Bruce Dickinson reedita “Balls to Picasso”,  el verdadero inicio de la carrera en solitario del frontman de Iron Maiden

Blog: Mariano Muniesa

24 julio, 2025 6:00 pm Publicado por  1 Comentario

Hace ahora 31 años, cuando en la primavera de 1994 se cumplía un año del anuncio de que Bruce Dickinson abandonaba Iron Maiden, se puso en circulación su segundo álbum en solitario, ‘Balls to Picasso’. Hoy, el clásico álbum de Bruce Dickinson del 94, mejorado, remezclado y enriquecido con algunas versiones en directo de alguna de sus canciones, se reedita en CD y doble LP bajo el título de ‘More Balls to Picasso’. Un disco que mostraba a un artista en evolución, en busca de una reafirmación de su personalidad que superase tópicos o arquetipos que el mítico frontman quería dejar atrás. Mariano Muniesa recupera de sus archivos mucho del material periodístico que en su día se publicó acerca del disco y algunas historias que seguramente no sospechabas.

¿Un álbum cerrado en falso?

Mucha de la gente que conoce más en profundidad a Bruce Dickinson asegura que cuando, tras el concierto final en los Pinewood Studios de Londres en el verano de 1993, su desvinculación de Iron Maiden ya fue total y definitiva, se encontró, paradójicamente quizá, en una situación de gran incertidumbre. Sabía lo que ya no quería seguir haciendo, heavy metal tradicional al estilo Maiden -no olvidemos que en esos años vocalistas tan emblemáticos del género como Rob Halford, Joey Belladona o Vince Neil dejaron sus bandas provocando una situación de crisis en el heavy metal tradicional, que en opinión de gran parte de la prensa musical pasó a ser un género en recesión- pero parece ser que tampoco tenía muy claro que quería hacer a partir de ese momento. Ello se reflejó con toda claridad en ‘Balls to Picasso’

El 25 de julio se pone a la venta ‘More Balls to Picasso’, reedición que incluye versiones inéditas de “Gods of War” y “Shoot All the Clowns” además del refuerzo de guitarras, arreglos orquestales, vientos y la remezcla de Brendan Duffey.

Y ello se explica cuando se supo que se llegaron a grabar hasta tres versiones diferentes de este disco. La primera tuvo como grupo base para acompañar al solista a una excelente banda de hard rock clásico que, de hecho, teloneó varias de sus giras, así como las de Iron Maiden, Skin, y a Chris Tsangarides -Y&T, Barón Rojo, Whitesnake, etc.- como productor, y se grabaron trece canciones, algunas de ellas descartes y “songs in progress” de su primer disco en solitario de 1990, ‘Tattoed Millionaire’.

El resultado final era básicamente un ‘Tattoed Millionaire II’, de manera que Dickinson decidió empezar de nuevo y grabar un álbum distinto, poniendo detrás de la mesa de mezclas a Keith Olsen, con quien parece ser que sí encontró el tipo de sonido y orientación musical que quería para este inicio de su nueva carrera en solitario. Es más; la compenetración entre ambos fue tal que Bruce Dickinson señaló que Olsen fue casi más que él mismo el artífice de ese disco.

En declaraciones a Kerrang!, en el verano de 1994: “Trabajar con Keith Olsen ha sido una de las experiencias más increíbles que me han sucedido desde que estoy en la música. En Inglaterra tú puedes estar trabajando en un estudio y puedes reírte sobre lo que estás haciendo con el ingeniero de sonido, gastar bromas, ya sabes, pero con Keith la música es como una religión. En todos los días que estuvimos juntos, no hablamos de otra cosa que no fuera música. No me preguntó por mi familia, ni me habló de su equipo de fútbol, en su mente no hay otra cosa que no sea la música. Las 24 horas del día”.

En ese contexto, Dickinson prefirió también otra clase de músicos para el proyecto. En lugar de Skin, y a sugerencia de Keith Olsen, Dickinson contactó con Roy Z, reputado guitarrista que lideraba en 1994 una conocida banda en California, Tribe Of Gypsies, de rock y metal latino, el cual se involucró totalmente con el frontman, co-escribiendo con él alguno de los temas que integraron finalmente el disco, y cuyos músicos (Eddie Casillas en el bajo, David Ingraham en la batería y Doug Van Booven en la percusión) fueron la banda que grabó el álbum. Entre diciembre de 1993 y marzo de 1994 este equipo sería el que dio forma a lo que hoy conocemos como ‘Balls To Picasso’.

