Crónica de Rolling Stones: Con el oficio de brindar satisfacción

11 febrero, 2016 4:12 pm Publicado por  Deja tus comentarios

Estadio Único de La Plata, Argentina

Luego de diez años de su última visita, la banda británica The Rolling Stones regresó a nuestro país reafirmando su reinado en estas tierras, brindando un show superlativo digno de su categoría y el peso de su propio nombre e historia. Así fue la primera noche de esta serie de tres conciertos, ante un público de 55.000 mil almas deseosas de disfrutar una nueva escala de esta gira denominada ‘Olé Tour’ en la que Mick Jagger, Keith Richards, Charlie Watts y Ron Wood hicieron de las suyas.

No sería un domingo más para los fanáticos que aguardaban por esta anhelada cita. Cientos de personas hacían una larga fila por la Avenida 32 a partir del mediodía, dispuestos a crear su propio entretenimiento, cantando, bailando y haciendo amistades con desconocidos. Llegada la tarde, una fina llovizna había empezado a caer, tornando aún más impaciente el ingreso que a las 17hs se hizo realidad. Las puertas se abrieron, y con los primeros miles de personas, comenzaron a sonar los acordes de las dos formaciones locales La Beriso, y  Ciro y Los Persas, que apaciguaron las ganas de rock por parte del respetable.

El escenario era una enorme pero simple estructura de hierro con luces de neón a los costados y una plataforma de 40 metros. Las pantallas con la característica lengua estampada sobre una bandera celeste y blanca, se apoderaba de las miradas. Cuando cayó la noche y los nervios ya estaban a flor de piel, un video retrospectivo que rememoraba la gira, finalizó con un cartel que expresaba "Bienvenidos a Argentina". Y así, pasados 15 minutos de las 21:00, entre gritos y miles de cámaras fotográficas centelleando en la oscuridad, los acordes de "Star Me Up" levantaron un delirio generalizado.

Había comenzado el incansable  juego de melodías y bailes eléctricos de los Stones. "It's Only Rock N' Roll (But I Like It)" movilizó a una masa entregada desde el inicio a los cuatro fantásticos inoxidables, con la trayectoria, el carisma y el glamour siempre a cuestas. Jagger hacía muecas y sus típicos movimientos exagerados, expresando elegancia en sus pasos y ensayando algunas frases en español: "Hola Argentina, hola Buenos Aires. Es la primera vez que tocamos en La Plata. Viajamos tanto que creímos que íbamos a llegar a Montevideo". Al instante, agregó: "Estuve paseando por Caminito, practicando tango; Charlie fue a caminar por La Costanera y se comió un choripán con chimichurri, y Ronnie fue al Parque de la Costa". ¡Qué desparpajo!

Saludo-Rolling-Argentina

"Ahora vamos a cantar la que ustedes votaron" señaló su frontman para dar paso a Street Fighting Man, elegida por quienes desearon participar desde la web oficial. El estadio techado en su sector de plateas, no resguardaba al resto de los rollingas que, sin preocuparse demasiado por el clima, se dedicaron a improvisar una danza de la lluvia, aportándole siempre ese colorido que sus fans más acérrimos suelen manifestar. Flequillos, remeras Stoners y pañuelos anudados rompieron las brechas generacionales. El público fue un espectáculo aparte, considerando que Los Stones son una máquina de hacer dinero y capaces de recaudar ganancias incluso durmiendo. Esta cuarta visita obligada es gracias a esa pasión que no encuentran en ningún otro lado del mundo; esa comunión y química inigualables.

La melodiosa "Anybody Seen My Baby?" mostraba a una pulposa y desafiante Angelina Jolie de protagonista en las pantallas de video, generando un bálsamo momentáneo. El tema preparó el terreno para una acústica y relajada" Wild Horses", con las mismas luces  apareciendo desde la inmensidad y las voces de incontables rostros anónimos congregadas en una sola canción. Sin embargo, la poderosísima "Paint It Black" volvió a generar esa exaltación que llevó a su vocalista a felicitarnos con un: "Son buenos cantantes, Argentina".

