PRIMAVERA SOUND BARCELONA 2014: ¡MAÑANA, SOL Y BUEN TIEMPO!

2 junio, 2014 4:55 pm Publicado por  4 Comentarios

intprimavera-1La jornada previa al festival barcelonés estuvo marcada por las revueltas sociales en la ciudad en apoyo al parcial derribo del centro okupado Can Vies y la lluvia, que tuvo en vela a la organización durante todos los días, la cual mantuvo, contra viento y marea, la programación en la zona Fòrum. Ante la inestabilidad meteorológica, opté por ir sobre seguro y pasar por la sala Barts primero, donde llegué a tiempo para ver una banda desconocida para mí, como muchas de las que componen este festival. Y es que bajo el reclamo de los grandes nombres,  uno descubre un sinfín de formaciones de las que nunca había, ni tan solo, oído hablar. Con más de treinta años pisando escenarios,  los holandeses The Ex son una leyenda viva del punk más primigenio, con guitarras raspadas de ritmos mecánicos muy marcados, desquiciantes  incluso. Las primeras filas disfrutaron de lo lindo golpeándose entre sí. Acto seguido  Shellac, donde encontramos al reputado productor Steve Albini a la voz y guitarra. Cada inicio de canción es un piño en el pabellón auditivo, a base de ritmos secos y guitarras estridentes, con la batería situada al borde del escenario bajo una luz blanca inalterable. Lo suyo es puro hardcore punk ensordecedor.

Más tarde tocó cambio de sala, cruzar el Paral-lel y aguardar en una interminable cola bajo la lluvia para entrar a la sala Apolo donde Niña Coyote eta Chico Coyote, dúo vasco formado por la ex batería de Zuloak y Koldo Surfin’ Kaos a la guitarra y voz, descargaron con nocturnidad y alevosía las monolíticas piezas que componen su disco debut de clara influencia Sabbath. Finalmente, los más esperados al menos para la gran mayoría de público que abarrotaba la sala, los alucinógenos The Brian Jonestown Massacre, hacían acto de presencia. Los californianos, de donde iban a ser si no, nos transportaron en su nave psicodélica durante aproximadamente una hora a un estado trascendental e hipnótico. Al terminar, un mar de cristales rotos reposaba sobre el suelo de la sala, dado que inusualmente se sirvieron las bebidas en vasos de vidrio.

29/05/2014

Un sol espectacular iluminaba la ciudad mientras el fuego de los contenedores ardiendo se iba apagando en Sants, para volver a encenderse horas después en un conflicto de difícil solución. Sobre las seis de la tarde conseguía entrar en el Auditori del Fòrum para ver en vivo a una leyenda, el polifacético musicólogo y activista Julian Cope, que volvía al Primavera once años después para presentarnos ‘Revolutionary Suicide’, trabajo el que toca casi todos los instrumentos. Claro que, como en directo no lo puede hacer, para la ocasión se limitó a interpretar sus composiciones con la única ayuda de su purpurínica guitarra y de su aguerrida voz. Sorprendió su interés por la traducción al castellano de algunas palabras del inglés y un poco también su aspecto, luciendo una prominente barba así como un look de lo más rockero. Sonaron entre otras “Cromwell in Ireland”, “Come the Revolution”,  “Cunts Can Fuck Off”, “Promised Land”,  “Sleeping Gas” y un celebrado tema final con forma de “Sunspots”. Un sorpresivo “Libertad para Catalunya” fue el alegato de despedida. Gran ovación para un grande.

