Entrevistas |Ken Casey (Dropkick Murphys)
«En Madrid estrenaremos unas pocas canciones nuevas, concretamente el nuevo single que sale ese día y su cara B, y tal vez alguna más»
Por: Jason Cenador
Emblema consagrado del celtic punk norteamericano, el grupo oriundo de Boston (Massachusetts, EEUU) permanece fiel a sus raíces y a sus principios, y trabaja intensamente en su nuevo álbum en las postrimerías de una nueva gira europea que comenzará el próximo 28 de enero en el Palacio Vistalegre de Madrid, en el que será su único concierto en España. Afable, terrenal, familiar y dicharachero, Ken Casey, bajista y vocalista de una banda siempre divertida e infalible, mantiene una larga y reveladora conversación con Jason Cenador.
Han transcurrido ya más de dos años desde que pusisteis en circulación vuestro último álbum. Aunque está claro que sois una banda de directo, ¿no tenéis en mente la publicación de un nuevo disco en 2020?
“Sí, de hecho ahora mismo estoy sentado afuera del estudio donde estamos grabando. El nuevo single será publicado justo el día del concierto de Madrid, así que ese día esperamos que sea la primera vez que los fans puedan escucharlo también en directo. Nuestro plan ahora es grabar dos temas que estarán incluidos en el próximo disco y dos caras B, una por cada single. Uno se publicará a finales de enero y el otro en marzo, que quizá sea sucedido por un tercero en mayo. Y después de eso, saldrá el álbum. En enero grabaremos todo el disco. De hecho, salimos hacia Madrid el día después de terminar en el estudio de grabación”.
“El nuevo single será publicado justo el día del concierto de Madrid, así que ese día esperamos que sea la primera vez que los fans puedan escucharlo también en directo”
¿Qué nos puedes adelantar de estas nuevas canciones que estáis empezando a grabar y de la fecha de lanzamiento que os habéis planteado para el disco completo?
“Saldrá en algún momento entre mayo y septiembre. Estamos tratando de clarificarlo ahora. Diría que el disco, si tuviera que describirlo, va a ser divertido y alegre. El anterior disco coincidió con tiempos sombríos para nosotros, en los que experimentamos muchas tragedias y perdimos muchos amigos por temas de drogas y tal. Y pienso que siempre hay un efecto rebote tras eso. Siempre escribimos sobre las cosas que ocurren en nuestra vida, lo cual no significa necesariamente que aquel disco fuera depresivo ni nada parecido. Ahora hemos decidido hacer no quiero decir que canciones alegres, pero sí tratar de poner una sonrisa en las caras de la gente y hacer temas más accesibles. Creo que es un efecto rebote natural con respecto al anterior disco”.
¿Dirías, por lo tanto, que nos encontramos a las puertas de uno de los discos más festivos de la trayectoria de Dropkick Murphys?
“Eso lo determinará el oyente. Siempre tenemos algunas canciones que tal vez son divertidas, porque no nos gusta tomarnos muy en serio a nosotros mismos, pero también pienso que hay cosas sobre las que escribimos que son muy serias. Puede haber temas en los que la letra sea seria pero en la música no hay acordes menores y resulta brillante y alegre, aunque la letra puede seguir siendo oscura. También puede ocurrir que una letra sea alegre y la música tenga acordes menores y cierta oscuridad. Siempre hay como un equilibrio. Hay algunos de temas que van sobre nuestro amor a la música, las bandas que nos gustaban cuando sacamos el primer disco, cuando además teníamos un bar, y son divertidos. Diría que hay tres temas que tratan simplemente sobre la música y el impacto que ha tenido en nuestras vidas no solo por formar parte de una banda, sino también por cómo agitó nuestras vidas desde que éramos niños”.
Dropkick Murphys y vuestro estilo en general en Estados Unidos ha estado siempre vinculado a los descendientes de la clase trabajadora de origen irlandés. ¿Os sentís muy identificados con ello?
“Sí, por supuesto, nosotros hemos crecido así. Tal vez ahora tengamos una visión más global del mundo y podamos ver más cosas, pero siento que nuestra forma de hacer música se remonta más atrás en nuestras vidas, cuando éramos jóvenes, a nuestras vidas en familia, a cómo nos hemos criado. No creo que jamás se nos quite esa influencia de ser una banda con raíces en la clase trabajadora. Es lo que somos, y la identidad irlandesa en ciudades como Boston ha tomado una parte enorme en nuestras vidas. La desegregación es algo bueno, es bueno que el mundo esté más mezclado y la gente se conozca entre sí, pero, por otro lado, cuando éramos jóvenes y crecimos en la proximidad de las casas de nuestros primos, nuestros amigos, y podíamos ir a la casa de cada uno y vivir en comunidad, eso nos marcó en la vida. Nos marcaron la familia, los amigos y la música, la gente que tocaba música tradicional irlandesa, es algo muy cultural. Ahora, mis primos y mis amigos vivirán como a media hora de mí o una hora, porque en el barrio donde crecimos, en la ciudad, vivir cuesta millones de dólares, de manera que mi gente ya no está en la casa de al lado. Cuando nosotros crecimos, mi abuela, la familia, las tías, los tíos, la música, las fiestas… estaban en la puerta de al lado, y la cultura estaba muy viva. Ahora, en una ciudad como Boston hay tanta demanda de vivienda que nadie se puede permitir vivir ahí, donde creció, así que uno se tiene que mudar más y más lejos de la ciudad para poder permitirse una vivienda. Antes era al revés, para los que vivían en la ciudad era un éxito mudarse a las afueras”.
