CRÓNICA DE LA TERCERA JORNADA DEL SWEDEN ROCK FESTIVAL

15 junio, 2015 11:02 am Publicado por  4 Comentarios

Con un sol de justicia y las fuerzas ya flaqueando por la intensidad de los dos días anteriores, tiro de ilusión para afrontar el cruce del ecuador de un festival que en el día de hoy nos deparó muchas más anécdotas y sorpresas.

Amargo final (Viernes 5)

El día empezaba con muchos interrogantes. El primero fue el tener que elegir entre la exponencial energía de los suecos Dark Tranquility o el feeling esenciado de Dare, que coincidían en horario. La dificultad de poder ver a Dare en directo y sus dos pasadas visitas al festival, en las que la propuesta de los galeses me dejó plenamente satisfecho, fueron razones con el peso suficiente como para que mis dudas se disolvieran sin remordimientos de conciencia.

Dare

Dare

Sobre las tablas del Sweden Stage, Dare nos ofrecieron un concierto de auténtico lujo: una demostración de calidad, capacidad y conexión absolutamente exquisitas. La actuación de Dare fue para enmarcar, para haberla grabado en vídeo y disfrutarla en esos momentos en los que te apetece relajarte y disfrutar tranquilamente de buena música y de recordar las sensaciones que esos minutos de intenso feeling te produjeron. El concierto inició con energía, con motivación y con una empatía total entre la banda y un público que desde los primeros acordes del tema inicial, “Sea Of Roses”. Un público que se mostró totalmente entregado a la pasión que el ex teclista de Thin Lizzy, Darren Wharton, aplicó a un exquisito directo en el que su tono vocal supo condensar cada una de las partes de un espectacular setlist que me hizo flotar.“Storm Wind”, “Where Darkness Ends”, “Beneath The Shining Star”, un especiadísimo “Emerald” entonado en sones de rock céltico. “Emerald” dio el relevo a los tres temas más potentes del concierto, los hits de su ‘BloodFrom Stone’: el hímnico “Wings of Fire”, el poderoso “We Don’t Need A Reason” y el pegadizo “Abandon"; temas en los que la banda se entregó a tope y la guitarra de Vinnie Burns hizo honor a su apellido. A partir de ahí, el concierto se reencontró con la esencia del AOR en “Into The Fire”, “The Renaisance” y el siempre emotivo recuerdo a Phil Lynott que Darren ofrece en “King of Spades”. Tras una gran ovación el bolo se soldó con un magnífico “Return the Heart”, tema que coronó uno de los más altos pilares del Sweden Rock Festival. Y eso ya es decir... ¡Conciertazo!

Con el vello aún erizado, una parada en la barra. Cerveza y camino hacia el Festival Stage para disfrutar de otro de los grandes momentos del festival, la actuación de Molly Hatchet. En un principio me extrañó no ver al único miembro original de la banda sobre el escenario principal, el guitarra y productor Dave Hlubek (original, aunque éste abandonara la formación durante un periodo de veinte años -1985/2005-), pero tras el primer tema, su exitoso “Whiskey Man” quedó claro que los teclados de John Galbin y la exultante guitarra de un más que efectivo Bobby Ingram iban a paliar en gran medida la siempre motivadora presencia de Dave en los escenarios. La hora era la perfecta, la temperatura ideal –calor- y la posición de la banda en el escenario principal, la merecida tras el conciertazo que dieron en el Sweden Stage hace tres años. Todo ello preveía un éxito que Molly Hatchet superaron con creces a lo que personalmente me esperaba, que no era poco… La potente voz de Phil McCormac y su expresiva comunicación hicieron aún más grandes las ya de por si ensalzadoras muestras de hard y southern que proponen temas como: “Gator Country”, “Fall of the Peacemakers”, “Devil’s Canyon”, “Junkin’ City” y las catárticas: “Dreams” –hit-cover de The Allman Brothers-, la sorprendente “The Journey” y la inexcusable “Flirtin’ With Disaster”. Destacadamente fueron estos los himnos que dieron punto y final a una muestra fehaciente de que en el SRF la calidad y la variedad se multiplica por mucho más de lo que uno espera.

