Entrevista a The Enid: "Robert Godfrey ha conseguido crear algo que existirá después de que desaparezca"

11 mayo, 2016 3:03 pm Publicado por  Deja tus comentarios

Desde el rock progresivo de sus inicios hasta el rock operístico actual, Robert Godfrey, quien ha sido caracterizado como “uno de los mejores compositores de Gran Bretaña” y le han seleccionado como uno de los 100 compositores de música clásica de todos los tiempos, ha conseguido mezclar la música clásica y el rock de manera tan natural, como muy pocos artistas lo han conseguido, a través de diecisiete discos de estudio a lo largo de cuatro décadas. La última etapa de la banda, desde el año 2010, es la que más criticas positivas ha cosechado y su nuevo disco, ‘Dust’, no es una excepción. Aunque Godfrey no va a estar con nosotros durante mucho tiempo más, ya que fue diagnosticado con Alzheimer en 2014, ha procurado que su legado siga y como un mentor ha congregado un grupo de músicos a su alrededor para iniciarles en la esencia de su música y compartir su sabiduría con ellos. Yorgos Goumas se puso en contacto con uno de ellos, el vocalista y compositor Joe Payne para saber algo más acerca de una de las bandas de culto más grandes del progresivo, con permiso de Rush y Marillion.

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¿Cómo acabaste siendo el vocalista del grupo?

“En 2009 estaba grabando con mi banda anterior, una banda de música indie que estaba muy de moda por aquel entonces. Fue por ello por lo que nos subimos al carro: aunque personalmente no me gustaba mucho este estilo,  éramos jóvenes e ingenuos. Aún así, la banda no llegó a ninguna parte porque no éramos muy buenos (risas). Total, estábamos grabando en el estudio propiedad de Robert y de Max Read, nuestro guitarra actual, que se llama The Lodge y está en Northampton (Ndr: allí han grabado viejas glorias del pop como Kim Wilde o Katrina and the Waves) e hicimos buenas migas con ellos, así que nos invitaron en uno de sus shows. Nadie de mi banda de entonces, ni siquiera yo, sabíamos algo acerca del rock progresivo y obviamente nada de The Enid; éramos muy jóvenes, y conocíamos a bandas como Marillion o Genesis sólo de oídas;  todo aquello nos sonaba a cosa de viejos (risas), aunque personalmente me gustaban David Bowie, Kate Bush y Peter Gabriel, es decir, artistas vanguardistas pero con una sensibilidad pop.  Por eso, una vez que comenzó el show nos esperaba una gran sorpresa. Nunca habíamos oído algo similar, aunque sí que estaba familiarizado con el rock grandilocuente y teatral de Queen, por ejemplo, ya que me había formado en teatro y piano clásico. Su música, que es precisamente una combinación del rock progresivo y el rock sinfónico grandilocuente, me resultó muy atractiva, y cuando en 2010 me pidieron que me uniera a ellos como vocalista para hacer los coros, ya que justo por entonces Max empezaba a experimentar con los coros grandilocuentes, acepté sin rechistar. En 2011 me ofrecieron el puesto del vocalista principal”.

Has mencionado a Queen, y desde luego tu estilo denota una influencia del gran Freddy Mercury…

“Él es una de mis influencias principales pero obviamente, nunca he pretendido imitarle; jamás se me ocurriría una idea similar. Sin embargo, y lo digo con todo el respeto, ambos tenemos un aire ostentoso, exagerado y teatral; mi cara tiene una cierta semblanza con la suya, y mi voz, debido a mi formación teatral, alcanza los mismos registros que la suya”.

Así que no eres autodidacta…

“No. Soy muy consciente, hasta el punto de la obsesión, de que uno tiene que seguir mejorando, evolucionando, y no dormirse en los laureles. Puedo presumir de haber recibido clases de uno de los mejores profesores de canto en el Reino Unido, Paul Farrington, quien enseña en la Opera Real de Londres, y también en Italia y Japón. También ha elaborado unos cursos en la Academia Real de Música junto a Mary Hammond, otra de las profesoras de canto más prestigiosas a nivel internacional”.

Personalmente, cuando escucho el disco, creo escuchar a una mezcla entre un musical de Andrew Lloyd Weber, el sentido orquestal de The Alan Parsons Project, y el sentido épico de unos Pink Floyd…

“Por mi parte, me planteo qué instrumento de la orquestra podría ser en un momento dado de la canción. Es decir, si en un punto de la canción podría ser una trompeta, intento reproducirlo con mi voz. Por ejemplo, en la primera estrofa del tema “Someone Shall Rise”, intentaba emular el sonido de una flauta, acentuando las notas sostenidas y dándoles mucho ‘aire’. Es un método que te permite fusionarte con la melodías; una idea que aprendí por Robert y que fue perfeccionada por Paul (Harrington). Es difícil explicarlo con palabras, pero los que han estudiado canto me comprenderán”.

