Crónica de Steve Hackett (Genesis Revisited): Progresivo emocionante

4 julio, 2017 2:32 pm Publicado por  Deja tus comentarios

Jardín Botánico Alfonso XIII, Madrid.

Las noches del Jardín Botánico es un ciclo ecléctico de conciertos que desde el año pasado está haciendo que las noches veraniegas sean mucho más pasajeras. Se celebra en un entorno natural, cuenta con stands de gastronomía y bebida variada, y su programación ha reunido a nombres de la talla de The Alan Parsons Project, Marillion, Patti Smith y John McLaughlin, entre otros. Este año, el pistoletazo de salida de mis visitas la ha dado la actuación de Steve Hackett.

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Siendo un melómano precoz en los 80 era inevitable no toparse con la época más comercial de los Genesis, quienes reinaban en la radio con discos que muchos puristas detestan pero que, para mí, supusieron un primer acercamiento al rock progresivo por muy pulido y popero que sonaran (de hecho, el primer CD que compré con 16 años fue ‘Invisible Touch’). Me acuerdo cuando gasté la paga que me daban mis abuelos, bastante generosa, en la discografía (en vinilo) anterior a la etapa dominada por Phil Collins. Por aquel entonces me quedé perplejo por su propuesta musical, que chocaba frontalmente con lo que yo estaba acostumbrado. Sin embargo, admito que discos como ‘Foxtrot’ (1972) o ‘Selling England by the Pound’ (1973) los escuché solo una vez y los acabé relegando en el olvido, ya que era música demasiado progresiva para el body de un adolescente. Obviamente, con el paso del tiempo no solamente descubrí el genio de Peter Gabriel y de Steve Hackett, sino que con la experiencia acumulada empecé a revisitar a aquellos discos y apreciar las pequeñas joyas musicales que contienen.

Steve Hackett tuvo la buena-mala suerte de estar en una banda muy creativa pero dominada por las personalidades apabullantes, primero de Gabriel, y después de Collins, relegándole en un segundo plano; además, su discreción escénica coincidió con la de Gabriel, que obviamente era todo lo contrario. Todo eso hizo que el público apreciara poco su aportación a los discos de la “época dorada de Genesis”, siempre según los puristas. Su frustración de ver cómo el resto de la agrupación restringía su creatividad (algo similar a lo que pasó con George Harrison en los Beatles), además de los motivos previamente expuestos, acabó derivando en su adiós a la banda en 1977.

Desde hace un tiempo ha sido reivindicado tanto por parte de los connoisseurs, como por la de los melómanos en general; ha estado tocando los temas de su época en Genesis a lo largo y ancho del mundo, a parte de seguir editando discos en solitario. En esta ocasión, dividió el concierto en dos partes: una primera con composiciones propias, y la segunda con temas de Genesis en los que él ha participado.

La velada arrancó de manera poderosa gracias a “Every Day”, perteneciente en el disco ‘Spectral Mornings’ (1979), el cual cuenta con una melodía progresiva marca de la casa que en su segunda parte contiene a uno de los solos de guitarra más épicos del genero. Me imagino a un joven Steven Rothery (Marillion) escuchando este tema una y otra vez en su habitación aprendiendo este solo. Simplemente sensacional.

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En seguida tocaron el dramático “El Niño” de su nuevo disco ‘The Night Siren’, similar a una banda sonora. Algo me dice que su contenido emocional se inspiró en el fenómeno meteorológico del mismo nombre que azotó a Perú tras la visita de Hackett el año pasado.

La intro con el clarinete de Rob Townsend (Bill Bruford, James Taylor Quartet) indicaba que ahora venía “The Steppes” del disco ‘Defector’ (1980). Otro tema épico que a mi parecer tiene una cierta influencia del ‘Bolero’ de Maurice Ravel (1928). Al final del tema, Hackett se dirigió por primera vez al público (que como era de esperar, era en su mayoría masculino y de una cierta edad) diciendo en castellano que estaba feliz de estar aquí. “Después del todo esta es la casa de la guitarra”, apuntó mencionando a Andrés Segovia y Paco de Lucia.

