Crónica de Oomph! + Unzucht: Rock oscuro teutón

Los teloneros Unzucht, cuya traducción se acerca a "abuso sexual", se fundó en 2009 en Hanover y ya tienen tres LPs y tres EPs en su haber. En cuanto a su música, esta oscila entre el rock industrial de unos Stahlhammer o Tanzwut, y la oscuridad de unos Lacrimas Profundere o Umbra Et Imago, aunque de vez en cuando les salía algún que otro ramalazo thrash con la voz gutural de su guitarrista en estos momentos tralleros (aparentemente en su último EP ‘Kattenhund’ han optado por derroteros más duros). Aunque el sonido no les acompañaba en todo momento (hubo muchos acoples y la voz gutural del guitarrista apenas se oía) la banda se metió la sala (que registró un lleno casi absoluto) en su bolsillo desde el inicio. Esto se debe, aparte de sus temas que tienen cierto enganche, al buen hacer de su frontman, Daniel Schulz, aparte de tener un aire a lo Ville Valo, no paraba de dirigirse al público en un correcto castellano, mostrando maneras de buen frontman (con crowdsurfing incluido). Si añadimos que la mayoría del público se componía de chicas jovencitas, ya se puede hacer una idea de su grado de aceptación, pocas veces vista por parte de un servidor para una banda telonera. Curiosamente, no redondearon la jugada tocando su versión de “Entre dos tierras” de los Héroes del Silencio, pero puede que lo guarden para la próxima vez que pasen por aquí ya que, vista la calidad del recibimiento por parte del público, puede que sea antes de lo que nos imaginemos.

Dero Goi, frontman de Oomph!

El año pasado, los Oomph! (atractivo o vigor sexual en inglés) cumplieron 25 años en la brecha y, como cabía de esperar, lo celebraron con la edición de su duodécimo disco de estudio, apropiadamente titulado ‘XXV’. Sin embargo, aunque lo suyo sería dar más gancha a este último, los de Wolfsburg nos deleitaron con casi dos horas de concierto donde recorrieron muchos temas clásicos de su repertorio, todo eso aderezado con un sonido inmejorable (el equipo de sonido que trajeron era de órdago), unos juegos luminosos muy efectivos, siete personas sobre las tablas (aunque la banda son tres, llevaban cuatro de sesión para que no se perdiera casi ningún detalle de sus sonidos más electrónicos), y un par de tambores a los que aporreaba su frontman a menudo para dar más contundencia aún. Mención aparte merece el propio voceras, Dero Goi, quien no paraba de comunicar con el público, saltar, botar, sacar la lengua (su gesto favorito), hacer su propio crowdsurfing, incitarnos a tener sexo (seguro, eso sí) con la persona que estaba a nuestro lado; incitar a que hiciéramos un circle pit (pero como dije, la mayoría del público eran chicas jóvenes así que a falta de respuesta a eso, hizo que subieran tres chicas al escenario para que hicieran headbanging); e incluso darnos alguna que otra muestra de humor alemán (sí, existe), como cuando antes de tocar un tema más viejo nos preguntó si queríamos algo más viejo… aparte de ellos.  A nivel vocal también se movía con pasmosa facilidad entre las partes guturales (o más mecánicas) de su primera etapa, con las partes más melódicas de su segundo, más comercial si queréis, periodo. Aunque prefiero sus primeros años, admito que incluso baladas como “Auf Kurs” o “Unter Diesem Mond” (con mecheros y móviles encendidos incluidos) fueron muy bien defendidos por Dero.

Como podéis ver se montó una fiesta de las que difícilmente se olvidan pero, obviamente, nada de estos recursos valdrían si la música no estuviera a la altura de las circunstancias, y la verdad es que una banda con 25 años en sus espaldas sabe cómo hacer un show que deja satisfechos a todos. Aunque (repito), soy más de su primera etapa más electrónica/industrial (más o menos hasta su disco ‘Unrein’ de 1998), han sabido reinventarse con ese rock industrial con toques pop y, dada la afluencia del público y su reacción, la jugada les ha salido redonda. El público estaba tan entregado que en un momento dado Daro nos dijo que éramos “increíbles”. Acto seguido, sonarían los primeros acordes de aquel hit noventero, “Unbelievable” de los EMF. Afortunadamente el setlist estuvo bastante equilibrado (incluso tocaron dos temas de su homónimo debut que es totalmente EBM (Electronic Body Music) con casi todos los músicos tocando sintetizadores), y todo sonó de lujo.

Para los bises, Dero salió con una chistera y la cara pintada en plan maestro de ceremonias siniestro para otorgarnos unos temas más como “Kleinstandtboy” que básicamente es una versión alemana del hit ochentero de los Bronski Beat “Smalltown Boy” (los Paradise Lost también lo han versionado). Se despidieron de su público agradeciéndonos con una canción muy a lo cabaret berlinés, “Dankeschön”  (gracias).

Los Panzers alemanes llegaron, arrasaron y conquistaron, dejándonos a todos satisfechos. Sólo espero que no haya que esperar otra década hasta que vuelvan.

Texto: Yorgos Goumas
Fotos: Amanda Tijeras

Setlist Oomph!: Alles Aus Liebe / Labyrinth (con trozo de We Will Rock You de Queen) / Träumst Du / Mein Schatz / Das Weisse Licht / Mein Herz / Der Neue Gott / Unzerstörbar / Als Wärs das Letzte Mal / Wunschkind / Jede Reise Hat Ein Ende / Bis der Spiegel Zerbricht / Jetzt Oder Nie / Niemand / Mitten ins Herz / Unter Diesem Mond / Auf Kurs / Sandmann / Gekreuzigt / Augen Auf! / Kleinstadtboy / Gott Ist Ein Popstar / Dankeschön (versión de Bert Kaempfert)

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