Molly Hatchet

Molly Hatchet

Tras la entrega en Dare y Molly Hatchet, y las gratas sensaciones que estos conciertos me habían dejado, me desplacé hasta la siempre concurrida carpa destinada a la prensa para finalizar la crónica del primer día del festival, por lo que desgraciadamente me perdí la larga batalla de guitarras y la actuación de Rockklasiker Stars, aunque sí llegué a tiempo al Rockklasiker para ver los cuatro temas finales que Evergrey desglosaron en su hoy concierto acústico. Desde mi punto de vista, siempre es especial poder disfrutar de la elegancia musical del quinteto de Gotemburgo, pero nunca había tenido la oportunidad de verles en acústico. Ciertamente la experiencia fue agradable y distraída. La voz de Tom Englund toma un carácter especial cuando no tiene que subir sus registros y ello hace que sus matices se multipliquen versus a lo expuesto en sus conciertos eléctricos. Como decía, sólo pude ver el final de la actuación, pero “Hymns For The Broken”, “Missing  You”, “These Scars” y la interesante versión de Iron Maiden “Wasted Years”, entonada como melódico himno final, me dejaron más que satisfecho, resarciéndome así de no haber podido disfrutar de su show el pasado miércoles en el 4 Sound Stage. Escenario al que raudo me desplacé para disfrutar de la enérgica puesta en escena de unas Rock Goddess que nos mostraron estar en plena forma. Casi la misma que recordaba de aquel concierto de hace ya unas décadas (1983), cuando Rock Goddess estuvieron de gira con unos Def Leppard que presentaban su inmenso ‘Pyromania’.

La banda liderada por las hermanas Turner (Jodie –cantante y guitarra- y Julie –batería-) y la bajista Tracey Lamb nos mostraron estar en un buen momento, motivadas y sin los últimos problemas de garganta de Jodie -que según me comentaron, en Madrid hicieron que actuaran algo menos de una hora-. El concierto tuvo sus más y sus menos; sorpresivamente, y aunque habían pasado ya diez minutos del inicio de su actuación, el sonido no era demasiado nítido y la formación se veía algo fría, pero por suerte la cosa fue mejorando a la par que los temas se iban sucediendo. Rock Goddess fueron como un motor diésel de su época: tardaron algo en llegar a su máximo rendimiento, pero cuando llegaron a él supieron mostrarnos por qué una banda de féminas supo destacar entre el firmamento de estrellas que brotaban en la cúpula de la NWOBHM –lo mismo ocurrió con las Girlschool, sólo que estas tuvieron mayor fortuna en su carrera- . Temas que se ensamblaban unos con otros se escudaron en la voz grave y dura de Jodie para hacernos gozar ante las acometidas desplegadas en: “You’ve Got Fire”, “Make My Night”, “This Is The Day” o el tema que supuestamente en breve dará título a su nuevo álbum: “Unfinished Business”, que se solapó con el intenso “Back To You”. Las sensaciones habían sido más que positivas, pero el trío londinense quiso dejar claro que no había venido a dejarnos con las ganas y para acabar de apuntillar su actuación tiraron de sus grandes e imprescindibles hits: “Heavy Metal Rock ‘n’ Roll”, “Myangel” y “Love Is A Bitch”, para lo que significó un enervador y apasionante final de fiesta. ¡Reencuentros así verdaderamente merecen la pena!

Tras Rock Goddess me decanté por seguir la estela marcada por los clásicos y me decidí a volver a ver a Dokken en directo, esperando quitarme la espina clavada la última vez que pude ver al estadounidense, pero en lugar de que ésta desapareciese se hundió más profundamente. Don no estuvo en su mejor momento. Con porte y voz cansadas, tanto que ni se reconocían sus tonos y agudos, Dokken tuvo que apoyarse en su buena banda para salvar los muebles, digamos que sólo dignamente. Con Mark Boals al bajo y a los coros (Royal Hunt, Y. Malmsteen, Ring of Fire…), Dokken refrendó unos temas que se alejaron mucho de lo que me hubiera gustado disfrutar. Por suerte, la guitarra de Jon Levin (Warlock, Doro…) aportó energía a una banda que hasta me hizo sufrir en momentos que deberían haber sido especiales como: “Kiss of Death”, “Dream Warriors”, “Breaking The Chains”, “Alone Again”, “Too High Fly”, “It’s Not Love”, “Into The Fire” o “In My Dreams”. En definitiva, una de mis decepciones en el festival. Aquí sí me arrepentí de no haberme decantado por ir al Sweden Stage, dónde a la misma hora que en el Rock Stage actuaban Blackberry Smoke. ¡Sigh..!