“Nosotros no somos como Aerosmith, no tenemos millones de dólares. Yo puedo caminar tranquilamente por Boston”
Tras 23 años de carrera y después de haber alcanzado un éxito tan masivo, ¿cómo habéis evolucionado a nivel musical y personal?
“Mi vida ha cambiado mucho, mi hija mayor acaba de cumplir 18 años, nació en 2001. En ese año lanzamos un DVD y en una de las escenas sale ella en su primer concierto en un backstage. Y entonces llevábamos ya cinco años con la banda. Ahora, entre los miembros de la banda, tendremos siete u ocho hijos en total, de manera que nos planeamos mucho las grabaciones y las giras, porque a veces uno tiene un cumpleaños, otro tiene una cita en el colegio… La vida cambia drásticamente, pero así son las cosas. Como personas, somos las mismas, uno es quien es, uno es cómo ha crecido. Nosotros no somos como Aerosmith, no tenemos millones de dólares. Yo puedo caminar tranquilamente por Boston. Por suerte tenemos la popularidad perfecta, tenemos dinero suficiente para pagar nuestras facturas pero no tanto como para habernos cambiado la vida en cierto sentido. Tenemos la popularidad perfecta para hacer cosas buenas y que al caminar por la ciudad, la gente nos diga: “¡Hey, me alegro de verte!”, pero no es un escándalo como si fuéramos The Beatles. Contamos con el respeto de la gente en nuestra propia ciudad”.
Vamos, que no tenéis un avión privado como vuestros paisanos de Aerosmith.
“No, no (risas). Solo hemos volado una vez en un avión privado y fue cuando hubo el atentado terrorista con bomba en el maratón de Boston. Teníamos un gran concierto con todas las bandas de Boston, desde Aerosmith hasta J. Geils pasando por New Kids on the Block, y nosotros estábamos de gira en Alburquerque. Y desplazarnos desde Nuevo México se hacía imposible, aunque cuando teníamos un día libre en la gira coincidiendo con la celebración de aquel concierto. Entonces, apareció un rico millonario y nos dijo: “Si os llevo en mi avión, ¿tocaréis en el concierto?”. Y nosotros respondimos: “¡Pues claro!”. Esa fue nuestra única vez en un avión privado, y nos sentimos como si la policía fuera a venir a por nosotros, porque no pegábamos ni con cola en esa situación. Pero fue curioso. Nos fuimos riendo todo el camino por lo extraño que nos resultaba todo, pero nos permitió volver a casa y participar en una noche que era muy importante para nosotros. No es solo que Alburquerque está lejos de Boston, sino que no hay vuelos directos, así que físicamente no hubiéramos podido llegar a tiempo al concierto”.
¿Os consideráis la banda de referencia y más icónica dentro del celtic punk?
“No, nunca diría eso, porque no es tarea nuestra decirlo, sino que corresponde a los fans. Hay otras grandes bandas que hacen esto. También creo que siempre hay una parte de Dropkick Murphys que, aun habiéndonos influenciado tanto la música celta, consiste en un punk directo, en una cara casi hardcore, en la que queremos dejar a un lado toda la instrumentación céltica y simplemente volarte la cabeza con un tema contundente. Muchas de las bandas que tocan celtic punk no saben dar el giro y tocar con esa crudeza”.
Siempre habéis apostado por una diversidad tal que hay veces que el aspecto folk inclina la balanza pero otras en las que gana vuestra vertiente más ruda.
“Durante estos casi 24 años, siempre ha sido importante para nosotros mantener la banda interesante, porque siempre hay maneras distintas de hacer las cosas”.
¿No piensas que a veces el punk rock debería de ser un poco más reivindicativo y menos festivo, especialmente en estos tiempos en los que, por ejemplo, Donald Trump ocupa la casa blanca, o quizá esa vertiente festiva es quizá una válvula de escape para que la gente se evada de todos esos problemas?