Este disco se supone ser el tercero de la trilogía formada además por ‘Journey’s End’ (2010) e ‘Invicta’ (2012).  ¿Cuál es la temática de la trilogía?

“Como dije, entré en la banda en 2010, así que no participé en el proceso creativo del ‘Journey’s End’. Sin embargo, cuando empecé a componer para ‘Invicta’, la temática empezó a cambiar: Mientras que en el primer disco las letras eran acerca del nacimiento y la introducción de una persona en la sociedad, el segundo tiene que ver con el proceso de adaptación del individuo en la sociedad que le tocó vivir y el papel que le toca jugar: el de la oveja, el del pastor o el del lobo. Sin embargo, este disco, tiene que ver con el concepto del amor y sus varias manifestaciones. El amor es lo que nos hace lo que somos y sin el amor sólo somos polvo. Es ese concepto cíclico de polvo (polvo eres y en polvo te convertirás), la idea central del disco".

En medio hubo otro disco en 2015, titulado ‘The Bridge’…

“Tal como indica el título, el propósito de este disco era para que yo me familiarizaba más con el pasado de la banda; que funcionara como un puente entre el pasado y el futuro de The Enid. La mitad del disco la forman canciones originales y la otra mitad, nuevas versiones de temas viejos; se trataba de una manera de probar cosas nuevas, cosas que aplicamos en ‘Dust’ y que a mí en particular me sirvió para evolucionar mi estilo y adaptarlo en el nuevo rumbo musical de la banda. El otro aspecto importante era mostrar a los fans que la banda podía componer música sin contar con el apoyo de Robert... y que podríamos seguir adelante sin él, llegada la hora. Debido a su edad (Ndr: tiene 69 años), ha decidido retirarse de los escenarios este año, aunque seguirá formando parte de la banda. Dentro de unos años ya se retirará totalmente dado que, por entonces, su enfermedad habrá avanzado”.

Eso me recuerda a KISS: Paul Stanley ha dicho que él puede ver perfectamente a la banda prosiguiendo sin él y Gene Simmons, porque más que nada, se trata de un concepto y no de una banda…

“Es como una orquestra: a lo largo de los años los músicos van y vienen, pero el concepto es lo mismo, siempre y cuando los músicos estén a la altura de las circunstancias y hagan justicia al legado del conjunto. En nuestro caso, hemos cambiado gradualmente el rumbo musical de la banda desde la entrada de los nuevos miembros, y los fans se han mostrado conformes con esto, siempre y cuando seguimos manteniendo los estándares altos tanto a nivel musical como a nivel de letras”.

Las letras tienen un cierto trasfondo político y social. ¿Sois activos en este aspecto? ¿Es verdad que vivís todos en una comuna en el mismo estudio?

“Todos en la banda nos sentimos identificados con la Izquierda y creo que actualmente el panorama político en el Reino Unido está muy polarizado: o eres de izquierdas o eres de derechas, no hay medio. Desgraciadamente, el ala más extrema de la derecha está en continuo aumento y creemos que hay tomar cartas en el asunto. Sí, es verdad que todos vivimos juntos en el edificio donde se alberga el estudio; es un centro lleno de creatividad artística en el que  compartimos todo, así que la noción del individualismo que promueve la derecha no va con nosotros”.

Los arreglos orquestales son impresionantes. Háblanos de ellos…

“Hemos usado un nuevo programa informático que se llama Vienna y que permite recrear a una sala de conciertos virtual. Es decir, colocamos los instrumentos virtuales dentro de esa sala virtual y eso crea a su vez una reverberación virtual; es como si grabáramos una orquesta en una sala. Es muy realista y lo siento por los músicos de orquesta, pero puede que en el futuro se use cada vez más este tipo de programas”.

¿Cómo pensáis llevar estos arreglos en directo?

“Contamos con los teclados de Robert, Max (Read) y de Zach (Bullock), y con cuatro ordenadores sobre el escenario desde donde disparamos todos estos arreglos. Yo también toco un instrumento de viento electrónico (EWI) que recrea los sonidos de una flauta, clarinete u oboe, entre otros”.

Dado que vuestra música es tan teatral, ¿usáis también elementos visuales en vuestros directos?

