Jord Fridnand
Sounds of Akasha
Autoeditado (2024)
Por: Alfredo Villaescusa
9
No abundan los artistas que hagan gala en un primer trabajo de una voz particular, inconfundible y distinguible de todas las demás. En un mundo en el que proliferan las copias sin personalidad se convierte en algo digno de alabanza toparse con un músico como la copa de un pino, de esos que llamaríamos único, y que merecería, a codazos si hace falta, un hueco en el panorama actual.
Da igual que el rock instrumental no sea uno de los géneros con más adeptos en la actualidad, Jord Fridnand es un mago de las seis cuerdas con más de tres décadas de trayectoria, un tipo que “canta con su guitarra”, como él mismo se define. Ojo, que esto último no se afirma a bote pronto, sino con pleno conocimiento de causa si nos fijamos en el estilo tremendamente expresivo de este veterano artista que ha colocado la emoción como uno de los valores supremos.
A la hora de pensar en referentes, no es extraño que vengan a la cabeza otros virtuosos del calibre de Steve Vai o Joe Satriani, aunque destacaría la inmediatez y dinamismo presente en este debut en solitario, ‘Sounds of Akasha’. A esta agilidad en las composiciones, sumemos una cuidada producción de manos del prestigioso David Palau junto al propio Fridnand y unos acompañantes de renombre como los experimentados músicos de sesión argentinos Mariano López (Charly Garcia, Leonor Marchesi, Bella Bestia) y Andrés Dulcet (Fabiana Cantilo, Alberto Cortez).
Con semejantes mimbres, el resultado no podría ser malo, pero tampoco aburrido, como pensaría quizás alguien poco aficionado al palo instrumental. Lo de que cantaba con su guitarra no se trataba de una mera expresión de farol para hacerse el interesante, sino que lo demuestra de primeras con la introducción de ínfulas orientales “Sounds of Akasha” y luego con “Loving My Soul”, un corte que destila pura emoción en sus continuos viajes por el mástil.
“La Vita è Amore”, por el contrario, nos presenta una delicada balada dedicada a una amiga fallecida, a la par que introduce la única voz que encontraremos en este disco, la de Santi Andreo, compañero del guitarrista en Guardians of Dreams, que nos lega el broche lírico con su estilo de tenor clásico. “Always With Me” sigue la senda reposada del anterior corte, sin dejarse nada de dramatismo por el camino, como esos susurros que se pueden distinguir al final.
El comienzo de “Recalling the Past” podría poner la piel de gallina, tal vez por ese aire al “Kayleigh” de Marillion, o por las propias habilidades de este hacha para tocar la fibra sensible con su instrumento. Y “Shalom” se convierte en una especie de preludio que cristaliza en “Beyond This Life”, otra melodía en plan mística que quedaría bien de banda sonora para un paseo por el desierto.
“Guides & Angels” evoca el David Bowie de los ochenta, el de “Ashes to Ashes”, así como las grandes power ballads de aquel periodo. No cabe duda de que nos hemos topado con alguien de considerable cultura musical que no tiene reparos ni complejos cuando toca mezclar diferentes géneros. “Journey Through Gaia” echa de nuevo el freno y hasta podría afirmarse que se acerca al post rock contemporáneo, mientras que “Dancing on a Magical Night” vuelve a sorprender al adentrarse en el flamenco, un movimiento que seguro que muchos no esperaban y que consagra la inmensa versatilidad de este genio de las seis cuerdas.
“Time to Leave” va poniéndonos en la senda de la despedida, algo que llega definitivamente con “Canalization Op. 1”, una pieza de carácter neoclásico que consigue elevar el espíritu hasta la estratosfera antes de regresar al mundo terrenal y preguntarnos por la amplia paleta de colores con la que pinta este hombre.
Si eres de los que alucinaste con ‘Rising Force’ o ‘Marching Out’ del martillo sueco Yngwie Malmsteen, pero tampoco cayeron en saco roto ‘Passion and Warfare’ de Steve Vai o el mítico ‘Surfing with the Alien’ de Joe Satriani, estás ya tardando demasiado en pegar una escucha a esta colosal obra. Lección maestra de cómo transmitir emociones sin ponerse baboso. Tomen nota.
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1 comentario
Realmente cojonudos ambos temas instrumentales para lo nuevo de este buen hacha como es JORD FRIDNAND.