50 años del Verano del Amor: las diez bandas que pusieron la banda sonora a la revuelta

21 junio, 2017 10:50 am Publicado por  Deja tus comentarios

6. Joe Cocker: “With A Little Help From My Friends”

Sin movernos de Woodstock, ningún artículo serio sobre la contracultura debería ignorar a este genio de voz portentosa de las que sacuden almas y cuya pérdida todavía se sigue sintiendo. Bregado ya en eventos multitudinarios a finales de los sesenta, el productor Denny Cordell convenció al organizador Artie Kornfeld para que incluyera en el plantel estelar de Woodstock a Cocker junto a su Grease Band. Debido a las inmensas multitudes tuvieron que llegar al escenario en helicóptero y en el repertorio que escogieron para la ocasión había piezas con títulos tan evocadores como “Let’s Go Get Stoned” o este canto a la amistad de The Beatles que alcanzó tanta popularidad hasta el punto de eclipsar a la original.

Cuentan que los propios Paul McCartney y George Harrison se quedaron tan impactados al escuchar su versión de “With A Little Help From My Friends” que hasta le permitieron utilizar sin problemas “Something” y “She Came In Through The Window”  para su segundo álbum. Y esa gente no se solía casar con nadie. Lección magistral de cómo transformar algo inocente e inofensivo en un enorme himno del soul.

7. The Doors - “Break On Through (To The Other Side)”

Pero si algún grupo ejemplificaba de verás el cuelgue hippie esos eran Jim Morrison y compañía, que surgieron en Venice Beach, el epicentro de la movida contracultural de la época y no tardaron en labrarse una fama por sus actuaciones incendiarias en las que podían alargar las canciones hasta los treinta minutos. Aprovechándose de la escasa afluencia de un local modesto como el London Fog, tornaron sus directos en una especie de campo de pruebas donde refinar sus habilidades en las distancias cortas y dotar a su repertorio del misticismo necesario para conectar con la juventud transcendental de entonces.

“Break On Through (To The Other Side)” habla precisamente de eso, de alcanzar el otro lado, suponemos que a base de drogas varias. De sobra es conocida la polémica que hubo con aquella estrofa en la que mencionaban la palabra “high” que se vieron obligados a eliminar para que no pusieran pegas en las timoratas emisoras norteamericanas. Esa versión censurada se volvió tan familiar para los oyentes que apareció en todas las reediciones hasta 1990 e incluso hoy en día por ese mismo motivo muchas recopilaciones y radiofórmulas siguen prefiriendo esa original de estudio amputada. Ojos que no ven, alusiones que desaparecen.

8. Creedence Clearwater Revival - “Fortunate Son”

Vale, quizás por su ausencia de carácter psicodélico vincularles con el movimiento hippie resultaría temerario, aunque ¿puede existir algo más contracultural que aludir al incontestable hecho de que las clases pudientes nunca iban a primera línea de fuego en Vietnam? Para eso ya estaba la carnaza afroamericana y diversos parias que la sociedad del bienestar tampoco echaría demasiado de menos. Toda una crítica rotunda a los patriotas de hojalata, esos que van siempre con su banderita, pero luego tienen cuentas en Suiza, o en este caso, los que apoyaban el uso de la fuerza militar y luego jamás se calzaban un uniforme para ir ellos mismos al tajo.

La letra está inspirada en un evento real, en concreto, en la boda entre David Eisenhower, nieto del presidente Dwight David Eisenhower, y Julie Nixon, hija del también presidente Richard Nixon. Así lo recordaba el autor John Fogerty en unas declaraciones a Rolling Stone: Julie Nixon estaba saliendo con David Eisenhower y te daba la sensación de que a ninguno de ellos le iba a afectar la guerra. En 1968 la mayoría del país pensaba que la moral entre las tropas era elevada y un 80% estaba a favor de la guerra, pero algunos que observábamos con atención sabíamos que íbamos derechos al desastre”. Las élites, la casta, el nombre es lo de menos, los protagonistas continúan siendo los mismos.

9. Love - “7 and 7 Is”

Y pese a que surgieron en plena época psicodélica lo cierto es que esta banda capitaneada por Arthur Lee más bien podría encuadrarse dentro del primigenio protopunk que explotaría pocos años más tarde con MC5 o The Stooges. No en vano entre los fieles a su legado encontraríamos a The Jesus & Mary Chain, con William Reid llevando una camiseta del grupo en el vídeo de “Head On”, The Damned, que grabaron “Alone Again Or” para su álbum ‘Anything’, o los macarras escandinavos The Hellacopters, que incluyeron “A House Is Not A Motel” en el single ‘High Energy Rock & Roll’, aunque sustituyendo la sutileza del folk lisérgico por su faceta más garajera.

En esa impresionante paleta estilística que abarcaba desde el pop barroco tan del gusto de los sesenta hasta el jazz, blues o flamenco había claros exponentes que anticiparon el punk más de una década antes, caso de “7 and 7 Is”, un trallazo de levantarse del sitio que parece mentira que fuera compuesto en 1966. Con un amor de juventud con el que compartía la fecha de cumpleaños como telón de fondo, Arthur Lee descargó aquí todas las frustraciones de la vida adolescente a un ritmo tan frenético que el batería fue incapaz de grabarlo en el estudio ni en 30 tomas, por lo que el propio Lee acabó sustituyéndole a las baquetas. Autosuficiencia en estado puro.

10. Cream - “Strange Brew”

Como precursores del hard rock materializado en el uso del pedal wah-wah tal vez parezcan un tanto alejados de la floreciente escena hippie y así parecía en un inicio cuando llegaron  por primera vez a EE UU para tocar nueve fechas consecutivas en el Brooklyn Fox Theater de Nueva York en marzo de 1967. Pero en agosto de ese mismo año, en pleno Verano del Amor, regresaron para una gira en calidad de cabezas de cartel en la que recalaron en San Francisco y Los Ángeles y entonces se convirtieron en una influencia determinante para multitud de bandas que adoraban esas monumentales jam sessions que podrían alcanzar casi la media hora.

“Strange Brew” es un claro ejemplo de ida de olla sin perder por completo esa sensibilidad pop de la que intentaban despojarse por completo en sus directos. La letra seguía la tradición ambigua, pues no se sabe exactamente si el extraño brebaje al que se refiere el título es una mujer o una droga. Lo que está claro es que “mata lo que está dentro de ti” y provoca un buen cuelgue seguro. A flipar, hermanos.

Redacción
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