Cabizbajo y renegando de mí mismo por la fallida elección, pasé por la carpa del Rockklasiker para ver qué se cocía con una formación que provienen de Escocia y fue fundada por el ex teclista de Alestorm, Christopher Bowes. Ellos son Gloryhammer. Sorprendentemente la gente se lo estaba pasando pipa cantando y coreando unos temas cuyas bases me parecían demasiado repetitivas en estudio, pero que daban bastante juego en directo. No son nada virtuosos, ni originales –si obviamos sus atuendos medievales-, ni siquiera tienen una buena puesta en escena, pero... ¡Joder, como chalaba la peña ante temas como: “The Epic Rage of Furious Thunder”, “Angus McFife” o la que fue el delirio total:“Wizard!”! Si sois fans del Power más festivo y medieval, y aún no lo habéis hecho, esta es una banda a descubrir.

Lucifer's Friend

Lucifer's Friend

Tras el Power, un poco de experimentación... En el Festival Stage los suecos Opeth iban a realizar uno de los conciertos con menos público de los que he visto en el escenario principal del SRF. En mi opinión, la organización no estuvo afortunada al escoger el lugar en el que situar a una banda cuya música no es para nada mayoritaria. Aunque el líder, cantante y guitarrista Michael Akerfeldt le puso ganas, la salida minutos después del tiempo previsto para la actuación, una descoordinación en la entrada de la batería y algunos fallos en el sonido, hicieron que el tema inicial “Eternal Rains Will Come” no rindiera lo que debería en un inicio de concierto que, por suerte, no se vio reflejado en los dos temas que, antes de dirigirme de nuevo a la carpa del Rockklasiker, pude disfrutar: “Cusp of Eternity” y “TheDrapery Falls”. Mi reencuentro con el directo de Opeth deberá esperar, ya que para nada quería perderme la actuación que los germanos Mad Max iban a ofrecernos en la carpa del Rockklassiker Stage…

Era uno de los conciertos que más esperaba en esta jornada, ya que las veces que he podido encontrarme con Mad Max en directo siempre han dejado en mí un grato recuerdo por el disfrute de su buena música y el elegante posicionamiento ante temas que recogen técnica, pasión y feeling de la mejor de las maneras. Con un Michael Voss pletórico; su voz, su guitarra y su intensidad comunicativa, supieron convertir el espacio de la carpa en una auténtica fiesta en la que los pasajes del mejor Rock Melódico tuvieron como protagonistas los temas que irán integrados en lo que pronto será su nueva obra discográfica, un ‘Best Of’ que recopilará lo bueno y mejor de una banda que lleva en activo desde 1982; y que a cada entrega consigue sorprendernos sobre manera –caso de su última obra de estudio, ‘Interceptor’ (2013)-. Tras la marcha de su clásico bajista, Roland Bergmann, una nueva incorporación a la banda, Thoumas Bauer (Frontline), consolida un line-up que se mostró sólido y con muchas ganasde convencer  en esta su primera visita a Suecia, ¡y vaya si lo hicieron!. Mad Max supieron convencernos tanto como asombrarnos gracias a su contagioso dinamismo, temas sugerentes y comunicativos y un muy buen sonido. Michael Voss mostró su cara más amable, su voz más atrayente y una técnica a la guitarra digna de un virtuoso; y el resto de la banda, con el gran Axel Kruse (Jaded Heart) tras las baquetas, el ya nombrado nuevo y efectivo bajista Thuomas Bauer y un esenciado Juergen Breforth acompañando a Michael a las guitarras y los coros, nos deleitaron con un concierto en el que destacaron: “Fly, Fly Away” -dedicado a la memoria de Gary Moore-, “Rollin’ Thunder”, “Night Of Passion”, “Never Say Never”, parte de la versión de un celebradísimo “Heaven&Hell” en memoria a Dio; y cómo no, ese “Fox On The Run” que en su disfrute hizo dejarnos todo lo que aún teníamos retenido. Todo un placer haber vuelto a disfrutar de una banda que, por desgracia, se prodiga muy poco fuera de su país. El de Mad Max fue uno de los conciertos más destacados de los que pude disfrutar del festival.