Festival Bal D'Or, Circuit Paul Ricard, Le Castellet (Francia)

Ante la noticia de la reedición de este disco y de ahí el encabezamiento del subtitular de este artículo sobre el cierre en falso de la grabación de este disco, cabe decir que es perfectamente comprensible que en las circunstancias que hemos detallado, y a pesar de que Roy Z y Keith Olsen apoyasen y dieran una confianza en sí mismo notabilísima a Bruce Dickinson en un momento en el que el rock vivía una transformación y un cambio hacia no se sabía muy bien donde, ese disco, toda vez que Dickinson lo escuchase con la perspectiva del tiempo, lo encontrase incompleto.

En recientes declaraciones al calor de la noticia de la reedición, aseguraba: “Mientras mezclaba todo mi catálogo en Dolby Atmos, tenía un deseo constante de reeditarlo y reinventarlo. Añadir más “Balls” – más pelotas- a ‘Balls To Picasso’ ha sido una labor hecha con cariño y con ganas, por decirlo de alguna manera, de cerrar el círculo. Por supuesto, reforzamos las guitarras y también añadimos algunas nuevas para lograr la fuerza que tal vez no logramos en la grabación original”.

El compositor brasileño Antonio Teoli, análogamente a como hicieron por ejemplo Sepultura en sus discos más determinantes de los 90, añadió a esta nueva versión del álbum unos arreglos orquestales impresionantes y en una contribución única, añadió instrumentos indígenas del Amazonas -grabados por él mismo cuando vivía allí- al comienzo de “Gods Of War”. Junto a ello, la nueva versión de “Shoot All The Clowns” cuenta con una sección de vientos liderada por profesores del Berkeley College of Music, contando también con una versión en directo de esta misma canción junto a la de “Gods Of War”. La mezcla de Brendan Duffey -The Mandrake Project-, con notas de Shay Baby, es otro de los atractivos que ofrece esta reedición de ‘Balls To Picasso’.

El Fantasma de la Opera se apodera del estudio

Black Sabbath comentaron muchas veces como cuando grabaron ‘Sabbath Bloody Sabbath’ en los Clearwell Castle Studios les ocurrieron cosas inexplicables, atribuidas solamente a experiencias de tipo sobrenatural. Entre ellas, la aparición de un fantasma que todos aseguraron ver por unos de los pasillos de aquella estancia. Cuando Deep Purple estaba grabando ‘Burn’, de pronto aparecían citas grabadas al revés, un inexplicable e intenso olor a azufre aparecía sin explicación posible y unos sorpresivos cortes de luz iban acompañados de unos terroríficos y escalofriantes gritos que parecían estertores agónicos de alguien que estaba a punto de morir que, por supuesto, no aparecían por ningún rincón del estudio.

Bien, pues esta aterradora atmósfera tan típica de las películas de terror de la productora Hammer de los años 70, Bruce Dickinson aseguraba en declaraciones a Kerrang! que se reprodujo en los Ramport Studios, donde se enfocó la fase final de la grabación de ‘Balls To Picasso’: “Nos habían dicho que en Ramport había un fantasma y nos lo tomamos a cachondeo, pero resultó ser verdad. ¡Había un fantasma! Roy lo vio. Te aseguro que Roy no bebe, ni toma pastillas ni alucinógenos, pero jura que vio al fantasma. Y lo cierto es que en el estudio, sin que existiera ninguna razón lógica para que nada de eso sucediera, había cintas que se grababan al revés, cables que cortocircuitaban y se quemaban… ¡hubo sesiones de grabación en la que creí que nos íbamos a volver locos! y para colmo de males, una noche unos delincuentes intentaron entrar en el estudio para robar equipo y tuvimos que llamar a la policía en mitad de la madrugada. Apareció allí un inspector… ¿y sabes cuál era su número de placa? ¡666! ¡Impresionante! Cuando tomó acta de todo y se marchó, no podíamos parar de reír”.

El disco que Bruce Dickinson nunca hubiera podido hacer como cantante de Iron Maiden

Lo mantuve siempre: Desde 1990, y muy especialmente en los conciertos de la gira ‘Fear Of The Dark’ que vi en 1992, se notaba que Bruce Dickinson seguía como cantante de la doncella, pero se percibía claramente que su espíritu, su ánimo, hasta su actitud en determinados gestos muy significativos, revelaban que su marcha de Iron Maiden era solo cuestión de tiempo, y efectivamente así fue a primeros de 1993.

