Crónica de Fu Manchu + Gyoza: Duelo en el asfalto

11 octubre, 2016 11:50 am Publicado por  Deja tus comentarios

Sala Razzmatazz 2, Barcelona.

Con un extenso recorrido discográfico de once álbumes editados durante treinta maratonianos años, sin contar sus primerizos lanzamientos en formato single a principios de los noventa, los de Orange County llevan una temporada recorriendo las carreteras y el espacio aéreo de medio mundo. De nuevo bajo el epígrafe de su 'King of the Road' (2000), la formación llegó a Barcelona para interpretarlo en su integridad. No sé si andan celebrando algo o cual es el leitmotiv para emprender tal conmemoración, y más cuando tienen un disco editado hace tan solo dos años, 'Gigantoid', que no han presentado por estos lares.

Antes de que el cuarteto californiano subiera al escenario de la 2 de Razzmatazz, una joven banda local: Gyoza. Curioso nombre, ya que es esa especie de empanadilla japonesa. De hecho, ellos mismos hicieron referencia a la cuestión. Para esta oportunidad de oro que implica presentarse ante una parte substancial de la prensa y parte del numeroso público que luego acudiría en la sala, parece que se vistieron con sus mejores galas, mostrando composiciones que, según dijeron, tienen previsto editar el próximo mes de enero. Lo anunciaron precisamente antes de interpretar “Glue”, una de las pocas canciones disponibles a través de la red, en las cual navegan entre el stoner rock y el grunge de Soundgarden (por ser quizás la más stoner de las formaciones de aquel exitoso y extinto movimiento). También, porque no decirlo, sorprende el cierto parecido con Chris Cornell con su cantante y guitarra, Adrià, que tuvo la osadía de mordisquear las cuerdas de su guitarra en uno de sus solos. Su actuación fue de menos a más y dejó una grata impresión, aunque sin despertar grandes pasiones entre los allí congregados, desconocedores de su música y, probablemente, de su mera existencia hasta ese mismo momento. Se mostraron acordes y equidistantes.

fu-manchu-directoLos esperados y deseados Fu Manchu dedicaron la primera parte del show al 'King of the Road' en exclusiva, ejecutándolo "de pe a pa" y respetando escrupulosamente el orden original del disco con la salvedad del corte “Drive”, que corresponde a su edición americana; en la versión japonesa  y europea es “Breathing Fire” la que ocupa la novena pista del CD y lógicamente (o no) se han decidido por la primera, la norteamericana.

Con un Scott Hill recién salido de la ducha, o al menos esa es la impresión que causaba ver su rubia melena mojada, acompañado por su inseparable guitarra de metacrilato transparente, Fu Manchu inició su reinado de la carretera de forma fulgurante con “Hellon Wheels”. Palmas y más palmas para “Over the Edge” y primeros agradecimientos de Scott al respetable para continuar con una “Boggie Van” que sonó como una de esas cargas de profundidad que te dejan aturdido. Máximo apoyo coral a cargo de una sala prácticamente llena para “King of the Road” y la subsiguiente “No Dice”, con wah wah incluido a cargo de Bob Balch. “Blue Tile Fever” pasó como una exhalación psicodélica hasta enlazar con “Grasschopper” y la pseudodesconocida “Drive”, que nos conduce de un golpe de volante a una exhibición de guitarrazos incontrolados que se convirtieron en “Hotdoggin’”, para llegar finalmente al cover de los Devo, “Freedom of Choice”, que cierra este sexto álbum en estudio.

Tras una pequeña parada técnica para llenar de nuevo el depósito, descargaron sobre cuatro ruedas lo que nos quedaba de camino. La primera en quemar sería otra versión, “Godzilla”, de los legendarios Blue Oyster Cult con un mini solo de bajo de Brad Davis incluido. De su disco del 97, 'The Action Is Go', rescataron en un excelente duelo guitarrístico “Evil Eye” y la definitoria “Saturn III” con la que cerrarían. Entre ellas nos soterraron con “Mongoose”, de su genial 'Eatin’ Dust', posteriormente regrabada para el no menos excelso 'California Crossing', donde encontrábamos, al igual que en el rememorado 'King of the Road', a Brant Bjork a la batería, plaza que ocupa de forma ejemplar Scott Reeder desde la marcha del ex Kyuss en el 2002.

Se despidieron de forma embravecida entre chirriante distorsión, aprovechando cada segundo que les quedaba de sus noventa minutos contratados, dejando ampliamente satisfecha una sala totalmente entregada a cuatro tipos que se dejaron el alma en un concierto ciertamente especial por su contenido musical, y también sentimental, por el tributo y el recuerdo obligado a su organizador (lo hizo explícitamente Scott Hill dedicándole parte del encore). El recientemente fallecido promotor barcelonés Javier Ezquerro nos dejó este pasado verano víctima de un cáncer irremediable y, como homenaje, sus compañeros y amigos concluyeron uno de los últimos proyectos de este activo personaje de la escena roquera en sus distintas facetas, ya fuera como diseñador, DJ o desde su oficina de contratación On the Road Music. Siempre estarás allí, Javi.

Texto: Jordi Campàs
Foto: Edwin Castaño

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Esta entrada fue escrita por Redacción

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