado en los últimos años ante una escandalosa pasividad. He aquí otro texto que merecería escucharse con atención de la primera palabra a la última. Cualquiera iría de inmediato a quemar contenedores gritando: “¡El pueblo sublevado será superviviente!”.

Y cierran este soberbio trabajo con “Áditi”, una suerte de respiro de leve aire jazz en el aspecto musical, aunque las estrofas siguen conservando el poso incisivo característico del EP. Es interesante cómo ambos elementos se conjugan a la perfección, con la colaboración de Klayt, pese a discurrir por caminos completamente distintos. Un prodigio de andamiaje entre géneros antagónicos.

Frente a propuestas acomodadas que buscan no ofender a nadie, ya se sabe que hoy en día la piel está demasiado fina, he aquí una imparable verborrea que debería llevarse todo lo establecido por delante. Y aquí paz y después gloria. Podrán divisarse nubarrones en lo que respecta a las libertades, pero con semejantes apóstoles del inconformismo nos queda claro que no se producirá ningún paso atrás. Deseando escuchar un larga duración cuanto antes.

Alfredo Villaescusa
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