Tras el disfrute propuesto en el Rockklasiker y con ganas de seguir disfrutando de música esenciada me desplacé hasta el Sweden Stage para darme otro baño de Rock Clásico, -bueno, en este caso de Hard/Blues Rock-. ¿Y para ello qué mejor que uno de los grandes guitarristas de la historia? Pat Travers es un nombre sobresaliente a la hora de referirse a uno de los maestros del Hard Rock y el Blues. Su técnica a la guitarra ha sido mil y una veces alabada por grandes hachas de aspectos tan diversos como Ronnie Montrose o Kirk Hammet. Por ello, y porque las dos veces que anteriormente he podido verle en concierto me ha hecho disfrutar de la buena música y de unos directos llenos de feeling, mi elección no fue para nada desafortunada, aunque, me quedé con muchas ganas de disfrutar a unos Backyard Babies que están que se salen, y que actuaban a la misma hora que el canadiense… Sus hits: “Rock n Roll Suzie”, “Life in London”, “Crash and Burn”, “Diamond Girl”, “Stevie”, “Heat in the Street”, “Snortn’ Whiskey” y las versiones “I’ve Got News for You”, “Black Betty”, “Red House”, “Boom Boom” y “Born Under a Bad Sight” –Ray Charles, Lead Belly (aunque se la dedicó a BB King), Jimmy Hendrix, Little Walker y Albert King, respectivamente), me propusieron pasión y relax al mismo tiempo. Apuntar que la banda destacó tanto sobre las tablas como lo hizo Pat, sobre todo el guitarra acompañante Kirk Mckim, a quien Travers nombró como uno de sus guitarras favoritos; y éste nos demostró el por qué…

Tras el concierto de Pat Travers, mi sonrisa de satisfacción se hizo evidente en mi camino hacia el 4 Sound Stage. Allí iba a reunirse una de mis bandas de culto, Lucifer’s Friend, y además con ellos iba a estar uno de mis cantantes favoritos, el mago John Lawton (ex Uriah Heep). El concierto de Lucifer’s Friend iba a ser único por su formato y éste iba a ser grabado en video, por lo que aproveché la media hora que faltaba para que los cabezas de cartel del día hicieran su aparición en el Festival Stage para disfrutar de tres de los clásicos de una banda que, lo poco que pude ver de ella, me hicieron sentir feliz y satisfecho, quedándome extasiado ante la gran ejecución que del mítico “Fire & Rain” nos dispensaron. Una lástima que tuviera que abandonar un concierto que me hubiera gustado disfrutar de principio a fin…

Mötley Crüe

Mötley Crüe

Y llegaba el momento esperado por muchos y temido por otros –mi caso-. Mötley Crüe retornaban al Sweden Rock tras el fiasco de su concierto en 2012. Sabía que en el festival no iba a repetirse el conciertazo que los Crüe habían ofrecido en el mismo recinto en 2005, en aquella gira de reunión –en la que ya decían de cerrar con ella su carrera-, y que me había dejado casi sin aliento por su agresiva intensidad, su espeluznante show visual y su abrumadora forma de ejecutar un setlist que aún disfruto recordando en mi memoria; pero, sinceramente, esperaba no encontrarme con algo tan desalentador como lo vivido en el 2012, ocasión en la que el cuarteto destripó con un sonido embarullado y un show basado en la parte visual más que en la efectividad musical. En esta ocasión la cosa quedó en un entremedio, en un querer y no poder, en un “todo vale, la gente nos quiere, somos los mejores…”.

La cosa no empezaba bien ya que, como viene siendo habitual, Mötley Crüe no aceptaron las peticiones de la organización para que los fotógrafos hiciéramos nuestro trabajo desde el photo-pit. Ese fue el primer jarro de agua fría que los Mötley nos arrojaron; y habría más. Sobre el escenario podíamos contemplar una especie de puntiagudas barreras, a modo de barricadas situadas por toda la gran amplitud del espacio del Festival Stage. Las piramidales formas aportaban un aspecto de defensa urbana bien conseguido, pero sin mucha razón de ser, a la postre de lo que visualmente veríamos, ya que sólo las partes de los fogonazos daban una impresión de zona de guerra. Por otra parte, el espacio en el que Nikki Sixx se situaba, sólo contaba con una pequeña plataforma y el ya clásico pie de micro colgado. Vince Neil contó con un inalámbrico dorado repleto de brillante bisutería, que daba buen efecto en las pantallas. Para apoyar a Mick Mars, lo usual: sólo su micro y su pequeño espacio; y la batería de Tommy Lee era de lo más escueta_ nada de espectacularidad, ni excentricismos. Una batería blanca bastante básica montada sobre una plataforma plana que simulaba el mítico pentagrama del ‘Shout at the Devil’, pero que guardaba una pequeña sorpresa, que os relataré más adelante…