Vuelta a la luz, al aire libre y a caminar, ¡menudas caminatas has de darte para cubrir los diez escenarios que albergan este enorme espacio que celebra diez años desde su inauguración de aquel invento  llamado Fòrum de les Cultures! De extremo a extremo del recinto, llegamos al escenario Vice, donde los irlandeses Girl Band, todo chicos a pesar del nombre, me llevaron a pensar que estábamos sobre un portaaviones dada la constante utilización de efectos que eran dignos del sonido de un 747 o algo así. Sobrevuelan el noise y el post punk, pero son, en definitiva, mucho ruido y pocas nueces. Otro cantar son los australianos, aunque podrían pasar por californianos, Pond, que, valiéndose de la psicodelia en todos los órdenes y desordenes con el añadido de un sinfín de infrecuencias y estilos variopintos y desenfadados, nos alegraron la tarde.

Después de una escala técnica viendo al combo neoyorquino Antibalas, practicantes de un cruce de salsa merengue afro-cubana, retornamos al indoor, ya que en el escenario Hidden se presentaba otra leyenda viva desde Manchester. De hecho, lució una camiseta roja del United que acabó lanzando al público, también anglosajón en gran proporción. Peter Hook, bajista de Joy Division y New Order, ahora al frente de The Light, reinterpretó algunos de sus clásicos y durante una horita entusiasmó a los que accedimos a esta sesión limitada a cuatrocientas sesenta personas de aforo.  Sonaron entre otras “Disorder”, “Digital”, “Transmission” y, en un final de locura colectiva, “Love Will Tear Us Apart”. Tras esta impactante revisión, tuvimos que correr para llegar a tiempo al plato fuerte de la noche. La banda liderada por Josh Homme, Queens Of The Stone Age, presentaban su álbum ‘…Like Clockwork’, aunque obviamente repasaron buena parte de su cuantioso arsenal discográfico. Abriendo con “You Think I Ain’t Worth a Dollar, But I Feel Like a Millio­naire”, “No One Knows”, la más rockera de su último disco My God Is The Sun”, lo cual enloqueció a las primeras filas; y “ I Sat by the Ocean”. Con el acelerador pisado a fondo enlazaron “Burn The Witch”“Smooth Sai­ling” e “In My Head”, antes de la tóxica “Feel Good Hit of the Sum­mer”, una  oda al vicio narcótico. Acto seguido, bajaron de revoluciones con “…Like Clo­ck­work”, alzando el vuelo nuevamente con “If I Had a Tail’. La cencerrística "Little Sister" o la melosa “Make It Wit Chu” fueron preludio de la recta final, para la que eligieron “Sick, Sick, Sick”, la poderosa “Go With the Flow” y la extendida en solos de "A Song for the Dead". Lo cierto es que no causaron el impacto de otras ocasiones dada la relajación en la que se instalaron en la parte central del show, en la que se regocijaron y regodearon en un acto de autocomplacencia. Y es que, por un lado, Homme no se cansó de repetir lo fantástico que era estar tocando en Barcelona, en una noche fantástica, etcétera; y por el otro, hubo una excesiva presencia en la línea del bajo. Un suspenso para el técnico, un siete para la banda.

intinininnprimaveraDada la gran aglomeración, me fue ciertamente complicado llegar al escenario Vice para presenciar lo mejor de la jornada, al menos por la energía que transmitieron. Bo Ningen ofreció una sorpresiva actuación llena de distorsión, psicodelia e improvisación, algo que viniendo de japoneses suena ciertamente extraño. Fluyen entre el hard rock setentero de Purple, Zeppelin o Hendrix, y el hardcore de Fugazi o la Rollins Band, y se coronaron con un final apoteósico que provocó la ovación unánime de unas quinientas personas que preferimos a estos melenudos nipones a la pomposidad de Arcade Fire y su grandilocuente espectáculo. Otro interesante descubrimiento fue Charles Bradley, al que le ha llegado el éxito a los sesenta años de edad con su álbum ‘No Time for Dreaming’. Reafirmado con “Victim of Love”, recreó junto a su banda el espíritu del soul y funk  y nos dejó  boquiabiertos al acabar bajando a dar la mano a los de la primera fila, llegando incluso a abrazarles más allá de la valla de seguridad, algo que creo que no había visto en la vida. Impresionante. Como también lo fue la actuación Touché Amoré, y es que tras este curioso nombre se esconde una banda hardcore punk californiana de lo más irascible y furibunda. Solo alcancé a ver la parte final, lo suficiente para advertir que se trata de auténticas bestias pardas.

