Crónica de Rise Against + Refused + Berri Txarrak: Ese rollito antisistema

6 octubre, 2015 5:01 pm Publicado por  2 Comentarios

BEC, Barakaldo (Bizkaia).

La verdad es que están muy de moda. Los vemos en la tele con sus barbas, sus pintas de mendigos y sus camisetas reivindicativas. Su modelo asambleario parece incluso el colmo de la pluralidad y la transparencia, ríete tú de Don Limpio. Y luego cuando los escuchas abrir la boca uno casi asiste a todo un festival de humor, repletos de lugares comunes, las cuatro lecciones del manual del pequeño revolucionario y una sarta de incoherencias ideológicas que escandalizarían a cualquier pensador político. Sheriffs de hierro ante la corrupción foránea que no dudan en ayudar a levantar la alfombra para esconder la mierda propia.

Berri Txarrak

Berri Txarrak

La vida está llena de contradicciones, algunas tan palmarias que llevan al despiporre absoluto. Como por ejemplo que una banda de rock predique una forma de vida saludable ajena por completo a ese factor peligro presente en la génesis de aquellos ritmos endiablados de los años 50. Tal vez eso pueda explicar empero que a la puerta de un concierto se pueda contemplar un puesto con libros sobre la Biblia. Que nadie pase hambre espiritual.

Así era la estampa de la parada en el País Vasco de la gira de Rise Against, acompañados de las leyendas suecas del hardcore punk Refused y los cada vez más internacionales Berri Txarrak. Un cartel de órdago que convertía el evento en algo irrepetible y que quizás a priori hasta justificase los casi cincuenta pavos de entrada.

No sorprendió atisbar por ahí por tanto a los habituales de los conciertos multitudinarios del terruño: jovenzuelos, alternativos, futboleros, euskaldunes de infantería, camisetas de Berri de todas las épocas y hasta algún fan de Venom, como apuntó la fotógrafa. Pensábamos que el elevado precio frenaría a muchos, pero nada, una ingente muchedumbre sacó músculo en una de las zonas más prósperas de la piel del toro.

Con un espectacular escenario con fachadas de edificios de fondo, Berri Txarrak dejaron en la lona al resto de contendientes de la velada. Las claves: un sonido rotundo, a años luz del de los cabezas de cartel, y un repertorio impepinable, que incluía tanto clásicos como piezas de su último largo ‘Denbora Da Poligrafo Bakarra’.

Fue brutal en ese sentido el pistoletazo de salida con la tralla punkarra de “Folklore” y acto seguido, con una mínima pausa de un redoble, “Gure Dekadentziaren Onenean” a tope de revoluciones. Tuvieron asimismo detalles curiosos como intercalar “Kids” de los indies psicodélicos MGMT en el medio de “Oreka” antes de volver de nuevo a ella. Tocaron todos los palos, desde el aire nu metalero de “Ikasten” al punk rock melódico de “Zerbait Asmatuko Dugu”, y por supuesto, lo tenían a huevo para cantar al alimón con Tim McIlrath el himno “Denak Ez Du Balio”, uno de los momentazos de la noche. Una vez más, un nivel incontestable el de los navarros, no me extraña que gusten hasta a la pareja de Borja Sémper, presidente del PP en Guipúzcoa.

Refused

Refused

Valoramos la condición de luminarias en lo suyo de Refused, aunque lo cierto es que no nos llamaron en absoluto, pese a que admitimos que en escena son capaces de marcarse un espectáculo considerable. Había mucho nivel instrumental, en especial a las guitarras, no lo negamos, y su cantante no paraba de dar saltos o agitarse como un poseso, cuando no se tornaba mesiánico y levantaba el dedo índice cual Pantocrátor a punto de impartir bendición sobre los fieles.