No había querido ver el setlist de la gira, quería que Mötley Crüe me sorprendieran y esperaba que fuera gratamente; esperaba que lo hicieran con un repertorio repleto de himnos que me hicieran mantener los puños apuntando al cielo escandinavo y mi garganta al límite. El concierto empezó con una sorpresa que no auguraba un buen resultado; sinceramente me esperaba un inicio espectacular, agresivo, fulgurante…, pero sonó un insulso “Saints Of Los Angeles”. “Saints…” fue el primero en turno y aunque Mötley utilizó toda su artillería visual, para nada era lo que me esperaba ver como inicio de un concierto vendido como tan especial. Por suerte, un entregado e intenso “Wild Side” sí aportó esa esencia macarra que todos esperábamos de los Crüe –aunque Vince tuvo problemas con su micro-. Chicas en shorts bailando y acompañando a los coros mientras se contorsionaban lujuriosamente al son de inmensos fogonazos que iluminaban un escenario por el que veíamos a un eléctrico Nikki recorriéndolo en su totalidad, a Tommy que se mostraba concentrado y agresivo, a Mick motivado y rompiendo la estaticidad que su enfermedad le obliga a mantener. ¿Y Vince?. Subido de peso, con agudos de helio que no se modulaban en ningún momento y que disponía excesivos altos y bajos en un aporte que, tuvo en su voz y su estado de forma, verdaderos problemas. Pero ávidos de sensaciones y de fiesta el himno nos espoleó a disfrutarlo con gran intensidad. La cosa reposó con “Primal Scream” y “Same The Ol’ Situation” para retomar la parte que debería haber sido mucho más efectiva con un “Looks That Kill” que propuso un buen solo de Mick y poco más. A estas alturas algo no funcionaba en el show de Mötley Crüe: el sonido era muy bueno, pero la banda no se compactaba; no había esencia de uniformidad y es que Vince daba la impresión de cansancio, de tirantez, de que a estas alturas del concierto ya había hecho lo que tenía que hacer como frontman y de haber aportado lo que debía. O de no poder ofrecer nada más…

El setlist tampoco acompañó para mejorar lo hasta ahora mostrado por la banda. Altos y bajos proponían una antigua y oxidada hoja de sierra de mano. Cuando lo que me esperaba era el sonido de una poderosa y pesada “lumberjacksaw” talando a toda pastilla… “On With the Show”, “Too Fast for Love” y “Smoking’ in the Boys Room” sólo lograron nuestra entrega vocal. No hubo conexión y sin emoción no hay pasión. Todo parecía plano cuando el clásico de los Sex Pistols “Anarchy in the U.K.” subió los enteros del concierto. Esperaba que esa línea ascendente se mantuviera, pero sólo fue un espejismo en el desierto en el que se había convertido el escenario...  Tras el cover de los Pistols, agudas sirenas, el chirrido de coches derrapando y un enervante griterío que erizaban el vello proponían la intro para aquel exultante “Dr. Feelgood” que esperaba siguiera reparando el desaliño anterior; pero de nuevo Vince volvió a mostrar su falta de forma, una carrera de unos diez metros y Vince jadeaba como si hubiera corrido los 100 metros contra Usain Bolt… Su voz se deshizo y sudaba a mares.

El rubio cantante no podía con su alma pero tiró de gatillo y, como si la cosa no fuera con él, siguió como si un héroe hubiera salvado a la humanidad. Por suerte las miles de gargantas que entonábamos los temas amortiguamos en mucho la caída libre que se vivía sobre las tablas. “Shout At The Devil” sirvió de paracaídas momentáneo, un tema que incluyó un breve solo de Tommy que acabó con la batería rodeada por las llamas que iluminaban el circulo con la pentagrámica estrella invertida incluida como símbolo del mítico álbum del ’83 en su centro, y sobre él la batería de Tommy. Otro subidón que se soldaba con la bajada de listón que propuso el siguiente tema, la balada “Don’t Go Away Mad”, que dejó aún más en evidencia la carencia de una banda que recurrió a un corto solo de Mars para dar entrada a otra subida en la propuesta: “Live Wire”. A partir de ahí el show se desmoronó por completo y se usó lo único que lo salvaba: la parte visual y la entrega casi incondicional del público. Las llamaradas, la pirotécnia, las chicas y nosotros fuimos los verdaderos protagonistas en la ejecución de “Too Young  To Fall In Love, “Girls, Girls, Girls” y “Kickstart My Heart”. Tras ellos la banda se retiró y con ella mucha parte del público. Se tardó en salir y eso fue otro craso error ya que el final de Vince interpretando “Home Sweet Home” no impidió que el público siguiera desalojando el frente del escenario. Sé que algunos vais a ponerme a parir, pero la realidad sólo es una: una banda como Mötley Crüe merece un epitafio mucho mejor del que nos venden en este Final Tour.

