Crónica de Rodrigo y Gabriela: Ritmo espectacular

25 abril, 2016 2:59 pm Publicado por  Deja tus comentarios

Palacio Vistalegre, Madrid.

Sobriedad y un escenario desnudo aguardaban a un dúo mexicano que, paseando sus dedos por sus seis cuerdas, convirtió una noche de viernes en Vistalegre en una explosión de magia para los sentidos.

Eso sí, antes le tocaba el turno a Virginia Rodrigo, que acompañada por sus instrumentos cantaba y narraba historias de sentimientos, de la vida, del amor (según sus propias palabras “es un truño muy gordo”) y de cajas. Y mientras ella iba desgranando su LP, la sala iba ganando en público y en ambiente. Virginia acababa su directo agradeciendo a la productora la oportunidad de telonear a Rodrigo y Gabriela, y al público por haber acudido al concierto. El cierre llegó con el single de su 1er disco 'Percuautora': “Hipersexualidad”.

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Sin setlist, sin presentar su nuevo disco, y probando cosas nuevas: así se presentaban Rodrigo y Gabriela. Entre bromas con el respetable y recuerdos de sus giras por India y otros países con una cultura muy diferente a la nuestra, Rodrigo arrancaba sonidos inexplicables de su guitarra, mientras Gabriela, por su parte, demostrando una gran maestría, daba buena cuenta de sus seis cuerdas, combinando el rasgado con una percusión que aportaba toda una gama de matices al show. A todo el despliegue musical del dúo había que sumarle el aporte visual: sendas “actioncams” situadas en los clavijeros emitían al fondo del escenario cada acorde dado por el dueto de guitarristas.

Nuevamente (y como se daría en repetidas ocasiones) Rodrigo se dirige al respetable. Les pregunta si se encuentra algún fan del metal en la sala, pregunta bien recibida por el respetable, cuya respuesta musical se materializó  con el tema más duro de la noche. Esta excusa fue fantástica para que Gabriela nos contaría cómo iniciaron sus andanzas en la música con su banda de thrash metal Tierra Ácida, etapa que les frustró debido a la falta de acogida de un público nada agradecido y que acabó con la fundación de la formación actual, con la idea de dedicarse a mejorar y experimentar con las guitarras acústicas.

El show continuaba y la energía que desprendían los músicos se extendía como un manto sobre la sala. Súbitamente se apagó el escenario y un punteo de guitarra solitario iba ganando fuerza: Gabriela se enfrentaba al público destacada por un único foco en un crescendo en el que sus dedos bailaban en el traste marcando un ritmo espectacular, ya entre destellos.

Tras defender una versión bastante decente del “Otherside” de Red Hot Chili Peppers, Rodrigo invitó a las primeras filas a acompañarlos sobre el escenario y así, arropados por su público, llegaron hasta la recta del final del concierto, en la cual Gabriela se deshizo en agradecimientos para con su público.

Ya con los espontáneos de vuelta al patio, la guitarrista volvió al escenario, nuevamente dedicó unas emocionadas palabras de agradecimiento a los presentes, y les prometió que en 2017 se repetiría la experiencia, y esta vez sí, con un nuevo disco que presentar.

Y así, con la promesa de una nueva fecha en tan corto tiempo, arrancaron los bises, con uno de esos temas que nos comentaban al arrancar el concierto que estaban en pruebas y que si todo va bien, será incluido en su próximo LP; un corte en el que Rodrigo volvería a dar buena cuenta de su buen dominio de la voz (esta vez en la lengua de Cervantes). El final de la mágica noche vino, por supuesto, con la célebre “Tamacún”.

Texto y foto: F.R. García

Redacción
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