Echó pestes sobre el patriarcado y se quejó de que esa noche solo hubiera tíos sobre el escenario, qué casualidad, justo el día anterior estaban a pocos metros sus compatriotas de Thundermother y tampoco vimos por ahí a este tipo tan comprometido con la igualdad. En este palo creemos que The (International) Noise Cospiracy les daban millones de vueltas y si a ello le sumamos una voz que apenas se oía, pues la impresión no resulta demasiado positiva. Pero bueno, algunos salieron soltando alabanzas sobre su actuación, suponemos que más por su reputación que por méritos propios de esa noche.

Rise Against

Rise Against

Y la maldición del sonido no se disipó ni de broma con los cabezas Rise Against, con el volumen del voceras casi imperceptible, sin alcanzar en ningún momento los estándares exigibles en un bolo de semejante categoría. Se curraron, eso sí, el escenario, con unas letras gigantes con la palabra “rise” y al personal no debió importarle demasiado que aquello sonara a lata. Al finalizar, conversamos sobre el asunto con un colega del gremio para confirmar esta percepción y, en efecto, no se trataba de ninguna chaladura nuestra, aquello no era de recibo.

Uno tal vez sea un tiquismiquis, pero disfrutar de un concierto en tan paupérrimas condiciones se antoja complicado, pese a que el repertorio fue bastante decente, abriendo con trallazos del calibre de “The Great Die-Off”, que ni de lejos se acercaban al empaque de estudio. Nos llamó la atención el hecho de que se estuviera más relajado, parecía que unos cuantos habían puesto pies en polvorosa tras el turno de Refused, y no era de extrañar, pues aquello se prolongó demasiado para los curritos de levantarse a las siete de la mañana u otras horas intempestivas.

No nos tragamos la demagogia de “este es el mejor lugar del mundo” y similares, por lo que consideramos poco seria la perorata de Tim McIlrath sobre lo mágico del momento presente, bla bla bla. Una simple excusa para arrancarse con “Survive”, un corte sobre lo duro que resulta levantarse tras un revés vital, antes de rendir homenaje a sus predecesores a las tablas, a los que consideraban una influencia fundamental, y a ellos les dedicaron “Collapse (Post-Amerika)”, por cierto.

No se olvidaron de su himno “Prayer of the Refugee”, apropiada a más no poder con el drama de los refugiados sirios, pero les quedó a medio gas. Y McIlrath devolvió el favor a Gorka Urbizu de Berri Txarrak en  “Black Masks & Gasoline”, y hubiera sido algo antológico si no fuera porque al navarro apenas se le escuchó. Mucha pose, mucho hablar entre canciones, pero poca sustancia.

El primer bis con un par de baladas no arregló la cosa, aunque por lo menos pudimos oír la voz de Tim nítidamente, algo inaudito en el recital, y al retornar por segunda vez al escenario nos rechinó “Savior”, con un final muy de videoclip y rememoramos la estampa de los tipos a la puerta vendiendo merchandising del Señor. Ese rollito antisistema de iglesia, lo más normal del mundo. Tanto como cobrar casi cincuenta pavos por un sonido pésimo, oiga.

Texto: Alfredo Villaescusa
Fotos: Marina Rouan

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Esta entrada fue escrita por Redacción

2 comentarios

  • Juandie dice:

    Según he leído tanto la actuación de RISE AGAINTS como la de REFUSED por rollos de mal sonido u otras cosas no cuajaron muy buenas actuaciones ambas bandas.Parecer ser que por parte de BERRI TXARRAK estuvieron a la altura con su potente directo y es que donde se pongan los nuestros que se quite lo bailao!!!

  • @ dice:

    No se en que parte de la sala estarías para no escuchar la voz del cantante de Refused, porque precisamente él fué lo mejor de los tres conciertos. Berri no sonó mal pero tampoco fué la ostia, lo que pasa es que hace poco que tocaron en la Santana 27 y allí se salieron. Refused a mi entender lo partieron, lo que pasa es que era el grupo al que menos gente fué a ver y más desconocida para el público. Rise Against un aprobado raspao, no fué un desastre total, pero al cantante no se le oía una mierda, metió dos baladas seguidas en el bis, pero tampoco fueron a cortar el cupón y se vieron ganas de hacerlo bien aunque fueran los que peor sonaron.

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