ANTHRAX + TESTAMENT: THRASH METAL ES LA LEY

19 mayo, 2013 6:12 pm Publicado por  4 Comentarios

Teatro de Flores, Buenos Aires (Argentina)

Sin dudas se trató de un sueño hecho realidad para los thrashers argentinos; el tener la posibilidad de ver a dos leyendas del género tales como Anthrax y Testament juntas en una misma noche. La temperatura de una fresca noche porteña se elevó en lo que fue una de las jornadas más salvajes en un año abarrotado de visitas internacionales. 

TestamentSOLOS EN LA OSCURIDAD (SONORA)

Ingresé al Teatro pasadas las ocho de la noche con la convicción de que estaba llegando cómodo con el tiempo y súbitamente me di cuenta que no fue tan así, ya que Testament terminaría adelantando su salida quince minutos antes del horario pactado, el cual estaba fijado para las 20.30. Esto indudablemente fue en desmedro de buena parte del público que no se hallaba presente al momento de iniciarse el show y el cual iría terminando de colmar el recinto a medida que transcurría la presentación de Chuck Billy y los suyos.

En lo personal, esta nueva oportunidad de ver a Testament traía consigo ciertos aires revanchistas. No es que la última presentación de la banda en 2011, y en este mismísimo lugar, haya sido decepcionante pero los problemas de sonido terminaron embarrando lo que podría haber sido una jornada memorable. Además tenía muchas ganas de presenciar en vivo algunas piezas del magnífico “Dark Roots of the Earth”, uno de los lanzamientos más destacados del 2012. Entonces ¿pudo superar Testament en esta ocasión los mencionados contratiempos? Casi que les diría que no.

Cuando la banda salió a escena con la potente “Rise Up”, tema encargado de abrir su última placa, la primera impresión que tuve fue que el quinteto estaba decididamente empeñado a borrarnos de la mente la deslucida actuación de Jon Allen en batería, ya que el audio del instrumento ahora a cargo de Gene Hoglan estaba muy por encima del de los demás músicos (recordemos que en su última visita, Allen se encontraba como sustituto de emergencia puesto que la banda venía de desvincularse recientemente con Paul Bostaph). De modo que el ¿ex? Fear Factory dejó más que claro que él es el sujeto idóneo para ocupar el lugar detrás de los parches en esta banda.

Hasta ahí, ningún problema. Dijimos con un amigo y colega que estaba presenciando el show conmigo “Está sonando mejor que en el 2011. Seguro que con el correr de los temas se va a ir acomodando”¿Para qué? Promediando el segundo tema, “More Than Meets the eye” (del también muy recomendable “The Formation of Damnation” de 2008) ocurrió lo impensado: el sonido TODO de la banda se cortó por completo, y ver a los cinco músicos tocando como si pareciera que estuviesen haciendo la mímica de la ejecución de sus instrumentos (porque tardaron en advertir que se habían quedado mudos) fue algo lamentablemente bochornoso. Por fortuna, el público acompañó a la banda durante el mal trago y el quinteto terminó de completar la canción para luego retirarse detrás de las bambalinas para ver qué fue lo que había ocurrido. Ignoro sobre quién cayó la mayor parte de responsabilidad en todo este asunto, si en el ingeniero de sonido que el grupo trajo o en los dueños del local, pero decir que se trata de una enorme falta de respeto para el público que pagó una entrada (nada barata), es decir muy poco.

Por desgracia, luego del incidente, el sonido nunca terminaría de ajustarse del todo y una vez más, lo que pudo haber sido una actuación memorable de Testament, terminó calificando como algo correcto y no mucho más. Nuevamente la guitarra de Eric Peterson terminó siendo la más perjudicada en el asunto; la batería continuó muy por encima de la mezcla y el micrófono de Chuck Billy se perdía de a ratos (apenas logré advertir que cantó la versión en español de “Native Blood”). Por el lado de Alex Skolnick, pude volver a reafirmar que es uno de los guitarristas más talentosos del género, pero una vez más su guitarra también volvió a estar por encima de la bola de ruido y me gustaría en algún momento poder apreciarlo a él como parte de un conjunto y no como el mayor favorecido de una desprolijidad sonora. Nótese que a la hora de citar los distintos desperfectos técnicos, la mayoría de ellos son un calco de lo ocurrido en 2011, algo que me resultó preocupantemente llamativo.

