Canet Rock 1975: 50 años de las “12 horas de música y locura”

26 julio, 2025 4:39 pm Publicado por  Deja tus comentarios

Apenas dos semanas después de “La invasión de la cochambre” en Burgos, otro festival pionero que ha pasado a la historia como uno de los eventos de mayor trascendencia de aquellos años fue la primera edición del festival Canet Rock, celebrado en la bella localidad costera catalana que le da nombre los días 26 y 27 de julio de 1975. Una primera edición llevada a cabo todavía bajo el régimen franquista y sin el permiso del gobierno, que no fue finalmente concedido hasta el 23 de julio, dos días antes de abrir las puertas del recinto.

Canet Rock se planteó, dentro del contexto social, político y cultural del momento, no solo como un abierto desafío al sistema, sino como una reivindicación tanto de la contracultura, de la transgresión y del rock como lenguaje reivindicativo como de un rock musicalmente muy diverso estilísticamente, pero que tenía como nexo común el expresarse en catalán. Allí, en torno a la participación de grupos y solistas como la Companya Eléctrica Dharma, Iceberg, Pau Riba, la Orquesta Platería o Sisa, entre otros, empezó a tomar forma lo que se empezó a llamar “rock layetano”, germen de lo que años más tarde sería el “rock català”, que lanzó a la fama a grupos como Lax´n´Busto, Sopa de Cabra o Sangtraït.

Canet Rock fue, en esencia, la evolución de un evento de otra naturaleza cuyos orígenes se remontaban a finales de los años sesenta. En agosto de 1969 se celebró en las pistas del Tennis Club de Canet por parte del Grup de Pioners de Canet, cuyo líder era Joan Ramón Mainat, hermano de Josep María Mainat de La Trinca, un primer encuentro de “cançó” catalana con las actuaciones de Lluís Llach, Ovidi Montllor y Francesc Pi de la Serra. Ante el éxito de la iniciativa, que congregó a 500 personas, en abril de 1970 organizaron otro recital, con mayor asistencia.

Estos conciertos dieron lugar a la creación en 1971 de las “sishores de cançó” de Canet, evento anual que al ir creciendo en cada nueva edición, animó a sus organizadores, los promotores de las conocidas salas de conciertos de Barcelona Zeleste y Pebrots (a la que estaban muy vinculados los miembros de La Trinca). Estos dieron un paso adelante y decidieron apostar por un festival en el que la “cançó” catalana se fusionara con el emergente rock catalán y con las tendencias más vanguardistas a nivel musical en aquel momento.

Imbuidos por ese espíritu, el cartel del Canet Rock incluyó a la Orquestra Mirasol, la Companya Elèctrica Dharma en una performance inédita con el grupo de teatro Els Comediants, Pau Riba, Jordi Sabatés, María del Mar Bonet, Fusioon, Ia & Batiste, Barcelona Traction, Iceberg y la Orquestra Platería, más la incorporación del legendario Gualberto, uno de los fundadores de Smash, y de Lole y Manuel, la pareja que transformó y renovó el flamenco en un sentido vanguardista y de fusión con otras tendencias. Aunque estaba anunciada también la actuación de Sisa, la delegación prohibió expresamente que el músico catalán se subiera al escenario, con lo cual y a modo de protesta por tal censura hicieron sonar por los amplificadores su canción “Qualsevol nit pot sortir el sol” en un escenario sin iluminar, donde sólo había un micrófono. No obstante, en la segunda edición de 1976, Sisa ya pudo actuar sin problemas y sin censura.

Más de 40.000 personas acudieron al festival, convirtiéndose así en la más multitudinaria de las citas que se celebraron hasta 1978, la última edición de esta fase inicial del festival. Para dejar constancia de la magnitud de este evento y de manera similar a como se hizo con los festivales de Monterey o Woodstock, se rodó una película documental sobre el concierto dirigida por Francesc Bellmunt que se estrenó en diciembre de 1976.

Canet Rock fue un festival que además de marcar un antes y un después, no solo en la difusión, el crecimiento y la consolidación de la música catalana de vanguardia, significó incluso en determinados ámbitos un revulsivo en el ámbito del catalanismo político, y análogamente a como sucedió con el festival de Burgos, fue un hito que rompió barreras y animó a la incipiente escena de festivales de rock en el Estado español a avanzar en ese sentido.

Así sucedió con el propio festival de Canet, que llegó en sus últimas ediciones a internacionalizarse y a contar en su cartel con Nico y Ultravox, o con el Primer Enrrollamiento Internaconal del Rock de León en 1976, con la presencia, entre otros, de Atila, Triana, Iceberg, Bloque, Coz o Asfalto o el Rocktiembre celebrado en 1978 en Carabanchel, Madrid, en el que participaron Teddy Bautista, Topo, Mad, Leño o Coz y del que también se rodó la legendaria película ‘Nos va la marcha’, con banda sonora editada por Chapa Discos en 1979.

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