“Hemos desarrollado una especie de coreografía interactiva entre una grande pantalla de LED y yo. En dicha pantalla, aparecen imágenes relacionadas con la letra de cada canción, y yo reacciono según la imagen que salga. Como este año se cumplen 40 años de la edición del debut, ‘In the Region of the Summer Stars’, queremos hacer una gira no de teatros, sino de clubs, porque la música del disco es más apropiada para este tipo de ambientes. Dichos shows serán más convencionales, digamos, sin samplers ni visuales. Creo que nuestros fans nos van a agradecer esta vuelta a las raíces. Aún así, fue gracias a este despliegue (a parte de nuestra pericia musical, por supuesto) por lo que nos nominaron como mejor banda en directo en los premios de rock progresivo... aunque con nominados como Kate Bush o Muse era muy difícil competir”.

Antes mencionaste a Peter Gabriel y Kate Bush, quienes son también famosos por sus elaborados directos teatrales, así que supongo que ellos también habrán sido una influencia para vosotros…

“Totalmente. Sólo te voy a decir que mi amigo Simon Drake, quien fue el responsable de montar los directos de la gira de Kate Bush, ‘The Tour of Life’ en 1978 (Ndr: cuyo llamativo despliegue quedó inmortalizado en el video ‘Live at the Hammersmith Odeon’), ahora trabaja con nosotros. También me hizo ver los directos de Peter Gabriel para tener una idea de cómo moverme sobre el escenario e interactuar con los despliegues visuales”.

Los fans tienen su propio nombre, The Enidi, ¿verdad?

“Sí y es gracias a ellos y sus aportaciones que nos podemos permitir hacer discos y shows tan elaborados. Los que desean formar parte de este club, aunque no me gusta mucho esta palabra, pueden entrar en nuestra página web oficial donde encontraran información sobre como unirse a los Enidi y los beneficios que recibirán, desde temas inéditos hasta fiestas exclusivas”.


"Marillion calcaron la idea del crowdfunding de nosotros"


Fuisteis de las primeras bandas de elaborar el concepto del crowdfunding…

“Eso es. En 1980, el jefe del sello donde la banda estaba, Pye Records, invirtió todo lo que tenía en una película que se llamaba “Rescaten el Titanic” y que resultó ser un desastre financiero. Como consecuencia, el sello desapareció, y por tanto, la banda se quedó sin discográfica, ya que su música no era precisamente comercial. Durante tres años el combo estuvo en un parón hasta que Robert y Steve (Steward, ex guitarra y miembro fundador) decidieron grabar el disco ‘Something Wicked This Way Comes’ en su propio estudio (el antes mencionado The Lodge) y salir de gira. Gracias al éxito del disco, al cual lo editaron ellos mismos y lo vendían en los directos, consiguieron que unas dos mil quinientas personas pagaran una subscripción para entrar en el club de fans que por entonces se llamaba The Stand. Consiguieron vender tantos discos o más que en los ’70 cuando contaban con el apoyo de una discográfica”.

La única otra banda internacional que me consta que financia sus discos a través de sus fans son Marillion…

“Sí, y aunque no lo van a admitir, calcaron la idea de nosotros (risas). Por cierto, fueron ellos los que ganaron el premio a la mejor banda en directo, precisamente por sus fans y su lobby. Son los fans más dedicados que conozco (risas)”.

¿Cómo es trabajar con Robert? Por lo que he leído, le dibujan poco menos que un genio…

“Lo es. Tiene un trasfondo muy filosófico y a la vez es muy maternal. No es el típico genio que quiere hacerlo todo él mismo, sino que nos anima para que desarrollemos nuestra propia iniciativa; le gusta compartir sus conocimientos con nosotros y quiere que tengamos una actitud activa con la banda; quiere que seamos la locomotora que tire de los vagones, ahora con más razón, dada su condición. Consiguió crear algo que existirá mucho después que él desaparezca y en este sentido es un genio”.

¿Cómo crees que te haya hecho a ti un músico mejor?

“No lo hizo de manera directa, ya que para eso tuve que ocuparme yo, pero me enseñó mantener una mente abierta y poder apreciar el potencial de los demás. Es la fuerza a través de la unión y el descarte de actitudes individualistas lo que ha hecho que la banda sea fuerte. Igual que a mí me permitió aclimatarme en la banda y poder desarrollar mi potencial como intérprete y compositor con ‘The Bridge’, el próximo disco estará centrado en Jason (Ducker), quien hará la mayoría de las composiciones para que así, en el futuro, pueda tomar las riendas cuando Robert ya no esté con nosotros”

¿Eres el miembro más joven de la banda?

“Lo era hasta que entró Zach el año pasado. Sólo tiene 21 años y es un multi-instrumentalista fabuloso. Incluso sospecho que puede cantar mejor que yo, pero todavía no le he permitido mostrarlo (risas)”.

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