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Setlist de la segunda noche en Buenos Aires de Rolling Stones

Presentando a los músicos, Mr. Charlie Watts hizo gala de esa timidez que acostumbra, tan acorde a su bajo perfil; Ronnie tiene la simpatía y la gracia de un niño, bailando y recorriendo la pasarela guiado por Jagger, quien se divertía revoleando remeras u ocasionales banderas albicelestes colgando de los pies del micrófono. Cuando el foco de atención se posó sobre Keith Richards, quien no permitió que decayera su sonrisa con su vitalidad de un adolescente, llegó el momento de interpretar "Can't Be Seen With You" y "Happy", corte remarcado por un "Great audience, thank you. I Love You, Buenos Aires", mostrando su agradecimiento.

Los constantes cambios de vestuario, colores estridentes y brillos, sólo pueden llevarse con esa excéntrica actitud atemporal. "Miss You" fue un golpecito al corazón de los más nostálgicos, "Gimme Shelter" cantada a dúo, en su estribillo con la gloriosa voz de la corista Sasha Allen, reavivó los ánimos; mientras, "Brown Sugar" desplazó la marea de espectadores saltando e intensificando el ritual. Sin embargo, uno de los mejores momentos de la velada ocurrió cuando en las pantallas se dibujaron letras extrañas, estrellas rojas, cruces invertidas y rostros satánicos. Toda esta simbología, unida a cascabeles y sonidos arabescos, precedieron a la hipnótica "Sympathy for the Devil", trayendo de vuelta a Sir Jagger envuelto en un mullido tapado de plumas color fuego. Este vestuario, dispuesto sobre su ínfima aunque imponente anatomía, poseyó a más de uno, captados por su fuerte magnetismo. El diablo sabe jugar sus cartas.

Lentamente comenzaba a vislumbrarse el desenlace, dejando para los bises otras dos de sus grandes composiciones. En primer lugar sonó "You Can't Always Get What You Want", con la introducción a capella del staff perteneciente al Estudio Coral de Buenos Aires. El épico final vino con "(I Can't Get No) Satisfaction", tema en la que una botella de agua mineral fue arrojada en su totalidad a las tribunas por su voz cantante. Fue a las 23:30 cuando se culminó la misión con vistosos fuegos artificiales extendiéndose por el aire, estratégicamente ubicados y dirigidos hacia el cielo. Tras más de dos horas de show inagotable, los músicos se abrazaron y reverenciaron a su público en un saludo final.

En vivo, pocas bandas en el mundo se muestran tan afianzadas, mantiene a tres de sus miembros fundadores (Jagger, Richards y Watts), y conservan su vigencia esa vigencia. Afinadísimos y con un sonido que colaboró por su nitidez y prolijidad, ir a un concierto de Rolling Stones es pararse frente a auténticas leyendas vivientes, entre altas y bajas, habiendo superado épocas de excesos e incalculables millas recorridas, y dejando su marca e influencia a nuevos grupos y artistas. Rindiéndole culto al rock n' roll, lograron que los presentes se marcharan con la sensación de haber saciado sus expectativas y saber que las mismas piedras, indestructibles, siempre seguirán rodando con maestría.

Texto: Lucy Dávalos
Fotos: Rollingstones.com

Setlist: Start Me Up / It's Only Rock N' Roll (But I Like It) / Tumbling Dice / Out of Control / Street Fighting Man (By request) / Anybody Seen My Baby? / Wild Horses / Paint It Black / Honky Tonk Women / Can't Be Seen With You (Keith Richards) / Happy (Keith Richards) / Midnight Rambler / Miss You / Gimme Shelter / Brown Sugar / Sympathy for the Devil / Jumpin' Jack Flash. Bis: You Can't Always Get What You Want / (I Can't Get No) Satisfaction

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