Ahora tocaba volver a su nuevo disco con “In the Skeleton Gallery”, un corte con influencias tanto orientales como de jazz fusion y del progresivo; y con el single “Behind the Smoke”, inspirado en los refugiados del todo el mundo: “Mis propios antepasados fueron unos refugiados”, dijo. Un tema, dicho sea de paso, con fuertes elementos orientales que tiene ciertas reminiscencias del “Kashmir” de Led Zeppelin.

El tono bajó con “Serpentine Song”, una canción sosegada y nostálgica que cerraba su disco ‘To Watch the Storms’ (2003) con la flauta travesera y el clarinete como instrumentos predominantes. Según Hackett, está inspirado en el lago Serpentine del Hyde Park londinense, donde su padre vendía sus cuadros. Por cierto, no desencajaría en un disco de Sting. Siguió un “Rise Again” (‘Darktown’, 1999) que, tal como nos contó el británico, está inspirado en las culturas de los pueblos nativos de los Estados Unidos. Gary O’Toole pudo lucirse a la batería durante su interpretación.

El tema sinfónico “Shadow of the Hierophant”, perteneciente a su debut ‘Voyage of the Acolyte’ (1975), que fue compuesto con su entonces compañero en Genesis, Mike Rutherford, cerró la primera parte del concierto. Fue curioso ver al bajista Nick Beggs (Kim Wilde, Midge Ure, Cliff Richard) sentado con las piernas cruzadas aporreando, literalmente, a su bajo. La voz femenina del original (la hermana de Mike Oldfield, Sally), que en otros directos está cantada por la guitarrista Amanda Lehmann, fue sustituida por otros arreglos convirtiéndolo en instrumental, dado que no ha participado en esta gira veraniega para cuidar de su hijo. Un tema clásico del género y que, por supuesto, tiene reminiscencias de Mike Oldfield.

La segunda parte del concierto, Genesis Revisited, arrancó con un tributo al disco favorito de Hackett, según sus propias palabras, ‘Wind and Wuthering’ (1976), su último con Genesis. Para interpretarlo salió al escenario el vocalista Nad Sylvan, cuya voz cuenta  con un deje particular entre Gabriel y Collins. Interpretaron “Eleventh Earl of Mar” (con el público correando la línea “Daddy!, oh, Daddy, you promised…”) y la entrega total llegó con “One for the Vine”, que suscitó el entusiasmo del público; hubo alguno que otro que, harto de vino, se acercó al escenario (estos conciertos son con asientos) e hizo headbanging. Instantes después, el segurata le invitó a volver a su sitio.

Para “Blood on the Rooftop”, Hackett se separó momentáneamente de su Les Paul para añadir con la acústica una parte flamenca a la ya existente intro renacentista del original. Si no me acuerdo mal, este tema fue cantado por el batería y no por Sylvan. “In That Quiet Earth” y “Afterglow” cerraron el homenaje al disco para volver así al disco ‘Trick of the Tail’ de 1975 con su clásico “Dance On a Volcano”.

Para el siguiente, “Inside and Out”, Hackett volvió a decir lo que probablemente habrá dicho cientos de veces: básicamente, que este tema no debería haber quedado fuera del disco ‘Wind and Wuthering’ (en su lugar, fue incluido en el EP, ‘Spot the Pigeon’), ya que lo considera como uno de los mejores que ha compuesto para la banda. Supongo que aquel veto fue la gota que colmó el vaso para Hackett. Los clásicos “Firth of Fifth” (‘Selling England by the Pound’, 1973) con esa intro del piano cortesía de Roger King y, en mi opinión, uno de los solos de guitarra más emocionales y memorables del progresivo; y “The Musical Box” del ‘Nursery Cryme’ (1971) sirvieron como traca final. Para los bises nos reservó un medley que unió “Los Endos” de Genesis y el tema “Slogans” (‘Defector’, 1980).

Definitivamente, fue una noche que hizo las delicias de los fans del progresivo.

Texto: Yorgos Goumas
Fotos: Jennifer Mariscal

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