En las declaraciones que he recopilado y que Bruce hizo a nuestro Kerrang! en ese momento, aseguró: “No es que ocurriera ningún problema personal entre nosotros ni ningún enfrentamiento ni nada parecido, simplemente sentí que con Iron Maiden ya había quemado una etapa de mi vida y al mismo tiempo, sentía la necesidad de hacer algo nuevo, algo diferente como artista. Por eso dejé Iron Maiden. Te diré más, después de la grabación de ’Powerslave’, el resto de discos que grabé con ellos, precisamente porque nos llevábamos muy bien y estábamos de acuerdo en todo, empezó a convertirse en una rutina, en algo previsible, incluso aburrido… creativamente, empecé a perder la motivación después de ‘Seventh Son of A Seventh Son’”.

Paradójicamente – o tal vez no-  la primera persona que se dio cuenta de esa situación fue el manager de la doncella, Rod Smallwood, e incluso tal vez le proporcionó la motivación para atreverse a dar el paso de decir: “Me voy de Iron Maiden”. Según Dickinson: “Rod notó perfectamente que no me encontraba a gusto en el grupo y me lo dijo abiertamente. Incluso cuando escuchó las maquetas que preparaba para este disco, me lo dijo: “Bruce, necesitas desarrollar estas ideas a otro nivel. Si quieres seguir por este camino, lo mejor es que dejes el grupo y sigas tu propia hoja de ruta”.

De hecho, Rod Smallwood tuvo una reunión con el resto del grupo antes de que Dickinson les comunicase su decisión de irse e hizo en cierta manera de mediador antes de que Bruce, en una segunda reunión, les anunciara que iba a hacer pública su decisión de no continuar en Iron Maiden.

Testimonio de una época

Foto: Simon Fowler

Con independencia de que ‘Balls To Picasso’ mostrase a Bruce Dickinson como un artista en transición, en una suerte de evolución cuyo destino final no estaba definido y que intentaba encontrar su lugar en una industria musical que se encontraba en parecidas o iguales circunstancias, es un disco de una extraordinaria calidad musical, de un estilo sumamente personal dentro de un panorama en el cual no era inhabitual que todo el mundo quisiera sonar como Pearl Jam, Nine Inch Nails o Soundgarden.

Aún así, no todo el material de este disco dejó una huella duradera. “Hell No”, “1000 Points Of Light”, “Laughing In The Hiding Bush”, “Shoot All The Clowns” -escrita según las especificaciones de la discográfica, que necesitaban algo parecido a Aerosmith- y “Fire” fueron canciones que, con independencia de su calidad, no tuvieron el mismo impacto que la celebérrima e intensa balada “Tears Of A Dragon”, “Gods Of War”, muy influenciada por la guerra de disgregación de Yugoslavia, que estaba en su máximo apogeo en torno a 1993-94 o “Sacred Cowboys” – sin las estrofas de rap- los temas más aplaudidos por la crítica de ‘Balls To Picasso’, precisamente por que eran los más cercanos a Iron Maiden o a ‘Tattoed Millionaire’.   

No sería justo decir que el segundo disco de Dickinson es frío o demasiado influenciado por la corriente musical del momento – lo sería mucho más ‘Skunkworks’ en 1996- pero carece por momentos de ese toque humano y de esa actitud de indiferencia hacia la moda que habían sido sellos distintivos de su obra hasta entonces.

‘Balls To Picasso’, que mejora considerablemente con esta nueva readaptación, es básicamente un disco propio de un artista que se debate entre la lealtad y la influencia de sus raíces más profundas y la evidente consciencia de la necesidad de dar un paso adelante y romper con determinados anclajes para pasar la aduana de un futuro que solamente existió a corto plazo. De lo cual se dio cuenta perfectamente cuando tras el fracaso de ‘Skunkworks’, se planteó seriamente que debería empezar a tender puentes para aproximarse de nuevo a Iron Maiden.

Pero eso, como decía Rudyard Kipling y yo subrayo a menudo, ya es otra historia…

Redacción
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1 comentario

  • Juandie dice:

    Lo veo de puta madre la reedición de uno de los mejores álbumes en solitario del mitico BRUCE DICKISON como es el gran Balls To Picasso.

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