MR. BIG: LA INMENSIDAD Y EL CORAJE

28 octubre, 2014 2:59 pm Publicado por  2 Comentarios

Sala La Riviera, Madrid

Mr. Big. Foto: Áitor Nova

Hay un tema del último disco de Mr. Big titulado “I Forget to Breath”, y es el primer título que se me pasa por la cabeza al rememorar la apoteosis de una banda en directo cuya maestría es tal que los cinco sentidos se centran en la escena hasta el punto de olvidarse uno de lo que hay alrededor, casi de respirar. Menos mal que la respiración es un impulso involuntario, porque si no, todos los asistentes que dieron a la sala La Riviera un aspecto más que saludable a pesar de ser entresemana el concierto, habrían sucumbido ante tamaño despliegue de virtuosismo y calidad por parte de una banda que juega en otra liga.

El mentado reciente plástico del combo de Los Ángeles, ‘The Stories We Could Tell’, ha causado furor entre buena parte de sus acérrimos, y sus canciones salpicaron un repertorio encomiablemente extenso que fue inaugurado por la irresistible “Daddy, Brother, Lover, Little Boy”, en el que ya apareció la clásica taladradora de la banda arrimándose a las cuatro cuerdas del bajo del genio Billy Sheehan, cuyos diálogos instrumentales con el maestro Paul Gilbert (a cuyas cuerdas también se arrimó la taladradora) ya empezaron, de buenas a primeras, a ser de infarto. Con gancho y sin necesidad de sobreactuar para transmitir, se fueron sucediendo “Gotta Love the Ride”, “American Beauty” y “Undertow”, culminada con una sonora ovación que precedió a un momento de protagonismo instrumental con un nuevo toma y daca que nos dejó boquiabiertos. No puedo ni imaginarme el esfuerzo, los niveles de genialidad o ambas cosas unidas que son necesarias para alcanzar semejante nivel.

Por fin llegó el momento que muchos esperaban, y no era otro que el de ver al batería de la banda Pat Torpey en escena. Su párkinson se ha desarrollado hasta, lamentablemente, impedirle desarrollar con normalidad su labor a las baquetas (para lo que fue sustituido por el solvente ex batería de Ace Frehley Matt Starr), pero aun así, en un gesto admirable, sus compañeros decidieron que saliera de gira con ellos y él, más admirable aún, realizó percusiones en un kit auxiliar además de llegar a sentarse a la batería. Sonriendo de oreja a oreja, mostró una vitalidad y una carisma al respetable que no hace sino denotar su fortaleza metal y su apetito por el rock and roll a pesar de las difíciles circunstancias. La chisposa “Alive and Kickin’” llegó con una estrofa ciertamente modificada para el directo y con Torpey llegando a sujetar el plato de la batería de Starr en determinados golpes secos. Fue Eric Martin, que como frontman no necesita de filigranas para ostentar una gran presencia, alimentada por una voz que se mantiene en buenas condiciones; quien nos introdujo a la mencionada “I Forget to Breath”, de regusto añejo y estribillo acogedor. “You are so beautiful!”- exclamó el vocalista al público a la conclusión de “Green-Tinted Sixties Mind”, precedida por una inmensa “Take Over” y sucedida por “Out Of the Underground”. Esta última fue presentada como un tema que hacía mucho tiempo que no tocaban y desembocó en un fenomenal solo de guitarra de Gilbert.

La gala prosiguió sin altibajos de la mano de “The Monster On Me”, “Rock & Roll Over” y “As Far As I Can See” antes de llegar a uno de sus puntos álgidos con la versión de la eterna “Wild World” de Cat Stevens. En ella, Pat Torpey se situó en la parte frontal del escenario unió su voz, en un estado magnífico, a la de Eric Martin, sin dejar de lado la pandereta. El propio percusionista, dicharachero como pocos, presentó “East/West”, un medio tiempo que quiso dedicar “a todos los fans del mundo”. En ella, la guitarra acústica que Eric Martin se había colgado sirvió de perfecto colchón para el inevitable solo, eléctrico, de Paul Gilbert. Más emotivo fue aún el momento en el que Pat Torpey, al fin, se sentó a la batería para tocar la conmovedora e intensa balada “Just Take My Heart” y, ya en eléctrico, “Fragile”. No soy muy dado a expresarme en estos términos en crónicas así, pero no me queda otra: ¡Qué huevos tienes, Pat Torpey! Dolían las manos de aplaudir.

Volviendo a la anterior configuración de la percusión del grupo, “Around the World” fue la antesala de un solo de bajo de Sheehan de los que quitan el hipo. Por algo, muchos lo consideran el mejor del planeta en su estilo. El éxtasis del público no decayó, sino más bien al contrario, cuando sonó la imprescindible “Addicted To that Rush”, en la que el lucimiento de Paul Gilbert y el propio bajista llegó a cotas estratosféricas, las mismas que alcanzó la comunión entre Eric Martin y un público al que hizo dejarse la garganta.

Su primera despedida, entre vítores y oés, bien merecía un regreso a escena por todo lo alto, y nos lo concedieron con la maravillosa “To Be With You”, himno y balada al mismo tiempo capaz de ablandar hasta el corazón más pedregoso. La forma en que Martin presentó a la banda, llamando Pablo Gilberto a Paul Gilbert, fue la muestra del buen momento por el que pasan sus relaciones y de su bienvenido sentido del humor. También tienen sentido de la velocidad, el cual se puso de relieve con la trepidante y contagiosa “Colorado Bulldog”, tras la que se intercambiaron los instrumentos para tocar una versión del “Living After Midnight”, cantada con inusitada solvencia por... ¿adivináis quién? ¡Pat Torpey! ¡Qué grande! La guitarra la tocaba Billy Sheehan, la otra guitarra, Matt Starr; el bajo, Eric Martin; y la batería, con una solidez que le permitió incluso concluir con un buen solo, Paul Gilbert. Increíble.

Con Torpey de nuevo a la batería, para tocar con una garra y un coraje, de verdad, dignos de admiración; finiquitaron la gala con “Mr Big”, canción de Free que bautizó a una de las bandas de hard rock más gloriosas de la historia. ¿Quién lo podría negar?

Texto: Jason Cenador
Foto: Áitor Nova

 

 

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2 comentarios

  • Juandie dice:

    Conciertazo en la capital a través de esta mitica banda de lo mejor que salió en los ochenta del hard/rock norteamericano compuesta por fenomenales músicos que arrasarón con esos grandes temas en Madrid sobre todo con esa mitica canción que me encanta como es DADDY,BROTHER,LOVER,LITTLE BOY.Lo de PAT TORPEY esa noche en LA RIVIERA es de elogiar y ahí se ve la humildad de dicho músico que viendo la difícil situación por la que atraviesa con su enfermedad tuvó lo cojones suficientes para desplazarse a nuestro país y realizar con su compañeros dicho show del que por cierto lo bordó!!!

  • WRATHCHILD dice:

    Por lo que parece, conciertazo increíble! cómo me hubiera gustado estar allí! Es de aquellas asignaturas pendientes que tengo en directo...Yo le hubiera dado incluso un poco más de cancha a su excelente último disco,pero bueno,se tocaron,por ejemplo un "Colorado Bulldog que siempre es un placer escuchar.En fin, confío en que,en un futuro se acerquen a tierras Catalanas, que ahora mismo ignoro si ya han tocado en BCN alguna vez...GRANDES BIG!

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