“Esa es otra de las cosas en las que nos hemos mantenido siempre en nuestros trece, que hagamos algo más celta o más hardcore, más alegre o más triste, la música irlandesa ha tenido tanta influencia en nosotros que siempre ha habido un poco de las dos cosas, por un lado música protesta y por el otro música que no lo es. Mucha gente que escribe música reivindicativa sabe también que si no te pones en el lugar del otro, puede que llegue un momento en el que nadie quiera escucharte, si cada canción que haces va solamente de pelear y protestas. Para atraer a alguien y que realmente escuche una canción protesta, necesitamos también ser capaces de dibujar una sonrisa en su cara entre medias. Y la vida en sí misma tiene diferentes estados de ánimo: algunos días tengo ganas de escribir un disco entero sobre lo mucho que odio a Donald Trump y otros días me apetece escribir canciones alegres para olvidarme de Donald Trump (risas). Hay un poco de las dos cosas”.
“No creo que jamás se nos quite esa influencia de ser una banda con raíces en la clase trabajadora”
¿Qué echas más en falta y qué aprecias más de la escena del punk rock en general a día de hoy?
“A día de hoy la verdad es que no lo sé. Supongo que hay toda una generación más joven en la escena”.
¿Te has quedado en el pasado a la hora de escuchar música?
“No, no, escucho música nueva, pero realmente no sé cómo se ayudan ahora las bandas entre sí. Me refiero a que había una gran red en el underground que ayudó a Dropkick Murphys en los comienzos para que girásemos. Ahora hay una generación completamente nueva en eso de la que tal vez no somos parte, porque nosotros giramos por todo el mundo y hacemos lo que hacemos. Pero pienso que la escena siempre va a ser replanificada, siempre va a haber una nueva banda que salga y lo rompa, pero definitivamente, yo estoy apegado a mis propias maneras de hacer en términos de lo que escucho, que es el punk rock con el que yo crecí. También hay veces que mi hija de 18 años me enseña cosas que no habría comprado o escuchado por mi cuenta pero sobre las que le digo: “¿Qué es esto? ¡Me gusta! Y así descubro nueva música, lo cual nunca pensé que sería el caso. Nunca sabes lo que te va a dejar prendado; ahora he descubierto un músico escocés llamado Gerry Cinnamon que he estado escuchando y nunca habría esperado que alguien así pudiera llamarme de esa manera la atención”.
Hablando de vuestro próximo concierto el 28 de enero en Madrid, ¿cuáles son vuestras expectativas y qué ofreceréis en él a vuestro público?
“Desde luego, estrenaremos unas pocas canciones nuevas, concretamente el nuevo single que sale ese día y su cara B, y tal vez alguna más. Solíamos poder tocar algunos temas nuevos en directo y cambiar los arreglos según veíamos que funcionaban en directo, pero ahora no podemos porque enseguida aparecen en YouTube y la gente dice: “¡Así no es la canción, la habéis cambiado!”, cuando ni siquiera la hemos grabado en estudio (risas). Nosotros conocemos la pasión del público en España, no solamente durante el concierto, sino que también me encanta que la gente sea tan sincera cuando hablo con ella antes y después del concierto. La gente es muy agradecida. Mucha gente simplemente da las gracias por que hayamos ido, pero en España la gente quiere tener una verdadera conversación contigo, hablar. Cuando la gente es así de sincera, no sabes lo inspirador que me resulta. Y no lo digo por decir, sé verdaderamente cuando alguien realmente me aprecia”.
“Hemos mejorado como banda, incluso en los últimos años, porque realmente trabajamos duro y no nos dormimos en los laureles”
A aquellos y aquellas que ya disfrutaran de la banda en vuestra última visita, ¿qué les diríais para convencerlos de volver a acudir a un concierto de Dropkick Murphys?
“Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que fuimos, así que espero que nos echéis de menos, porque nosotros os echamos de menos a vosotros. Y en segundo lugar, pienso que hemos mejorado como banda, incluso en los últimos años, porque realmente trabajamos duro y no nos dormimos en los laureles. Estamos todo el tiempo grabando y ensayando para ser tan buenos como podamos ser. Ese enfoque nos hace sentir que tenemos un trabajo real y que nos ganamos lo que conseguimos”.
¿Tienes la sensación de que la banda será aún más grande y que permanece en crecimiento?
“Desde luego, y ha experimentado un bonito crecimiento constante, lo cual es la mejor manera, porque si subes demasiado rápido, también bajas igual de rápido”.
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2 comentarios
Todo un honor que los promotores de nuestro pais se hayan arriesgado en traer aunque sea en solo una única fecha a nuestro pais esta mitica banda de Punk combativa como son DROPKICK MURPHYS el cual será una noche inolvidable en uno de los mejores recintos de Madrid.
lastima que el sonido haya sido una gran mierda