Más allá de todo esto, la banda salió bastante airosa de toda esta cuestión. El respetable puso toda la buena onda tan propia de las audiencias latinas y, pese a todo, el set (de algo más de una hora de duración) se pudo disfrutar bastante; en donde a oídos de quien suscribe, “Into the Pit” marcó el momento más sobresaliente. Quizás si después no hubiese salido Anthrax, tal vez uno podría concluir con algo tipo “Ok, vienen bien encarrilados. Quizás la tercera sea la vencida”, pero lamentablemente, a raíz de los hechos acontecidos y por acontecer, solo restó concluir que lo de Testament funcionó como un buen aperitivo para el plato principal. El único problema es que ése calificativo, para una banda que puso sobre las tablas gemas como “True American Hate”, “Over the Wall”, “Practice What You Preach” o “D.N.R”, le queda chico, muy chico. Además tuvieron la osadía de dejar afuera “Alone in the Dark” (imperdonable). Finalizaron con “The Formation of Damnation”, perteneciente al disco homónimo, y se despidieron muy agradecidos con un público que, pese a la adversidad, le retribuyó todo su afecto con las palmas arribas y con los clásicos cánticos. Pero también con la certeza de que esta banda puede hacer un show que supere la barrera de lo correcto. Canciones para lograrlo, tanto en su material más antiguo como en el más reciente, tienen de sobra. Falta ajustar las perillas nada más.

Anthrax 1000 PUNTOS DE GRANDEZA

A contramano de lo ocurrido con Testament, el inicio del show de Anthrax se vio bastante demorado. Cuando se pensaba que los de Nueva York iniciarían su fiesta a eso de las 22.00 horas, más de media hora después de que Peterson y los suyos abandonaran el escenario, la realidad marcó que no sería así sino hasta las 22.30, lo cual provocó el descontento de buena parte de la plebe. Afortunadamente, la espera valió la pena.

Con Anthrax me está empezando a ocurrir algo parecido a lo que me pasa con Deep Purple; es decir, se trata de una banda que nos está visitando muy seguido últimamente  (tres visitas en menos de tres años), con muy pocas variantes entre show y show, al punto tal de que ya me resulta difícil encontrar los adjetivos correctos para señalar las virtudes de la banda sin caer en descripciones reiterativas. ¿Valió la pena, entonces,  acercarse al barrio de Flores para presenciar otra performance de Scott Ian y sus muchachos? Por supuesto que sí. No lo duden ni un segundo. Aquí voy a retomar el mismo punto en donde dejé mi reseña del show de Anthrax en el estadio Malvinas Argentinas, a principios del 2012. En aquella oportunidad concluí mi crónica diciendo que Anthrax es una experiencia que en vivo nadie debería perderse. Por suerte, el quinteto se encargó de darme la derecha (y en esto último también, si se quiere, podríamos trazar otro paralelismo con Deep Purple), ya que pese a las pocas variantes de esta nueva función, Anthrax volvió a sellar otro paso arrollador por nuestras tierras.

Para empezar, el sonido no presentó prácticamente ningún inconveniente durante el transcurso del set, haciendo aún más evidentes las fallas del show de Testament. Luego nos encontramos con una banda aceitada cual reloj suizo, con todos sus integrantes cumpliendo a las mil maravillas cada uno de sus respectivos roles y, por sobre todas las cosas (vuelvo a insistir con esto), divirtiéndose desvergonzadamente arriba del escenario, algo prácticamente imposible de hallar en otras bandas de Thrash Metal más allá de los gustos y las preferencias (y hay quienes siguen cuestionando su membresía como uno de los Big 4). Y después, por supuesto, están las canciones; en donde Anthrax volvió a acudir a un listado de temas obvio pero no por ello menos implacable.