H.E.A.T.

H.E.A.T.

Desilusionado por lo vivido ante Mötley Crüe, esperaba que H.E.A.T. me propusieran un buen fin de día en el festival. Por ello me desplacé hasta el Sweden Stage cuyo frente ya acogía un aspecto de lleno total. Quién ya ha podido ver a H.E.A.T. en directo sabe que tanto sus temas como la entrega de la banda son de lo más efectivos, y en este caso todo se multiplicó por mucho. “Point of No Return” ya dio indicios de lo que íbamos a vivir: una banda sólida y con muchas ganas de convencer y hacer disfrutar. Temas bien ejecutados que percutían en un público que los disfrutó de principio a fin y un huracán llamado Erik Grönwall que lo dio todo en todo momento y que en ninguno de los casi 100 minutos de actuación sufrió ni física ni vocalmente. Aún sigo pensando que la banda debe replantearse el formato de sexteto y buscar a un segundo guitarra que aporte el espíritu glam que apuntaba Dave Dalone y que apoye y de mayor efectividad eléctrica a la guitarra de Erik Rivers, además de que Jimmy Jane debería recordar la efectividad que propone el verle juguetear mucho más con su bajo; pero por lo demás, H.E.A.T. estuvieron portentosos, supieron transmitir y hacernos disfrutar, corear, saltar e incluso –en algunos casos- bailar. Recordar la pasión desatada por los de Vätsby en temas como “Point Of No Return”, “Better Off Alone”, “Heartbreaker”, “Tearing Down The Walls”, “Mannequin Show”, “Beg,Beg,Beg” –en el que interpusieron una parte del “HighwayStar” de los Purple-, “Enemy in Me” o “Emergency” es una grata sensación. Ahí H.E.A.T. lo bordaron e hicieron del suyo uno de los conciertos más exuberantes de todo el festival. Sólo creo que el final del concierto podía haber contado con unos bises mucho más acordes con el resto del concierto y que “Breaking The Silence”, “Livin' On The Run” y “Laughing At Tomorrow” podían haberse dispuesto en otro orden del setlis tpara acabar con las llamas en plena magnitud. Aun así, la sensación global fue la de una banda que sigue escalando en posición, calidad y entrega. Éste sí fue un buen final para un día en el que la variedad volvió a ser la mayor premisa.

Texto y fotos: Josep Fleitas

Redacción
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4 comentarios

  • Juandie dice:

    Extensa y buena crónica la del tercer dia del SWEDEN ROCK FESTIVAL donde las bandas veteranas como DOKKEN o MOTLEY CRUE no brillaron nada y que las más actuales como esos cada vez más grandes y cojonudos HEAT fueron de lo mejor de esta tercera cita.Un placer haber disfrutao leyéndola!!!

  • Carlos dice:

    Gracias por la cronica del tercer dia Josep. Para mi HEAT fueron uno de los bolos excelentes del festival, ya los habia visto en Barcelona el año pasado pero aqui la actuacion con mucha mas duracion y pudiendose vestir los juegos de luces hicieron que saliera radiante de felicidad.

    Un saludo.

  • x.x.x. dice:

    JUANDI , ESTÁ BIEN QUE ESPECIFIQUES QUE HAS DISFRUTADO LEYÉNDOLA , POR QUE YA CREÍA QUE HABÍAS ASISTIDO , UUFFFF VAYA SUSTO , TU EN UN FESTI INTERNACIONAL , SERÍA LA HOSTIA , AUNQUE TAMBIÉN TERMINARÍAMOS HASTA LOS COJONES DE QUE LO REPITIESE UNA Y OTRA VEZ.
    PERO VOLVEMOS A LA REALIDAD Y VEMOS QUE:
    SIGUES REPITIENDO LAS CRÓNICAS Y ADEMÁS , CADA DÍA QUE PASA LO HACES PEOR.
    ASÍ NO VAS A ENTRAR EN ESTA pg. A CURRAR ,INFELIZ!!!!

  • Juandie dice:

    El único que se repite en esta página eres tú BABOSO AMARGAO (xxlll) con tus TONTERIAS (xxlll).Espabilate y aporta algo a alguna noticia y ya de paso ve a conciertos INCULTO (xxlll)!!

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