30/05/2014

El viernes estuvo otra vez marcado por la meteorología. Un importante aguacero cayó durante la tarde, aguándole el concierto a los que no quisieron perderse Drive by Truckers en directo. Más afortunados estuvieron los seguidores de Dr. John and The Nite Trippers, Refree, o Joana Serrat, que actuaron con el cielo prácticamente despejado. Pero los reyes de la noche debían ser Pixies, y digo debían porque el cuarteto no acabo de cuajar una gran actuación y se mostraron como una sombra de lo que es, o era, la banda de Boston, iconos de la  escena rock alternativa de los noventa. Llevaron a cabo un repaso a sus éxitos desde el inicio con “Bone Machine”, “Wave of Mutilation”, “U Mass”,  “Caribou”, etc., y sonaron también nuevos cortes como  “Gouge Away”, “Bagboy”, “Magdalena 318”, o “Indy Cindy”. Durante unos minutos decidí dejar a los de Massachusetts para ir a un escenario cercano donde los black metaleros Furia hacían temblar el suelo en otro acto de terrorismo sonoro por parte del técnico de marras, ya que el sonido del bombo estuvo durante buena parte del show a un volumen insoportable. A parte de este detalle, fue una buena actuación del combo polaco, con sus caras y/o cabezas pintadas de blanco, pechos descubiertos, ritmos entre tétricos y tremebundos, y canciones interpretadas en polaco, regadas con bourbon que Nihil, voz y guitarra, repartía ecuánimemente entre los miembros de este cuarteto de Katowice. Volví a unirme a la multitud para ver el fin de fiesta de Pixies con “Isla de Encanta”, “What Goes Boom”, “Debaser”, “I’ve Been Tired”, “Vamos”, y “Where’s My Mind”. Tras ellos, tomó el relevo una interesante formación brasilera de rock alternativo llamada Black Drawing Chalks que dejó muy buena impresión con su propuesta  musical.

En otro punto del Fòrum, Deafheaven iniciaban su descarga con cierto retraso. Etiquetados como post-metal, rompieron moldes en cuanto a imagen y a sonido, aderezando oscuros y melancólicos pasajes con la chirriante voz de su vocalista, que lidera la formación junto al guitarra Kerry McCoy, ambos procedentes de los grindcoreros Rise of Caligula. Finalmente, desde Noruega llegaron Kvelertak, con una propuesta desenfadada y festiva incluso en el contexto del metal escandinavo interpretado en noruego. Su directo fue un irrefrenable goce colectivo con los bailes y coros que sus numerosos fans, la mayoría de ellos nórdicos, realizaron bajo el escenario siguiendo las arengas de su vocalista Erlend. Bárbaros.