Por mi parte, creo que fue algo un tanto en vano apelar a la muletilla “25 Aniversario de Among The Living porque ya quedó más que claro que se trata del álbum en donde la banda se para más cómoda. Y aún cuando este tipo de artilugios atenten en contra del balance final de un recital, la realidad es que si te sacuden de entrada con una seguidilla conformada por “Among The Living”, “Caught in a Mosh”, “I am The Law” y “Efilnikufesin (NFL)”, a la única conclusión que se puede abordar es que ahí ya dejaste justificado el gasto de la entrada. No obstante, hubo tiempo para algunas sorpresas en esta nueva presentación de Anthrax que hicieron de ésta noche, una muy especial.

Luego de “March of the S.O.D.”, el cover de Stormtroopers of Death, durante el breve instrumental “Hymn 1”, en ambos costados de la batería aparecieron dos telones nuevos: uno con la imagen de Ronnie James Dio y el otro con la imagen de Dimebag Darrell. Y ahí nomás la banda comenzó a desgranar “In The End”, tema perteneciente a su último y genial LP, “Worship Music” (2011), con Joey Belladona instigándonos constantemente a hacer la clásica señal de los cuernitos en alto, enseñanza que nos dejó el grandísimo Ronnie James. Sin duda se trató de uno de los momentos más emocionantes de la velada. Ya que mencioné a Belladona, debo decir que sigo sin entender como Scott Ian y Charlie Benante (guitarra y batería, respectivamente) dejaron ir a este tipo….dos veces. Sin faltarle el respeto a John Bush, lo de Belladona no deja de sorprenderme; los años parecen no hacer mella en su voz, llegando a agudos increíbles, haciendo siempre locuras arriba del escenario y manteniendo en todo momento un feedback muy positivo con la audiencia. ¿El Bruce Dickinson del Thrash Metal? Muy probablemente.

Con motivo también de darle espacio al nuevo EP de covers, “Anthems”, Scott Ian tomó la posta del micrófono y luego de una divertida interacción con el público (fue muy gracioso el momento en que la gente le cantó “pelaaado, pelaaado….” a lo que Ian respondió “No entiendo lo que dicen, pero suena grandioso”) y de decirnos cuan orgullosos están de compartir esta jornada con nosotros, el alma máter de Anthrax lanzó “Vamos a hacer un tema de una de mis bandas favoritas. Una que lanzó un DVD llamado Live at River Plate filmado acá en Argentina”  y ahí nomás se desató “T.N.T” de AC/DC. A saltar todo el mundo. Pero si hasta ése momento la adrenalina no había sido suficiente, una nueva tríada de clásicos se encargaría de hacer sacudir nuevamente todo el barrio de Flores, empezando con el que creo que es mi tema favorito en la discografía de los neoyorquinos: “Indians”. Nuevamente aquí la banda volvió a parar en medio del frenesí de la canción para incitarnos a todos a meternos en el mosh-pit y que la fiesta no decaiga. Luego llegaría el turno, finalmente, de“Spreading the Disease” (1985) de la mano de “Medusa”, para luego darle paso al cover de Joe Jackson, “Got the Time” para así después cerrar la primera parte con la genial “Fight’em ‘til You Can’t” también perteneciente a su último larga duración. Cantos, sudor y lágrimas (de alegría) abundaban en el recinto del barrio porteño.

