Chemosphere

Atropos

Maldito Records, 2024

Por: Alfredo Villaescusa

9

Es complicado enumerar todas aquellas cosas que proporcionan una identidad determinada, desde las personas que nos rodean hasta los rincones más recónditos de la mente. Diferentes elementos que van conformando esquemas de pensamiento que nos distinguen del resto de la masa y provocan una emoción tras otra, cada una con su propia belleza. Por muchos avances tecnológicos que existan, el cerebro humano sigue siendo una de las máquinas más complejas e intrigantes del mundo.

Dichas cuestiones sobresalen en el espectacular primer álbum de los alicantinos Chemosphere, con una amplitud de miras que va desde el metal extremo hasta el progresivo contemporáneo, con retazos melódicos y otros fragmentos que les encuadran junto a clásicos del género como Dream Theater, Symphony X, o Haken, si queremos ponernos más actuales. Todo ello aderezado además de una impecable producción en la que hay que pellizcarse varias veces para asegurarse de que este conglomerado sónico es obra únicamente de un poderoso trío capaz de llenar hasta el último rincón.

De esta forma, tras la intro homónima, nos recibe “Deviants”, que sin duda apelará de inmediato a fans de Opeth, Tool, Pain of Salvation y similares. A cualquiera que le venga a la cabeza ese progresivo de intrincados cambios de ritmo hay que decirle que está en lo cierto y no, pues los tonos guturales imprimen una fuerza pocas veces escuchada en un estilo que muchos tienen por más o menos reposado. He aquí un corte que te hará desterrar ese prejuicio absurdo.

“Unrest” evoca, por otra parte, a los Dream Theater de “Pull Me Under” o ‘Images and Words’, aunque el matiz extremo vuelva a situarles en una contundencia que jamás soñaron los de James LaBrie. “Monster” se acerca más al heavy tradicional, pero sin perder ese halo prog que en ningún momento se antoja excesivo o aburrido. Me atrevería a decir que sus canciones resultan un auténtico viaje de sensaciones, adentrarse en tierras desconocidas con giros inesperados, que precisamente son los que te hacen prestar mayor atención.

“Time Won’t Last” sube todavía la apuesta, con un ambicioso corte que bascula entre la calma y la tempestad. No es de extrañar que haya sido una de sus cartas de presentación en forma de single, al igual que la canción que cierra el disco “To Reach Beyond”, otro impecable despliegue de talento compositivo.

Y uno de los instantes destacados del redondo llegaría con “The Laws of War”, que denuncia la injusticia de la guerra a través de más de siete minutos en los que cabe doble bombo a todo trapo, voces guturales, ritmos pesados de los que cortan el aire y hasta un solo de clarinete. Como decía aquel, no te pido que lo superes, solo iguálamelo.

“All That Is To Come” podría aproximarse a Meshuggah por su densidad, mientras que “Gemini” recupera algo de ímpetu sin perder su identidad prog, que ya hemos dicho que nada tiene que ver con otras propuestas más sosegadas. Y “Astral Projection” se mueve en parámetros más tradicionales que apelarán a los cafeteros del género, con mención expresa para el intervalo rockero que meten a mitad de la canción.

Tira a la basura todo lo que te dijeron que era o debía ser el metal progresivo, he aquí una brillante excepción en el palo que te hará agitar la cabellera en ciertos instantes en vez de acariciarte la barbilla con gesto interesante. Un derroche de talento de esos que solo suceden con la frecuencia de los eclipses solares. Adéntrate en esta capa desconocida de la atmósfera.

El flamante álbum de Chemosphere forma parte de los contenidos que encontrarás en el número 465 de La Heavy, con Robe en portada liderando con una gran entrevista en exclusiva los contenidos que esperan en las páginas de la revista: Iron Maiden, Deep Purple, The Offspring, Gun, Myles Kennedy, Seether o los escoceses Gun entre muchos otros. Corre a tu kiosco o visita nuestra tienda online para no perderte nada.

Alfredo Villaescusa
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