31/05/2014

El sábado por la tarde se respiraba un ambiente muy relajado en todos y cada unos de los escenarios por los que transité. Se dieron cita los indies Superchunk, los legendarios Television rememorando su Marquee Moon (1977),  el maestro Caetano Veloso y su fusión de rock con la música popular brasilera, o las Dum Dum Girls, con las que me quedé atrapado durante un buen rato no sé muy bien si por su bellas componentes o por la música retro pop de su último álbum, ‘Too True’, más sofisticado que sus anteriores trabajos  de sonido punk garajero. Resultaron encantadoras. Después de ver durante unos minutos a los chilenos Congelador, me dirijí a ver a otras leyendas del punk inglés, Buzzcocks, liderada por Pete Shelley y Steve Diggle  desde 1976. Es sorprendente ver como hacen honor a su nombre, comprobando lo mucho que disfrutan tanto Shelley como Diggle sobre un escenario, y cómo esa energía se transmite a un público multigeneracional e internacional. De hecho, la gran mayoría del medio millar de personas que logró acceder al Hidden Stage no habían nacido cuando los de Bolton se formaron. De esta actuación de la vieja escuela en familia, excelente en todos los sentidos, pasamos a algo muy diferente para asistir a la tecnología punta de un espectáculo de otra dimensión a cargo de Trent Reznor y sus Nine Inch Nails. Faltan palabras para describir el escenario, en el que la oscuridad lidiaba con unas luces led a escasos metros por encima de las cabezas de los componentes del grupo, que subían, bajaban , giraban, y cambiaban de color sin mezclas posibles, pues fueron pasando a lo largo del concierto del azul, al rojo, etc. Empezó todo de forma muy mecánica con “Copy of A”, “Find My Way” y “Came Back Haunted” que se fueron intercalando con temas clásicos de la banda industrial como “Sanctified”, “March of the Pigs”, “Piggy”, “Reptile”, “Survivalism”, “Gave Up”, “Sanctified”, “The Warning”,  “The Great Destroyer”,  “Eraser”, “Wish”, “The Hand that Feeds”, “Head Like a Hole”, “The Day the World Went Away”,  y, como final habitual,  “Hurt”. Al contrario que lo acaecido con QOTSA y Pixies, con mucho zigzag el primero y desidia el segundo, Reznor, Finck y compañía sí supieron mantener la intensidad tras la intro electrónica. Música, sonido, luces e imágenes rozaron la perfección e hicieron que el show se saldase de una manera genial. Mientras tanto, en el escenario ATP, los escoceses Mogway demostraron que sí están por la independencia de Escocia y de Catalunya, colocando una bandera catalana independentista sobre un amplificador. No fueron los únicos, ya que tanto Seun Kuti como el californiano Jonathan Wilson mostraron su apoyo al proceso separatista catalán. Después de cenar contemplando una más que correcta actuación de los chicos italianos de Junkfood, asistimos a la parte final del directo de Foals, de los que no sabría muy bien que decir, ya que no me causaron más que indiferencia. Posteriormente llegó el turno de una banda brasileña llamada Motormama, que tampoco es que entusiasmara demasiado aparte de algún que otro compatriota lingüístico. Más tarde llegamos a ver al dúo catalán Za!, a quienes había disfrutado anteriormente y que no defraudaron exhibiéndose como locos, genios, distintos y originales. Tras interpretar algunas de sus composiciones, terminaron montando una mini rave a base de loops, beats y ritmos varios, no sin antes comentar el contraste de estar en el festival de fiesta, que está muy bien,  mientras la ciudad arde y se mueve por defender una sociedad alternativa. Lo dijo también en inglés, dado que un 44% de los 190.000 asistentes totales al festival fue foráneo. Eso incluyó a los camareros, pues a más de uno al que me dirigí en catalán y me respondió en inglés. Surrealista, ¿no?

Texto y foto Peter Hook: Jordi Campàs
Fotos: Marcerock

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Esta entrada fue escrita por Redacción

4 comentarios

  • Juandie dice:

    Menuda pedazo de crónica que me he leído teniendo la mayoria de las bandas muy buenas actuaciones aunque haya de todo aparte de rock pero sin duda los que sobresalierón por encima del resto fuerón los PIXIES,NINE INCH NAILS y los STONE AGE.El ROCK FEST que se celebrará en la misma ciudad en julio tiene mucho mejor cartel que este.Una pena que la ciudad condal me pille a doce horas e viaje!!!

  • juandiefan dice:

    no te enteras ni del trueno juandie. ya no te quiero

  • Dani dice:

    No es la misma ciudad...el Rock Fest se hace en Santa Coloma de Gramenet, a 15min de Barcelona

  • Juandie dice:

    Es igual sigue siendo en barcelona de todas formas por solo quince minutos de mierda!!!!

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