Llegando a este punto, noté que no hice mención alguna para el bajista Frank Bello aunque tampoco creo que sea algo necesario: bien es sabido que Bello es dueño de una digitación asombrosa y que en todo momento participa de la fiesta junto a Ian y a Belladona, corriendo de un lado hacia el otro del escenario y arengando constantemente al público. Tampoco sería muy necesario agregar que Charlie Benante cumple perfectamente su rol detrás de los parches. Quien merecería en este caso unas líneas aparte, sería el guitarrista sustituto Jonathan Donais; aun luego de haberse revitalizado con la vuelta de Belladona a la banda, el puterío parece ser una constante inherente a Anthrax. En esta oportunidad, el que se fue dando las hurras hace unos meses fue el guitarrista Rob Caggiano, a quien no extrañé en lo absoluto. Porque si bien Caggiano era dueño de una técnica impecable también lo era de una parquedad pavorosa arriba del escenario. Pero nuevamente había que sacar las papas del fuego y una vez más la banda que ofició como bomberos voluntarios fue Shadows Fall, permitiendo que Donais vaya a socorrer al campamento de Scott Ian. Desde un punto de vista meramente técnico, al pibe prácticamente no le podemos achacar falla alguna, lo que no dejó de llamarme la atención fue la expresión en su rostro durante todo el recital, como evidenciando que se trataba de un jugador cedido a préstamo y que no correspondía a ése equipo. A lo mejor todo esto es imaginación mía y Donais siempre es así toque con quien toque, o quizás no se sentía bien esa noche, pero no pude dejar de advertir que se dedicó a ejecutar su instrumento y no mucho más, sin querer intervenir en una fiesta que no era “la suya”.

Para los bises había más emociones aguardando. Luego de un breve y discreto solo de batería, Frank Bello y Scott Ian tomaron cada uno sus respectivos micrófonos y empezaron a hacer un dueto vocal del Metal-rap de “I’m the Man” para luego empalmarla con el inicio de “Raining Blood” de Slayer y así marcar otro pico alto de emoción cuando Scott gritó “We Love You, Jeff!!!”  en homenaje al recientemente fallecido Jeff Hanneman.  Luego de amagar con el arranque de “The Ripper” de Judas Priest, ahí nomás le empalmaron la clásica “Madhouse” y para esas alturas el Teatro ya era un manicomio de verdad. Para concluir definitivamente la jornada el elegido fue otro cover; en este caso se trató de “Antisocial” de Trust. Fue un broche bien redondo para una presentación sencillamente demoledora y para sentenciar otro triunfo de Anthrax en nuestro país.

Volvieron a faltar clásicos como “Be All, End All” o “Armed and Dangerous”. Esto es algo que quizás Anthrax debería replantearse, ya que si analizamos el repertorio más del 50% del mismo se conforma con canciones de “Among the Living” y con covers. Y así como dije oportunamente que Megadeth viene abusando mucho este último tiempo del recurso “gira aniversario”, esperemos que la nostalgia no se torne una constante en Anthrax. Más allá de esto, no podemos perder de vista que fue un gran show y que es una lástima que marque tantas diferencias con lo que fue la presentación de Testament, porque resaltaría aún más el valor agregado de la jornada. Pese a todo, dudo que alguien se haya ido disconforme ése sábado a la noche a su casa luego de una velada cargada con tanta adrenalina.

Texto: Juan Manuel Guarino

Fotos: Fernando Serani

SET LISTS

TESTAMENT

Rise Up

More Than Meets the Eye

Native Blood

Dark Roots of Earth

True American Hate

Into the Pit

Practice What You Preach

The New Order

Over the Wall

The Haunting

D.N.R. (Do Not Resuscitate)

3 Days in Darkness

The Formation of Damnation

ANTHRAX

Worship (Intro)

Among the Living

Caught in a Mosh

I Am the Law

Efilnikufesin (N.F.L.)

March of the S.O.D. (cover de Stormtroopers of Death)

Hymn 1

In the End

T.N.T. (cover de AC/DC)

Indians

Medusa

Got the Time (cover de Joe Jackson)

Fight 'Em 'Til You Can't

Bises:

I'm the Man / Raining Blood

Madhouse

Antisocial (cover de Trust)

 

 

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