Crónica de Hatebreed: Arde Madrid

15 junio, 2017 11:06 am Publicado por  Deja tus comentarios

Sala Caracol, Madrid

El nombre de Hatebreed ha pasado de estar en los vestigios del underground a las primeras líneas del metal internacional. La banda liderada por Jamey Jasta (vocalista) ha trabajado muy duro desde su formación en 1994 para llegar hasta donde se encuentran a día de hoy.

La última vez que se dejaron ver por nuestro país fue en la última edición del Resurrection Fest, en el que presentaron su contundente último trabajo, 'The Concrete Confessional'. En esa ocasión, el concierto duró poco más de una hora, dejando con ganas de más a todos los fans acérrimos de la banda de Connecticut. La espera llegó a su fin y la península tendría el placer de recibir a Hatebreed en cuatro fechas (Vitoria, Lisboa, Madrid y Barcelona). En Madrid se completaba el cartel con los murcianos Vendetta FM y los franceses Black Bomb A. Sin duda, una cita obligada para todos los amantes del hardcore.

Tras un cambio repentino a la clásica sala Caracol a pocos días de la actuación en Madrid, llegaba el 12 de junio, una noche que prometía ser memorable para la música extrema en nuestro país. Llegamos puntuales a la apertura de puertas para poder ver a Vendetta FM, un grupo procedente de Murcia que se están haciendo un hueco dentro de la escena del metal nacional. Tras abrir los conciertos de la última gira de Brujería, sabían que telonear a los estadounidenses era otra prueba de fuego. Con una sala Caracol sorprendentemente vacía tras pocos minutos de la apertura de puertas, la banda demostró que venían a repartir un hardcore sin tapujos, con un Jacob (vocalista) entregado e intentando enganchar al poco público que había, sin dudar en bajarse a la pista con los asistentes. La sala tardó en despertar, pero con temas como "Siempre fuertes" la gente empezó a engancharse. Una buena apertura para empezar la noche, con los murcianos entregando puro hardcore.

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Después del metal nacional, desde Francia, llegaba Black Bomb A, por primera vez en Madrid. Con la sala algo más llena que con el anterior grupo, los franceses saltaron al escenario con un show energético y cañero (el cual transmitieron en directo por sus redes sociales). Temas como "Make Your Choice" o "Mary" (canción dedicada a la Marihuana) encendieron al público que ya empezaba a saltar y a desatarse. Un concierto que deja buenas sensaciones para que los franceses vuelvan a pasarse pronto por nuestro país.

Pero lo mejor estaba por llegar. El personal estaba impaciente por ver a Hatebreed, la banda que prometía incendiar la sala Caracol. Con la canción "Bad Boys" de fondo, el telón se abrió y los de Connecticut salieron al escenario. No me imagino mejor canción para empezar que "To The Threshold", un auténtico trallazo con el que el público se volvió loco desde el primer momento. Parecía que el concierto iba a ir rodado, ya que la conexión de Jamey Jasta con la masa fue muy buena desde el primer momento (incluso se preocupó por un fan que se cayó al suelo durante un circle-pit). "Looking Down the Barrel of Today", de su último disco, también deleitó a toda la sala, mezclando riffs pesados con ritmos rápidos. Con este inicio, todos los asistentes nos dimos cuenta de que venían a arrasar con todo lo que se pusiese delante.

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Aunque parecía que la noche iba a estar dedicada al último álbum, "The Concrete Confessional", Jasta no paró de repetir que, celebrando los más de 20 años de carrera del grupo, iban a tocar al menos una canción de cada álbum. Algo sorprendente, ya que pudimos disfrutar de temas como "Empty Promises" de su primer álbum de estudio, 'Satisfaction Is the Death of Desire' (1997), o "This is Now" de 'The Rise of Brutality' (2003).

El momento “emotivo” de la noche llegó con un pequeño tributo al malogrado Chris Cornell, a quien dedicaron la canción "Last Breath" (1997), al igual que hicieron con Lemmy Kilmister en el pasado Resurrection Fest.

El broche de oro final lo pusieron con sus temas clásicos, en los cuales la gente no paró de corear. Canciones como "Honor Never Dies" o "Destroy Everything" son obligatorias en todos sus setlist. Pero si hay alguna que destaca por encima de las demás es "I Will Be Heard", la cual es considerada por muchos como un himno.

Sin duda alguna, la sala Caracol vibró en una noche de hardcore sin tapujos en la que pudimos disfrutar de unos Hatebreed en pleno estado de forma, demostrando que a lo largo de estos 20 años de carrera han crecido en todos los sentidos. Un gran repaso a todos sus álbumes, llegando casi a las dos horas de concierto que dejó un gran sabor de boca en Madrid.

Texto: Juanjo Pérez

Fotos: Fanny Bergé

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